Susanna Moll: "La herida en el PSOE no se cerró. La Ley Trans es un error y lo queer un caballo de Troya en el feminismo"
- "La postura del partido sobre la Q+ debe ser la aprobada en el congreso federal"
- "El problema del sector 'queer' es que no sabe definir qué es una mujer"
- "Irene Montero ha hecho un daño increíble al movimiento feminista"
- "La Ley Trans se cambiará, pero habrá gente que se quedará por el camino"
Susanna Moll (Neuss, Alemania, 1964) es una de esas mujeres que pertenecen al llamado feminismo clásico del PSOE, un concepto a veces ambiguo y sin rostro. Senadora por Baleares hasta la pasada legislatura, emuló a Carmen Calvo y se saltó la disciplina de voto para votar en contra de la Ley Trans. Ahora, en el 41º Congreso Federal del PSOE, participó en la polémica comisión que consiguió que las resoluciones del partido no incluyeran la Q+ en el acrónimo LGTBI.
El revuelo interno generado por esta enmienda y otra que prohíbe a los hombres participar en el deporte femenino ha demostrado que en el PSOE todavía existe una división interna: están el feminismo clásico y el llamado LGTBI.
De hecho, 24 horas después de concluir el congreso federal, el secretario de LGTBI del PSOE, Víctor Gutiérrez, aseguró que lo votado en Sevilla ha sido "un grave error" y que no representa "el sentir mayoritario" de la formación. O bien no siguió de cerca el asunto, o se trata de una ambivalencia calculada.
A esa marcha atrás del PSOE hay que sumar las intensas críticas de otros partidos de la izquierda como Podemos o incluso Sumar, socio en el Gobierno de coalición, que acusó a los socialistas de "copiar" a la extrema derecha. En este contexto, Moll recibe a EL ESPAÑOL para intentar aportar algo de luz a un debate complejo, tanto dentro como fuera de su partido.
¿Cuál es la postura oficial del PSOE con respecto al deporte femenino y la Q+? En el congreso federal se aprobó una cosa, pero el secretario de LGTBI, Víctor Gutiérrez, dijo 24 horas después que lo aprobado era "un grave error" y que no representa "el sentir mayoritario del partido".
La postura oficial del partido debe ser la que ha salido aprobada del congreso federal, que está para eso, para plantear las bases ideológicas del futuro. La gente votó lo que era su sentir. Es absurdo pensar que lo que se votó y el sentir sean dos cosas distintas. Nosotros votamos el sentir por mayoría y quedó plasmado. Eso debe respetarse porque es lo que ha salido del congreso federal del partido. Yo creo que Víctor Gutiérrez se está equivocando, veremos el respaldo que tiene de la dirección.
Él dijo que hablaba en nombre del partido e incluso del Gobierno. Le preguntamos a Ferraz y dijeron que la postura de Gutiérrez era la del partido.
Pues no lo sé. Yo sé lo que se aprobó en el congreso, y los delegados y delegadas que estaban ahí representaban a todos los militantes del partido. Eso es lo que se tiene que respetar. Víctor también dijo que se había pactado un documento de resolución, pero las cosas no se hacen así. Se hace un documento marco que se envía a los militantes y estos hacen enmiendas. Y lo que se aprueba, se aprueba por mayoría.
Lo llamativo de todo esto es que no ponen en duda ninguna otra cosa que se haya aprobado en el congreso federal. ¿Todo lo demás es lícito y válido y se pone esto en duda porque no les interesa?
Este asunto de la Q+ se votó en comisión y después en pleno. ¿Eso es común?
El reglamento dice que las enmiendas que pierdan se pueden llevar a pleno si han sacado el 30% de los votos. Nuestra enmienda ganó por 57 a 28. Ganamos. Pero, aun así, se decidió elevarla a pleno. Bueno… fue una interpretación del reglamento y se hizo así. Pero luego en el plenario también ganamos, aproximadamente 220 a favor y 170 en contra. Así que fue evidente el resultado.
Decía Víctor Gutiérrez que hay un sector "organizado" dentro del PSOE que busca "volver hacia atrás en derechos". Se refería a las feministas clásicas, claro. ¿Cómo de organizadas están dentro del partido?
Nosotras estábamos organizadas, es verdad. Porque estábamos muy unidas y nos repartimos las distintas enmiendas y las defendimos en el congreso. Pero las defendimos con mucha calma, sosiego y tranquilidad. Se ha dicho que fuimos a reventar, pero nadie reventó nada ni se coaccionó a nadie. Es verdad que cuando se aprobó nuestra enmienda cantamos "viva la lucha de las mujeres". Pero sólo lo cantábamos, eso no es odio hacia nadie. Yo creo que lo que pasó es que llevamos cuatro años haciendo pedagogía dentro y fuera del partido y que poco a poco se ha entendido el tema.
Por seguir con la pedagogía: ¿por qué el llamado feminismo clásico se opone a la Q+?
La Q es queer y creemos que va en contra de la agenda feminista, porque los queer defienden la regulación de la prostitución, los vientres de alquiler y todas estas cosas que nosotros queremos abolir. Entre otras cosas, queremos abolir el género. Porque el sexo es biológico, pero el género son los estereotipos sexistas que nos imponen para oprimirnos a causa de nuestro sexo.
Queremos liberarnos de eso. Queremos que los niños puedan jugar con muñecas y que las niñas puedan jugar al fútbol. La teoría queer nos dice que si un niño no se comporta de una forma que corresponde a su sexo, entonces es que es de otro sexo. Esto, para nosotras, es absurdo. Esto blinda los estereotipos. Los niños pueden jugar con muñecas y siguen siendo niños y las niñas no son menos niñas por jugar al fútbol.
Si nos libramos de todo esto, podemos llegar a una sociedad en la que todo el mundo puede hacer libremente lo que le parezca, vestirse como quiera y dedicarse a lo que quiera. No está mal el cuerpo de las personas, está mal la sociedad que nos impone unos estereotipos que nos oprimen. No hay que romper el cuerpo de las personas, hay que romper el estereotipo sexista.
También se aprobó en el congreso federal que los hombres no puedan competir en deportes femeninos. Al margen de la obviedad, no se puede aplicar nada si el PSOE no define lo que es una mujer.
El problema es ese, porque como ahora se pueden registrar como mujer, entonces ya es mujer y punto. El problema de este sector es que no saben definir qué es una mujer. Ahora, lo que es un hombre lo saben perfectamente.
Pero, si te fijas, aquellos que quieren comprar un bebé por vientres de alquiler saben perfectamente qué es una mujer. Porque una mujer trans no les puede servir para eso. Los talibanes saben perfectamente a quién azotar cuando no se tapan el pelo. La violación, que se emplea como arma de guerra… los que lo hacen saben perfectamente a quienes violan. ¿Es tan difícil entender lo que es una mujer? Me asombra mucho, porque ser mujer parece que es una cuestión de fe.
La pasada legislatura hubo un conflicto muy grande, a raíz de la Ley Trans, entre el llamado sector LGTBI y el feminismo clásico. ¿Se ha reabierto esa herida?
La herida no estaba cerrada. Para nada. Nosotras seguimos explicando y seguimos explicando. Yo sigo creyendo que la Ley Trans es un error que nos perjudica a las mujeres y, por ende, a toda la sociedad. Si somos demócratas, tenemos que ser feministas. Lo queer es un caballo de Troya que nos han metido al feminismo. Lo que pasa es que se ha vestido de progresismo, de que todo esto es muy guay y muy moderno, pero no es verdad. Es de un individualismo neoliberal brutal. Blindar los estereotipos sexistas como el género es homofobia y misoginia patriarcal.
¿Entonces el PSOE sigue partido en dos?
No creo que esté partido en dos. Creo que, como en la sociedad, hay mucha gente que no entiende lo que está pasando. Por eso tenemos que hacer pedagogía, que entiendan nuestros conceptos. Han conseguido mucho con nuestro buenismo, con que son personas que sufren muchísimo.
Pero nosotras no queremos que nadie sufra, eso también lo intentamos explicar. No odiamos a nadie, no queremos discriminar a nadie. Estamos en el PSOE porque queremos que todos tengan los mismos derechos y oportunidades. Pero sus deseos no pueden estar por encima de los derechos de la mitad de la población.
Aun así, en el último congreso federal hemos visto que hemos avanzado y hemos conseguido que más gente lo entienda y, por mayoría, esas personas han votado lo que sienten y por eso hemos ganado las enmiendas.
Bueno, pero hay muchas mujeres feministas que sí están a favor de medidas como la Ley Trans.
Claro que hay mujeres que se creen feministas. Pero si tú no participas de los postulados básicos de una teoría, es muy difícil que te puedas llamar así. Tú no puedes decir que eres marxista pero defender el capital.
¿Entonces Irene Montero no es feminista?
Para mí, no. Para nada. Al contrario, Irene Montero ha hecho un daño increíble al movimiento feminista.
Las feministas clásicas del PSOE queréis cambiar la Ley Trans. ¿Pero veis eso realmente posible? Con la ley del sólo sí es sí hubo una serie de reducciones de condena que generaron un sentido de urgencia. Eso no se está produciendo con la Ley Trans.
Supongo que ahora mismo no se cambiará, pero es un camino largo. El movimiento feminista organizado lleva 300 años. A la larga tienen que darse cuenta del error, porque en otros países que se aprobaron normas similares ya se está retrocediendo. Tenemos que esperar un poco, lo malo es que habrá gente que se quedará por el camino. Eso es lo que más duele, porque va a ser demasiado tarde para algunas personas.
Hay gente que les acusará de transfobia.
No hay que discriminar a nadie. Cuando decimos que las personas que se consideran trans necesitan ayuda, no estamos odiándoles. Las personas se agarran a lo del género, tienen que darse cuenta de que lo que queremos es librarnos de todos estos estereotipos sexistas para ser libres todos. ¿Cuántas etiquetas nos queremos poner? ¿Qué es una identidad sexual? No podemos poner millones de etiquetas.
Igualmente, queremos que tengan todos los derechos, que no se les discrimine, que no se les insulte, que no se les agreda, que les den trabajo independientemente de cómo son… Eso viene de los estereotipos y vamos a quitar todo eso. Lo que no puede ser es que nos quieran invadir nuestros espacios, porque nos ha costado mucho conseguir nuestros espacios seguros.
¿Tuvo alguna consecuencia para usted votar en contra de la Ley Trans?
Es verdad que ya no soy senadora. Pero también es verdad que hubo unas elecciones que se perdieron a muchos niveles y hay muchos compañeros muy válidos que han tenido que postularse a muy pocos puestos. ¿Que era una buena excusa para no ponerme porque había sido díscola? Pues puede que sí, pero a lo mejor tampoco hubiera estado igualmente.
El PSOE ha renovado el compromiso para intentar abolir la prostitución, pero no parece que pueda contar con los socios para eso. ¿Debería apoyarse en el PP?
El PP y el PSOE son dos partidos de Estado. Son los más grandes y los más potentes y se ha llegado a acuerdos en otros temas. Entonces, sí, se tiene que llegar a un acuerdo con el PP sobre este tema. A nosotras nos interesa que se consigan las cosas, así que ojalá se pudiera.
El PSOE intentó prohibir todas las formas de proxenetismo, pero en el debate del Congreso de los Diputados les acusaron de no haber tenido en cuenta las consecuencias que podía tener para las mujeres que ejercen la prostitución. No sé si ahí hacen algo de autocrítica.
Hay que tener en cuenta esas consecuencias, sí. La diferencia entre abolir, que es lo que pedimos, y prohibir es precisamente que la ley prevea una serie de medidas para poder insertar en la sociedad a las mujeres que han sido prostituidas. Es muy importante, igual que tiene que haber una parte para sensibilizar a la sociedad y que se entienda. Pero a las mujeres no se las puede dejar colgadas.
¿Cómo interpreta que la ministra de Igualdad, Ana Redondo, ya no sea secretaria de Igualdad del PSOE? ¿Qué opina de Pilar Bernabé como su sustituta?
No lo podemos valorar, porque tampoco queremos entrar a especular. No sabemos si a lo mejor fue la propia Redondo la que dijo que no quería seguir, por lo que fuera. En cuanto a Bernabé, hay que darle un voto de confianza. Según me han dicho, es feminista y tiene clara la agenda feminista. Yo espero que nos reciba y que podamos hablar con ella y que entienda nuestros postulados.