La salida de pateras hacia Canarias se triplicó mientras Marruecos exigía a España la entrega de refugiados saharauis
- De los 10.903 irregulares llegados a las islas desde las costas marroquíes en 2024, un total de 6.165 lo hicieron desde septiembre a diciembre, más de 50 al día. De enero a agosto, habían arribado 4.738 personas, menos de 20 al día.
- Más información: Ceuta recibe en 2024 el doble de irregulares que en 2023 y pide "socorro" a Sánchez por estar "casi en quiebra" por los menas.
A mediados de noviembre, Canarias ya había batido el trágico récord de llegadas de migrantes irregulares a sus costas. Se demostraba así, en datos, la denuncia de que la "crisis migratoria" se había convertido ya en una "emergencia humanitaria" que llevaba meses en la boca de su presidente, Fernando Clavijo. Finalmente, el año se clausuró con la brutal cifra de 46.802 personas llegadas ilegalmente a islas.
Pero los datos oficiales del Gobierno canario, a los que ha podido acceder este periódico, arrojan más conclusiones. La primera es una confirmación de otro triste vaticinio del jefe del Ejecutivo insular: con las calmas del otoño, se incrementó el tráfico de cayucos y pateras en los últimos meses del año. Y la segunda es que Marruecos fue el país de origen que más abrió la mano y dejó de controlar sus costas.
Desde las costas marroquíes zarparon por la ruta canaria 212 embarcaciones en todo el año 2024. Pero el régimen de Mohamed VI multiplicó por tres la llegada de embarcaciones a las islas desde septiembre. Hasta ese mes, la media de llegada de pateras desde las costas marroquíes era de 11 al mes, una cada tres días.
A partir de septiembre, se pasó a una media de 30 al mes, es decir, una patera por día.
Las fechas coinciden con dos polémicas políticas. Una de Rabat con la Unión Europea, y otra entre ambos gobiernos, separados por el Estrecho y por una gravísima crisis que estalló en el año de la pandemia y no se arregló hasta que Pedro Sánchez cedió el Sáhara a Mohamed VI.
Aunque, en teoría, las relaciones ya están "en una nueva página histórica, de confianza entre ambos países", el régimen de Rabat presionaba este verano al Gobierno español para que entregara a un grupo de saharauis, atrapados en Barajas y en huelga de hambre tras pedir asilo político en nuestro país.
La tensión diplomática alcanzó su cénit entre agosto y octubre. Y no se resolvió hasta que España 'corrigió' la posición de la UE respecto al Sáhara.
Sáhara, UE y España
A inicios de este mes, el Tribunal de Justicia de la Unión Europea (TJUE) suspendió la vigencia de los acuerdos agrícola y pesquero de la Unión con Marruecos, porque éstos reconocían el Sáhara como territorio de soberanía marroquí. Según el Alto Tribunal de la UE "el Sáhara Occidental es un territorio distinto de Marruecos".
Pero a los pocos días, el Ministerio del Interior español entregó a los saharauis que quedaban (a falta de algunos de ellos, que habían logrado escapar de las instalaciones aeroportuarias) a las autoridades marroquíes.
El rey Mohamed VI no perdió el tiempo para salir a defender el Sáhara Occidental como "la causa principal de todos los marroquíes" frente al TJUE. Y en su discurso dirigido a las dos Cámaras con motivo del inicio del año parlamentario, el rey alauí agradeció al Gobierno de España que, desde 2022, apoye su plan de autonomía marroquí para la antigua provincia española del Sáhara Occidental, comercializando con sus productos como propios de Marruecos.
Aun así, la presión migratoria desde Marruecos hacia Canarias (y Ceuta) se mantuvo en los meses finales del año.
Así, de las 10.903 personas que llegaron a las islas en pateras desde las costas occidentales marroquíes en 2024, un total de 6.165 lo hicieron desde septiembre a diciembre, a una media de 50 al día.
De enero a agosto, los migrantes irregulares marroquíes arribados a Canarias habían sido muchísimos menos: 4.738 personas en ocho meses, es decir, menos de 20 al día.
Marruecos y el grifo migratorio
España rozó en 2024 el récord de llegadas irregulares de migrantes registradas en un año, con 63.970 entradas, algo por debajo del máximo histórico de 2018, que fue de 64.298, según el informe final del año publicado por el Ministerio del Interior. Las llegadas de forma irregular crecieron un 12,5% respecto a 2023, pero hay una clave oculta: las llegadas procedentes de Marruecos.
Porque los datos son numéricamente muy similares a los del primer año de los gobiernos de Sánchez, pero muy diferentes en su distribución. Hace siete años, la gran mayoría de los accesos fueron por vía marítima a la España peninsular y las islas Baleares (54.703), en tanto que sólo 1.307 (el 2%) llegaron al archipiélago atlántico de Canarias en 2018.
En 2024, en cambio, el 73,2% de entradas se registró a través de la ruta canaria, donde casi uno de cada cuatro de los migrantes irregulares procedía de Marruecos, que siempre ha jugado con el llamado grifo migratorio, abriéndolo y cerrándolo como arma política para presionar a España.
Prueba de ello es que, a pesar de que las relaciones entre los dos gobiernos han mejorado en estos últimos dos años, y ya se rumorea que habrá una nueva Reunión de Alto Nivel (RAN) de los dos países en 2025, las tensiones de finales de verano se tradujeron en la multiplicación por tres de las pateras salidas hacia las islas.
Y entretanto, por un lado las ciudades autónomas españolas en el norte de África, fronterizas con el país magrebí, siguen aisladas y, por otro, Ceuta ha registrado el doble de entradas ilegales que en 2023.
El año 2024 se cerró con 2.675 llegadas de irregulares, lo que supone un 105,6% más. Así lo confirma el informe del Ministerio del Interior, actualizado a 31 de diciembre, recién publicado por el departamento de Fernando Grande-Marlaska.
Y así quedó constatado con el asalto migratorio de más de 10.000 personas lanzado en mayo de 2021 que hizo estallar la peor crisis diplomática y política entre ambos países desde la toma del islote Perejil, de soberanía española, en 2002 por tropas de Rabat.