El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, este jueves en el Palacio de la Moncloa.

El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, este jueves en el Palacio de la Moncloa. EFE

Política PSOE-JUNTS

Puigdemont frena la oferta de Sánchez de atrasar a noviembre los PGE para que apoye el techo de gasto

Moncloa espera tener antes de la votación del jueves una reunión con el líder de Junts fuera de España para ver si aún es posible sacar las cuentas.

20 septiembre, 2024 03:01

El PSOE ha despertado de la ficción de la existencia de una mayoría progresista que puede sostener las políticas del Gobierno de coalición. Ha comprobado que Junts es un partido de derechas que puede articular mayorías con PP y Vox en el Congreso para votar en contra del Gobierno.

Los socialistas han visto confirmado lo que Junts les trasladó antes del verano: que daba por rotos los compromisos con Pedro Sánchez porque lo suyo es un pacto de investidura y no de legislatura. 

El presidente del Gobierno lo comprobó personalmente el martes, cuando los diputados de Junts tumbaron una iniciativa de Sumar sobre vivienda para castigar al PSOE. Y este jueves cuando Carles Puigdemont ha hecho saber a través de la red X que sigue manteniendo su rechazo al techo de gasto que se votará al jueves y que es el primer paso para los Presupuestos de 2025.

En realidad, Junts empezó a decirlo a voces en julio, cuando hizo caer la senda de déficit o techo de gasto, primer paso de los Presupuestos, y también la admisión a trámite de la reforma de la ley de extranjería. La mayoría progresista era una ficción.

La siguiente etapa en el calvario parlamentario del Gobierno se producirá el jueves próximo, cuando se vote por segunda vez el techo de gasto. Fuentes del Ejecutivo consideran vital esa votación para medir las intenciones del partido de Carles Puigdemont y empezar a atisbar cómo de duro puede ser mantener a flote la legislatura.

En principio, el Gobierno ha recibido ya el mensaje de que el voto de los siete diputados de Junts repetirá el rechazo, pero Moncloa no ceja en el empeño. O, al menos, eso transmite.

Este jueves, el propio Carles Puigdemont anunciaba que su grupo en el Congreso volverá a votar en contra de la senda de estabilidad: "A la misma cosa que votamos que no, volveremos a votar que no. Si la cambian, hablamos".

A través de las redes sociales, Puigdemont ha ironizado con las críticas de los socialistas a la decisión de Junts de tumbar la ley de alquiler temporal presentada el martes por Sumar, después de haber anunciado que se abstendrían: "Como veo que consideran un crimen que cambiemos de voto, la respuesta a lo que ahora nos piden será la misma que hemos dado siempre, no tendrán sorpresas".

Pese a este frenazo, en la Moncloa aún no arrojan la toalla. Creen que si Junts cambiara y permitiera la aprobación del techo de gasto habría aún posibilidades de que, más adelante, se aprobaran los Presupuestos para 2025.

En cambio, si los independentistas mantuvieran el rechazo y cayera la norma presentada por el Gobierno, sólo un milagro salvaría ya las cuentas y sería necesario prorrogarlas.

El congreso de octubre

Sánchez y todo su equipo insisten estos días en su intención de agotar los tres años de legislatura, aunque tengan que prorrogar las cuentas. En realidad, sería impensable que cualquiera Ejecutivo lanzara un mensaje distinto y admitiera públicamente, por ejemplo, que en esas circunstancias sería imposible seguir gobernando.

Tan importante es esa votación, que Sánchez ha dado orden de activar todos los puentes de contacto abiertos con Junts para intentarlo in extremis, con el mensaje de que si aceptan que se apruebe el techo de gasto, será posible retrasar a noviembre la presentación de los Presupuestos, a la espera de que celebren su congreso, previsto para los días 25, 26 y 27 de octubre.

Se trataría de esperar a que Junts acabe su proceso interno y luego pueda decidir con libertad si apoya o no los Presupuestos.

La Constitución señala que el Gobierno debe presentar los Presupuestos antes de final de septiembre, pero a veces no se ha cumplido y esta vez el Ejecutivo tiene la coartada del rechazo en julio al techo de gasto. Se presentará más tarde el proyecto en las Cortes con el techo de gasto de 2022 si pierde la votación del jueves y dando por seguro un rechazo en el Congreso con los votos de PP, Vox y Junts y la posterior prórroga.

En la negociación in extremis hay contacto con el grupo parlamentario de Junts en el Congreso; con el secretario general de Junts, Jordi Turull y por otras vías posibles.

Fuentes socialistas aseguran que estaba previsto que antes del jueves vuelvan a reunirse fuera de España Santos Cerdán, responsable de Organización del PSOE, y Puigdemont. Estas fuentes no confirman que se haya cerrado la cita o que se vaya a celebrar finalmente. Más aún después del mensaje de Puigdemont de este jueves.

Esos encuentros, que casi siempre se han celebrado en Francia, se interrumpieron en junio, antes del pacto entre PSC y ERC, la investidura de Salvador Illa y la nueva fuga de Puigdemont, como adelantó EL ESPAÑOL.

Además, fuentes del Gobierno explican que también han activado la presión de empresarios catalanes próximos a Junts y de ayuntamientos catalanes donde gobiernan los independentistas. El mensaje es que si no se aprueba un nuevo techo de gasto habría cinco mil millones de euros menos para las comunidades autónomas y ayuntamientos.

Por el momento, la respuesta de Junts es firme en la negativa, pero Moncloa y el PSOE mantienen silencio para no romper los puentes y mantener viva la esperanza. La legislatura vuelve a estar en juego.

Y eso que el malestar con Junts en el Gobierno es creciente. Por ejemplo, en la Moncloa lamentan que Junts rectificara en el último momento su votación del martes, lo que obligó a movilizar a Sánchez para una votación que iba a terminar seguro en derrota. Hubo dudas en el equipo del presidente sobre si hacerle ir al Congreso, sospecharon que Junts cambió cuando supo que el Gobierno podía perder y querían evitar que se atribuyera la derrota a la ausencia de Sánchez.

También celebrará su congreso ERC, pero en su caso será el 10 de noviembre y será más difícil esperar para tramitar los Presupuestos. En el Gobierno mantiene contactos con los dos sectores de ERC que tienen más opciones de ganar y explican que con el sector de Oriol Junqueras han pactado desde 2018 sin sobresaltos y que con el de Marta Rovira se ha acordado la investidura de Salvador Illa. Es decir, hay una cierta tranquilidad, como con PNV y Bildu.