Sánchez agravia a los jueces al hablar de "cartas marcadas" con el PP y presentar como "normal" que vaya a ver a Puigdemont
- El control de fronteras, gran escollo para la cesión de la inmigración, primer paso para negociar los Presupuestos, de cuya aprobación duda el Gobierno.
- Más información: Sánchez sugiere que el PP maneja información reservada de los jueces: "Juega con cartas marcadas y eso me preocupa".
Carles Puigdemont mantiene en vilo a Pedro Sánchez. El presidente y sus ministros explican que se sorprendieron este lunes con la virulencia del líder de Junts contra el Gobierno y más aún con su petición de ir a una "cuestión de confianza".
Negocian con Junts el cumplimiento de asuntos pendientes muy complicados de pactar, mantienen diferencias difíciles de solventar sobre impuestos y ni siquiera tienen seguridad que los de Puigdemont estén interesados en apoyar los Presupuestos para 2025. Miembros destacados del Gobierno ven ahora imposible aprobar las cuentas.
La versión oficial apuesta a que sí podrán sacar adelante los Presupuestos, pero más como un deseo y una estrategia política que como una certeza. A eso se aferran, y cada vez que escuchan palabras críticas de Junts insisten en que es una táctica negociadora de los independentistas para subir el precio de sus demandas, como expresaron este miércoles en los corrillos de la tradicional copa de Navidad en la Moncloa.
Al tiempo, el presidente del Gobierno intensifica su pulso con los jueces, hablando de "cartas marcadas", para dejar el mensaje de que existe connivencia entre la Justicia y el PP para acosar a los socialistas. Lo hace en un momento en el que intenta sobrevivir a los procesos judiciales que afectan a su entorno familiar y político.
Además, Sánchez normaliza la posibilidad de que pueda reunirse y fotografiarse en algún momento con Puigdemont y habla de "coherencia" porque hace un año ya se mostró dispuesto a tal encuentro. La diferencia es que ahora el expresident ya no es eurodiputado y, además, se burló de la Justicia hace unos meses cuando se fugó en las inmediaciones del Parlament.
Sánchez no concretó si esperaría a que Puigdemont fuera amnistiado, pero para el momento en el que se negociaran o aprobaran los Presupuestos es casi seguro que aún no se le habrá aplicado la ley que ahora depende del Tribunal Constitucional.
El presidente del Gobierno explica que el objetivo de su política ha sido normalizar Cataluña, que lo va consiguiendo con Salvador Illa en la Generalitat y con la Ley de Amnistía aprobada y que, entonces, lo coherente es normalizar sus relaciones con Puigdemont y con Oriol Junqueras, si es que éste es elegido líder de ERC este fin de semana.
De momento, esos contactos los mantiene Sánchez a través de José Luis Rodríguez Zapatero y de Santos Cerdán en encuentros en Suiza con un mediador salvadoreño. En los próximos días podría producirse otro encuentro.
El Gobierno explica que aún no ha empezado la negociación sobre los Presupuestos, que antes discuten con Junts asuntos pendientes, especialmente la cesión a Cataluña de competencias de inmigración, que pactó hace casi un año a cambio de sacar adelante un decreto.
Mossos en las fronteras
Según el Ejecutivo, esa negociación está muy avanzada, pero hay algún escollo importante, como el control de las fronteras. Cederlo es, de momento, imposible de asumir por el Gobierno y ofrece fórmulas intermedias como reforzar la presencia de los Mossos en las fronteras de Cataluña, aeropuertos y puertos.
Sólo si esas negociaciones fructifican se avanzaría hacia los Presupuestos, no antes de principio de 2025. La actitud de Junts indica que Puigdemont no quiere dejar caer a Sánchez y, menos aún, en una hipotética moción de censura de PP con Vox, pero sí "hacerle sufrir" obligándole a prorrogar los Presupuestos en vigor, que datan de 2023.
"Muevan el culo, paguen lo que deben a Cataluña y dejen de cosernos a impuestos", le dijo gráficamente Míriam Nogueras a Sánchez este miércoles en el Pleno del Congreso, porque el Gobierno y Junts mantienen una importante discrepancia sobre política fiscal.
De hecho, Junts coincide más con el PP que con el PSOE, y el Gobierno necesita que los independentistas acepten romper su acuerdo con Alberto Núñez Feijóo que acaba con la tarifa eléctrica. Ese escollo es notable, como paso previo a la negociación de Presupuestos.
A Junts también le irrita notablemente que los socialistas puedan bloquear el martes en la Mesa del Congreso su Proposición no de Ley que insta a Sánchez a someterse a una cuestión de confianza. Entienden que es una gota más en el vaso lleno de razones para no aprobar los Presupuestos.
Sánchez explicó a los periodistas en la Moncloa que su intención es presentar el proyecto de Presupuestos en las Cortes aunque no tengan garantizado aprobarlos y haya riesgo de rechazo.
Hay que recordar que Podemos también amenaza la aprobación de las cuentas porque su posición sobre impuestos es incompatible, de inicio, con la de Junts y PNV. Y los de Ione Belarra están muy molestos con el Gobierno porque consideran que les han "toreado" con el impuesto a las empresas energéticas.
Moncloa considera en todo caso que para Junts sería un error propiciar un Gobierno de Feijóo con Vox. "Cualquier acercamiento de Junts al PP, actúa en detrimento suyo en Cataluña y cualquier acercamiento del PP a Junts le abre un frente interno con algunos presidentes autonómicos o externo con Vox, con el único que puede sumar", asegura el presidente del Gobierno.
Para Sánchez, un pacto entre Feijóo y Junts es "una ficción", por más que el PP se vuelque en introducir cuñas en la relación entre el PSOE y Puigdemont, con asuntos ideológicos vinculados a política fiscal.