Ángel Víctor Torres, más en el foco: de las mascarillas a los "encuentros" en el piso de Atocha alquilado por Aldama
- El empresario señala al ministro y expresidente canario en su escrito al juez, en el que explica que se negó a pagarle una comisión de 50.000 euros porque ya le debía "una muy gorda" por supuestos favores.
- Más información: Aldama entrega al TS un listado de contratos públicos "pre-adjudicados por Ábalos" a cambio de comisiones.
Antes del caso Koldo ya existía un caso Mascarillas. En la cartera de ministro de Ángel Víctor Torres, recibida a finales de noviembre de 2023, ya había una carpetilla con la investigación de la Fiscalía Anticorrupción sobre el pago de cuatro millones de euros por adelantado a la empresa RR7 United por mascarillas que nunca fueron entregadas al Gobierno de Canarias.
Poco después, el asunto pasó a la Fiscalía Europea. Y allí seguía cuando, el pasado febrero fue detenido Koldo García, el exasesor para todo de José Luis Ábalos, y comenzó a aparecer el nombre de un tal Víctor de Aldama
Este miércoles, el empresario, ya para todos el protagonista principal de la trama presuntamente corrupta, amplió sus confesiones, con un escrito presentado ante el magistrado del Tribunal Supremo Leopoldo Puente.
Según el documento, si Torres no cobró en dinero es porque ya lo había hecho en especies: con "encuentros" clandestinos con prostitutas en un piso de la madrileña calle Atocha alquilado por Aldama.
En el escrito, al que tuvo acceso este periódico, Aldama se ratifica en su afirmación de que el entonces presidente de Canarias "pidió 50.000 euros" en comisiones a cambio de la concesión de contratos a Soluciones de Gestión SL, la empresa que vendía las mascarillas al Ministerio de Transportes, a empresas públicas y a los gobiernos socialistas de Canarias y de Baleares, a través de su contacto privilegiado con Koldo y Ábalos.
Pero, sobre todo, Aldama explica en esos papales el porqué de su negativa a pagar: "Nos debe una grandísima", le dijo a Koldo para argumentar su rechazo de plano a pagar más de lo ya acordado con él y Ábalos.
Según las nuevas revelaciones del investigado, Aldama ya mantenía una relación frecuente con el hoy ministro de Política Territorial Ángel Víctor Torres. Relación que, según manifiesta, incluyó facilitarle inmuebles en Madrid "para encuentros de diversa naturaleza".
Fuentes próximas al empresario indican que con ese eufemismo se refiere a citas a las que acudían mujeres.
La expresión "nos debe una grandísima" aludía, afirma el escrito, a "las gestiones que Aldama había realizado con anterioridad facilitando inmuebles" para esos encuentros "en los que participaba junto a otras personas el sr. Torres". En particular, asegura, "fue recurrente el alquiler de un piso en la calle Atocha".
El documento entregado este miércoles al juez del Supremo que instruye el caso añade: "Me dice que Ángel Víctor Torres pide 50.000 euros, yo le digo que no voy a pagar más de lo que está acordado y menos [cuando hay] otro contrato que depende de él".
Aldama se refería "a las comisiones que ya estaban acordadas con José Luis Ábalos y Koldo García" relativas a la adjudicación de material sanitario a la empresa Soluciones de Gestión para hacer frente a la Covid-19, explica.
Equipaje camino a Madrid
Ya cuando aterrizó en Madrid para ser ministro, Torres llegaba con algunos problemas judiciales abiertos y con más rumores, con origen en el propio PSOE insular.
Tanto él como algunos de sus hombres fuertes se habían generado enemigos en el seno de la federación socialista canaria por su ejercicio "sospechoso" del poder y por ser capaces de "sobrevivir" a pesar de las investigaciones judiciales, y los durísimos informes negativos de la Audiencia de Cuentas.
Dos nombres sobresalían por encima de todos: Conrado Domínguez, ex director del Servicio Canario de Salud; y Antonio Olivera, su antecesor en el cargo, firmante de los contratos con la trama Koldo, y hoy su jefe de Gabinete en el Ministerio.
Cuando a finales de febrero estalló la operación Delorme, nombre policial en clave de lo que los periódicos inmediatamente llamaron caso Koldo, nadie se sorprendió en las islas, ni siquiera dentro del PSOE canario. Porque los protagonistas en Canarias eran los mismos.
Y sus nombres habían salido también en el caso Tito Berni, en el citado caso Mascarillas y en el conocido como caso Damco, otra trama de compraventa de material sanitario al Ejecutivo canario.
Torres fue ministro como cuota canaria tras la inesperada defenestración de Héctor Gómez en Industria, dado que Salvador Illa reclamó para el PSC esa cartera, según fuentes de Ferraz. Muchos ministros de Industria en España han sido catalanes, y esta vez le tocó a Jordi Hereu, un exalcalde de Barcelona prácticamente retirado de la política.
El político canario se presentó en Madrid como uno de esos barones con derecho a ser resarcidos. Había ganado sus elecciones autonómicas, pero una alianza de Coalición Canaria y el PP se había llevado por delante su Gobierno. Pedro Sánchez, consciente de que no sólo había una "ola de derechas", sino que parte de la derrota autonómica y municipal se le podía apuntar a él, no dudó en hacerle hueco en el Gobierno.
Pero a los tres meses de recibir la cartera, con el estallido del caso Koldo, no tardó en aparecer su nombre en las investigaciones, al haber sido la canaria, junto a Baleares las dos autonomías en las que penetró la trama del comisionista Aldama.
Un móvil como 'prueba'
Después de la primera declaración del empresario ante el juez, que le valió la salida de la cárcel, Torres fue llamado a la 'comisión Koldo' del Senado. Allí negó la acusación de que quiso embolsarse 50.000 euros.
"Lo que tengo que decir con claridad es que yo no tengo ninguna relación con el señor Aldama, que dijo en sede judicial que tenía una relación personal conmigo, con 'Víctor Ángel'. Ni siquiera sabe cómo me llamo", sentenció
"Es una grave acusación", dijo, "que empaña la imagen de una persona y va contra su honorabilidad", expresó hablando de sí mismo en tercera persona. El ministro aseguró que no tiene "ningún trato con él"... aunque admitió que eso no quita que "pueda aparecer una foto con esa persona en un acto público con más personas".
Torres ha demandado al empresario por intromisión en su honor. Lo cierto es que, del mismo modo que la foto de Aldama con Sánchez tardó en filtrarse, esa imagen del ministro junto al comisionista aún no ha aparecido. Pero las otras "personas" sí: en forma de fiestas con mujeres celebradas en un piso alquilado como dádiva para él.
Ésa es, de momento, la versión del comisionista. Pero en el escrito en el que la detalla también pide al juez Puente analizar el contenido del teléfono móvil que le incautó Santiago Pedraz, el magistrado de la Audiencia Nacional, en el marco del caso Hidrocarburos, para demostrar sus contactos con "altos cargos del Gobierno".