"Un atentado es deleznable, nunca se puede justificar y yo no lo he hecho", ha declarado esta mañana la estudiante murciana Cassandra, que ha sido juzgada en la Audiencia Nacional por un delito de humillación a las víctimas de ETA por los 13 tuits que escribió mofándose del asesinato de Carrero Blanco por ETA.
La Fiscalía, que en su escrito de acusación provisional solicitaba dos años y medio de cárcel, ha rebajado la petición de pena a un año de prisión y siete años de inhabilitación, suprimiendo la solicitud de tres años de libertad vigilada que efectuó inicialmente.
El juicio ha comenzado con una queja de la defensa, ejercida por el letrado Gonzalo Alberto Martínez, por la "indefensión" de la acusada debido a la "actitud pasiva del anterior defensor", al que Cassandra renunció afirmando que el letrado le confesó que era admirador de Carrero y porque alegó "trastorno mental por estar en un proceso de cambio de sexo".
Durante su interrogatorio ante la Sección Penal Cuarta de la Audiencia Nacional, Cassandra ha asegurado que lo que pretendía era "hacer humor en clave absurda". A preguntas de la defensa, ha manifestado que para ella Carrero Blanco "es irrelevante". "Murió 30 años antes de mi nacimiento", ha dicho la estudiante, de 21 años, que ha afirmado que "no era mi intención humillar a nadie"
Preguntada por el asesinato de quien fue presidente del Gobierno con Franco, la acusada ha señalado que "fue una muerte y como tal muerte es una tragedia".
"Discurso del odio"
El fiscal ha mantenido su pretensión de condena con apoyo en la doctrina del Supremo, que ha descartado la alegada clave humorística como elemento que exonera del delito de humillar a los víctimas del terrorismo.
El representante del Ministerio Público, Pedro Martínez Torrijos, ha enmarcado los tuits de Cassandra en el "discurso del odio" que "ensalza" las aciones de ETA y "hace escarnio y menosprecia" a la víctima.
El fiscal ha sostenido que la acusada "no ha mostrado una actitud de arrepentimiento" y ha señalado que el hecho de que una nieta del almirante Carrero haya expresado públicamente que no se siente ofendida por los tuits sobre su abuelo no es relevante a efectos penales. "No sabemos qué piensa el resto de su familia" y "además del honor y de la dignidad de los víctimas, existe un bien colectivo consistente en proteger a los víctimas del terrorismo", ha sostenido el fiscal.
La defensa, por contra, ha subrayado que la acusada no podía tener ninguna conciencia de la ilicitud de su conducta dada la multiplicidad de chistes sobre Carrero que hace no solo la gente de la calle sino humoristas, políticos o intelectuales.
El letrado ha señalado que la prueba del arrepentimiento de Cassandra es que borró los tuits y ha descartado que tuviera intención alguna de humillar a las víctimas del terrorismo. "Eran bromas rápidas e irreflexivas", ha manifestado.