Política 41º CONGRESO DEL PSOE

La corrupción transforma el congreso del resurgir del PSOE en el de la "resistencia" y la confabulación contra Sánchez

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Nadie en el PSOE esperaba hace un mes que el 41º Congreso Federal que arrancó este viernes en Sevilla acabase girando en torno a la corrupción. O no tanto. Sin embargo, el evento, que se había planteado como un resurgir para el partido, ha acabado convertido en un intento de la famosa "resistencia" de Pedro Sánchez contra aquellos que, según los socialistas llegados a Sevilla, confabulan contra él.

Lejos queda ya el objetivo inicial de este congreso federal: relanzar el proyecto, actualizar el ideario socialista, dar imagen de unidad y enfrentar lo que queda de legislatura –el Gobierno está convencido de que la agotará– con energías renovadas. De hecho, se había planeado un congreso como las convenciones estadounidenses, con ambiente festivo y por todo lo alto.

Pero la realidad no ha permitido que sea así. Lejos de hablar de ideología y de programa, los distintos altos cargos del partido han tenido que acabar abordando en público y en privado todos los casos de corrupción que salpican al partido.

Según trasladan fuentes de Ferraz, hay mucho malestar por las distintas informaciones que están saliendo en torno al presidente del Gobierno y a su entorno político y personal más cercano. Aunque aseguran que no están preocupados por lo que se está conociendo, lo cierto es que en los corrillos de este congreso federal no se ha hablado de otra cosa.

Otras fuentes del partido menos alineadas con Sánchez sí reconocen que el grado de preocupación es alto y se está contagiando incluso a los militantes. Aunque hay cosas que consideran igualmente una ofensiva de la derecha, los frentes son tantos y apuntan tan alto que creen que sólo es cuestión de tiempo que algo acabe dañando de manera severa al PSOE.

La vicesecretaria general del PSOE y vicepresidenta primera y ministra de Hacienda del Gobierno de España, María Jesús Montero, este viernes en el congreso del PSOE.

La vicesecretaria general del PSOE y vicepresidenta primera y ministra de Hacienda del Gobierno de España, María Jesús Montero, este viernes en el congreso del PSOE. Joaquin Corchero Europa Press

Según comentan estas fuentes, hay menos interés del que había en otros congresos por entrar en la Ejecutiva del partido por culpa de la situación de inestabilidad y ante el temor de que pueda acabar quemando a los más cercanos a Sánchez. Antes, según comentan, la gente "se peleaba por entrar". Ahora eso no pasa.

Por poner en contexto, el congreso federal ha arrancado el mismo día en el que el ya ex secretario general del PSOE madrileño Juan Lobato ha tenido que declarar en el Tribunal Supremo en una causa que intenta dilucidar quién o quiénes incurrieron en una revelación de secretos al filtrar un correo electrónico del abogado de la pareja de Isabel Díaz Ayuso en el letrado admite que Alberto González Amador cometió dos delitos fiscales.

También ha arrancado el mismo día que se ha conocido que Víctor de Aldama, empresario investigado en el caso Koldo, estuvo en Ferraz la noche electoral de noviembre de 2019. Y el mismo día que Javier Hidalgo ha comparecido en una comisión de investigación del Senado para hablar sobre el millonario rescate de Air Europa, concedido por el Gobierno de Sánchez.

Por si no fuera poco, el congreso ha empezado dos días después de que un juzgado de Badajoz haya llamado a declarar como investigados al hermano del presidente, David Sánchez, y al presidente de la Diputación de Badajoz y secretario general del PSOE en Extremadura, Miguel Ángel Gallardo.

Pasar a la ofensiva

En el PSOE hay una sensación de que hay que pasar a la ofensiva por todos estos asuntos, especialmente contra el PP, que aprovecha los frentes de corrupción para desgastar al Gobierno. "El problema aquí es que se dicen muchas cosas, pero nadie aporta pruebas. Estamos esperando a que vengan las pruebas de algo de lo que se ha dicho", asegura un alto cargo de Ferraz.

El partido no descarta intentar tomar acciones legales contra el PP por reproducir discursos como el de Víctor de Aldama, que implicó a varios cargos del PSOE en prácticas corruptas en su reciente declaración en sede judicial.

"El aforamiento no es una barra libre para atacar al adversario", dice el mismo alto cargo. "Se verá si se pueden tomar acciones legales. El problema es que en el PP se cuidan mucho en lo que dicen, creemos que lo dicen pensando en una respuesta y se amparan en que una persona ha dicho algo, como si no lo dijeran ellos", añade.

Los siguientes pasos dependerán "de a cuánto más vayan ellos", en referencia al PP. "Miguel Tellado [portavoz del PP en el Congreso de los Diputados] sabemos que irá a más. Pero hay que ver dónde ponen el listón y está bien saberlo", comenta.

La mayor muestra de que el congreso no es lo que se esperaba se vivió en las primeras declaraciones que protagonizaron la vicepresidenta primera del Gobierno, María Jesús Montero, y el secretario de Organización, Santos Cerdán.

Las pocas preguntas que se le hicieron versaron sobre corrupción y Montero acabó llamando "golpista", hasta en dos ocasiones, al líder de la oposición, Alberto Núñez Feijóo, intentando dibujar la imagen de que el Gobierno está siendo asediado por fuerzas que no aceptan el resultado de las urnas.