El secretario general del sindicato Manos Limpias, Miguel Bernad, se prestó a hacer una oferta vinculante al exbanquero Mario Conde para contratarle como asesor del sindicato y facilitar su salida de prisión cuando cumplía condena por el caso Banesto. La oferta consistía en que realizara informes para ayudar a la organización en la lucha contra la corrupción política y económica, a pesar de que Conde había sido condenado a 20 años de prisión por un fraude contable de unos 3.000 millones de euros (501.200 millones de pesetas, entonces) y un agujero de 3.636 millones (605.000 millones de pesetas).
El origen de Manos Limpias era luchar contra la corrupción pero después se ha visto, según se desprende de la investigación seguida por la Audiencia Nacional, que había otros intereses ocultos. El juez Santiago Pedraz sospecha que Bernad se alió con el presidente de la organización de consumidores Ausbanc, Luis Pineda, para utilizar su maquinaria judicial con un uso fraudulento. Concretamente, se investiga posibles extorsiones a empresarios, banqueros o presidentes de cajas de ahorros para que pagaran ciertas cantidades a cambio de no demandarles o de retirar querellas contra ellos.
En ese lado oscuro del sindicato, EL ESPAÑOL ha tenido acceso a un documento guardado en los ordenadores de Manos Limpias donde se puede leer cómo Bernad quiso ayudar a Mario Conde a salir de prisión. Para llegar al tercer grado penitenciario se necesita tener un trabajo del cual obtener ingresos económicos como paso previo a la reinserción.
Conde, una víctima del sistema
“Uno de los profesionales más cualificados, abogado del Estado, que se pueden encontrar en estos temas -la lucha contra la corrupción económica-, es Mario Conde, en la actualidad en situación de 2º grado penitenciario en la prisión de Alcalá Meco”, sostiene Bernad en un escrito fechado en junio de 2005, poco después de que se le concediera el segundo grado y cinco meses antes de que el expresidente de Banesto consiguiera definitivamente el tercer grado.
Sólo se le podría pagar 300 euros por dictamen. Sin embargo, para Conde las retribuciones económicas no serían lo principal. Años después, y tras ser investigado por una nueva causa, se ha descubierto que tenía dinero en el extranjero que ha ido repatriando poco a poco a través de sociedades interpuestas y con la ayuda de sus hijos, tal y como consta en las actuaciones y por lo que fue enviado a prisión durante dos meses, tras ser detenido en abril de 2016. Da la casualidad que Bernad y Conde fueron detenidos y enviados a prisión por el mismo juez de la Audiencia Nacional, Santiago Pedraz, y con días de diferencia, en abril del pasado año.
En el escrito firmado por Bernad, y que está en poder de la Unidad de Delincuencia Económica y Fiscal (UDEF) de la Policía, defiende que Conde ha sido una víctima, “que está sufriendo una persecución de un sistema arbitrario” y sus conocimientos podían servir de ayuda “para aclarar situaciones de ilícitos penales prescritos”.
Reuniones con Conde en un hotel
Excolaboradores del sindicatos Manos Limpias reconocen que Bernad mantuvo cierta relación con Conde y que tuvieron una serie de reuniones en los años posteriores a su libertad en un hotel en Madrid. Según estos testimonios, el exbanquero quería utilizar al sindicato como plataforma para su carrera política, un sindicato limpio que le ayudaría en sus intenciones de hacerse hueco en el panorama político. Conde llegó a presentarse a las elecciones autonómicas gallegas en 2012, después de fundar un año antes el partido Sociedad Civil y Democracia (SCD).
Según los testimonios de estos excolaboradores, muy próximos a Bernad en esas fechas, el nexo de unión entre Bernad y Conde era Jaime Francisco Alonso García, miembro de la Fundación Francisco Franco. Este abogado fue la persona que pagó la fianza de 300.000 euros que el juez Pedraz exigió a Conde para salir de prisión tras su detención el pasado año tras las sospechas de haber repatriado 13 millones de euros desde el extranjero.
En declaraciones al diario El Mundo, el propio Alonso aseguró que era “motivo de satisfacción y orgullo avalarle, porque no debía estar en la cárcel.; nunca debió entrar en ella". Además, reconoció que eran amigos desde “hace más de 20 años”.
Unión por Fuerza Nueva
Por su parte, Miguel Bernad y Jaime Alonso se conocen, siempre según los testimonios de estos colaboradores, de la época de Fuerza Nueva, un partido político de extrema derecha que estuvo liderado por Blas Piñar, y al que Bernad perteneció.
Después de que se creara el sindicato Manos Limpias en los años 90, y Miguel Bernad fuera elegido secretario general, Jaime Alonso colaboró con él en la defensa de algunos asuntos. Estas fuentes sostienen que este abogado estuvo detrás de la victoria de Manos Limpias en el caso Atutxa, el primer gran logro del sindicato y por el que se condenó al entonces presidente del Parlamento vasco, José María Atutxa por un delito de desobediencia.
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