El Gobierno pospone la votación de los 'impuestazos' para evitar una nueva derrota parlamentaria de Sánchez
Con el retraso, Moncloa evita aprobar su paquete fiscal con el PP y se da un margen para intentar salvar los impuestos a la banca y a las energéticas.
El desacuerdo entre los socios de investidura ha llevado al Gobierno a aplazar de nuevo la Comisión de Hacienda del Congreso que se iba a celebrar este jueves para aprobar su "reforma fiscal". Con el retraso, Moncloa evita una nueva derrota parlamentaria para Pedro Sánchez y se da más tiempo para negociar, aunque las posturas están muy enrocadas.
El objetivo del Gobierno es intentar conseguir la cuadratura del círculo para aprobar, al mismo tiempo, la trasposición de una directiva europea y mantener los impuestos a la banca y a las energéticas, que expiran a finales de este 2024.
España debería haber traspuesto la directiva europea -que garantiza un mínimo global de imposición del 15% para grandes empresas y multinacionales- a finales de 2023 y puede ser sancionada si no lo hace. Pero el Ministerio de Hacienda decidió incluir como enmiendas, entre otras, la conversión a impuestos de los gravámenes a la banca y a las energéticas.
El problema es que durante este proceso el Gobierno ha desajustado el paso de sus socios. Primero pactó con PNV y Junts un paquete que tenía un nuevo impuesto a la banca algo más reducido y eliminaba el impuesto energético. PNV, aunque prefiere que se vote sólo la transposición, podría ir dentro de este bloque.
Sin embargo, los socios de izquierda -Podemos, ERC y Bildu- no quieren dejar fuera del paquete fiscal el impuesto energético. Pero, según explican fuentes de Junts, trasladaron al Ejecutivo que o se votaba su paquete (banca, sí; energéticas, no) al completo, o no apoyarían al Gobierno. Y la izquierda no apoyaría un paquete sin energéticas.
Algunos socios del Gobierno pidieron que se aprobase sólo la transposición de la directiva y que los impuestos en discordia ya se negociarían más adelante, pero Moncloa prefiere no hacerlo y, de hacerlo, Junts no habría aprobado sólo la transposición, así que de nuevo esa es una vía muerta.
El portavoz del PNV en el Congreso, Aitor Esteban, criticó que Hacienda haya incluido todas esas enmiendas en la transposición de la directiva europea, algo que calificó de "mezcolanza". "Estoy sorprendido. Creía que la política se trataba de llegar a acuerdos realizables", dijo en una rueda de prensa. "Entre el Gobierno y los partidos de izquierdas se está haciendo un galimatías... ¿Qué espectáculo es este?", añadió.
La única opción que tenía el Gobierno este jueves al mediodía era echarse en brazos del PP para poder sacar algo adelante. Fuentes del PP reconocieron estar "en contra de cualquier subida impositiva" y dijeron que solo apoyarían "las que vengan impuestas por el marco comunitario, como es el caso de la transposición de la directiva sobre el mínimo complementario de sociedades pactado en Bruselas".
Con estas palabras, las fuentes populares venían a indicar que apoyarían la transposición, pero no el resto de impuestos. Si bien esto habría servido al Gobierno para pasar la votación, habría sido toda una derrota, ya que se aleja de sus intenciones reales.
Así las cosas, el Ejecutivo ha decidido darse tiempo para intentar seguir negociando con sus socios, aunque las posiciones están tan enrocadas que es difícil pensar que vaya a salir algún tipo de alternativa. La nueva cita se dará el lunes que viene a las 17.00.