La portavoz de Junts, Míriam Nogueras (c), junto a los diputados Josep Maria Cruset (i) y Pilar Calvo (d), en el Congreso.

La portavoz de Junts, Míriam Nogueras (c), junto a los diputados Josep Maria Cruset (i) y Pilar Calvo (d), en el Congreso. Ricardo Rubio Europa Press

Política CONGRESO DE LOS DIPUTADOS

Junts cede a la presión y salva la ley del alquiler temporal de la izquierda después de tumbarla hace tres meses

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Junts aprieta pero no ahoga. Apenas una semana después de plantar al Gobierno en la comisión del impuesto a las energéticas y en medio de una escalada de tensión con Pedro Sánchez, la formación independentista catalana vuelve a tender la mano al Ejecutivo. Esta vez, para admitir a trámite una ley de los socios de izquierda (ERC, Sumar, EH Bildu, BNG y Podemos) que limita los alquileres temporales de viviendas y habitaciones.

La norma es importante por varios motivos más allá de que empiece su recorrido parlamentario, sobre todo porque Junts ya tumbó a mediados de septiembre, por sorpresa y en el último minuto, una ley prácticamente idéntica la cual había prometido apoyar. Aquella traición generó una enorme polémica entre los socios de Gobierno y los diputados de Carles Puigdemont.

A pesar de sus rechazos iniciales, los independentistas ceden después de negociar una serie de "retoques menores", como dejar patente que la competencia de vivienda sea exclusiva de Cataluña. Así, el Gobierno recupera su mayoría en el Congreso, la misma que exhibió durante la reforma fiscal y que va desde Junts hasta Podemos. En total, 176 votos.

Ahora bien. Junts va a permitir que la nueva propuesta para regular los alquileres de temporada supere el primer trámite, pero nada más. Fuentes del grupo parlamentario aseveran que su voto es "una oportunidad" para ponerse a negociar durante el trámite parlamentario y, quién sabe, "tapar agujeros" de la vigente Ley de Vivienda, que se aplica sobre todo en Cataluña.

"Seguimos sin estar de acuerdo en el fondo de ley. No estábamos de acuerdo en septiembre y tampoco ahora aunque la hayan retocado; hace falta un cambio de modelo radical", concretan. Junts negoció con los socios a la izquierda del Gobierno y prometió darles vía libre este martes; aun así, ninguno respiró tranquilo hasta que la vieron tramitada.

Los cambios con respecto a la antigua ley que presentó Sumar en septiembre y esta, acuñada por ERC con el apoyo del resto de la izquierda son, principalmente, tres.

En primer lugar, se eleva de 6 a 9 meses el periodo máximo de los contratos temporales. El segundo, que los propietarios de los inmuebles deberán dar su autorización para recontratar los alquileres. Por último, que se blinde la excepción competencial en Cataluña.

El texto de la ley, por tanto, es muy similar al que cayó hace unos meses, pero con los "retoques" a lo que se referían las fuentes Junts. Para el grupo liderado por Miriam Nogueras estas modificaciones hacen que la proposición de ley sea admisible para debatir y que, desde ahí, puedan "seguir trabajando".

Sobre el cambio de posición de Junts también es importante mencionar que, apenas un mes después de la primera votación fallida en el Congreso, se vivió una histórica manifestación por el derecho a la vivienda que apeló a todos los políticos. Una semana después, el 23 de octubre, la ministra Isabel Rodríguez, compareció en la Cámara para dar cuenta del "grave problema" que está viviendo España. 

A pesar de todo, a Junts y al Gobierno los separan muchos más matices de los que los unen. Aunque no entran en detalle lo que negociarán a partir de ahora, los independentistas creen que las ideas de la izquierda para reducir los fraudes de temporada no son más que "parches cosméticos" y que no proporcionan seguridad jurídica. El PNV defiende la misma tesis. 

Aunque nada es predecible y el Congreso sufre volantazos a veces de un minuto para el siguiente, entre los socios existe la esperanza de que esta vez, ya sí, se llegue a un acuerdo durante la tramitación de la ley. Principalmente, porque uno de los lugares donde más se han aumentado las protestas por la vivienda es en Barcelona. 

En el Gobierno creen que todo se trata de una estrategia de los posconvergentes para mantener el equilibrio: una semana te encadena dos derrotas parlamentarias y te deja plantado, y a la siguiente salva tu ley aunque no esté del todo de acuerdo con ella. También que el tema de la vivienda está "más caliente" en diciembre que cuando se votó la primera vez, en septiembre.