Las llamadas “islas de la luna” se encuentran en el extremo norte del Canal de Mozambique, en el Océano Índico. Entre el norte de Madagascar y el norte de Mozambique. Son tres islas, y una de ella es Mohéli. Pues justo ahí es donde José Miguel Artiles Ceballos consiguió que le dieran una licencia para operar con su banco Bandenia. Legalmente sólo podía operar como banco allí. Sin embargo, su sede estaba en Madrid, concretamente en la localidad de Las Rozas.
A Artiles Ceballos se le acabó ayer su chiringuito cuando diversos agentes de la Unidad Central Operativa (UDEF) de la Policía, junto a agentes de la Guardia Civil, irrumpieron en su domicilio para llevárselo esposado, en el marco de la Operación Evasión. Junto a él, el resto de responsables del chiringuito financiero que había montado. Su negocio era una entidad de banca privada pero los investigadores sospechan que su función real era ayudar a sus clientes a blanquear su dinero de origen delictivo.
Artiles Ceballos era un conocido de la Justicia por blanqueo de capitales y evasión de impuestos. Según fuentes del entorno laboral, “Miguel” llevaba por lo menos ocho o nueve años ubicado en un edificio de Las Rozas. Según estás fuentes, él sabía que tarde o temprano darían con él.
Clientes "sospechosos"
Sus clientes, o por lo menos parte de ellos, llamaban la atención a su paso. Según relatan trabajadores del edificio, cuando veían aparecer a colombianos o italianos con un aspecto sospechoso “se sabía a dónde iban”. Hace un tiempo, Miguel era más afable con el personal. Sin embargo, un tiempo atrás decidió contratar, siempre según estas fuentes, a un ciudadano rumano para que se encargara de su seguridad personal.
Desde hacía tiempo no se dejaba ver por fuera del edificio. Entraba con su coche Merceces por el garaje y salía por el mismo sitio. Excepto este martes que, según fuentes presentes a su llegada a la finca, fue trasladado por agentes de la Guardia Civil con un Porsche Cayenne.
“Lo mejor que le podía pasar es que le detuvieran. La otra opción es que acabase muerto”, sostienen algunos empleados de Artiles. Fuentes de la investigación explican que el máximo responsable de Bandenia tenía deudas pendientes porque se habría quedado con dinero de clientes, según datos manejados por los investigadores.
Hasta ahora, este canario de nacimiento había conseguido siempre escurrirse de la Justicia. Pero la picota se la pisó “la reina de la coca”. Ana María Cameno, una narcotraficante condenada en 2011 después de que la Policía Nacional la detuviera en una operación en la que se desmanteló el "mayor y más sofisticado laboratorio clandestino de cocaína de Europa" . Tres años después, volvió a ser detenida por reestructurar su organización criminal.
La 'reina de la coca', su talón de Aquiles
En esa segunda investigación, la Policía descubrió que parte de su dinero lo estaba blanqueando a través de la entidad financiera Bandenia. Ahí es cuando la Policía puso el ojo en Artiles.
Dos años después, le han dado captura en una operación dirigida por el juez de la Audiencia Nacional José de la Mata, quien este miércoles deberá decidir si envía a Artiles y sus cómplices más próximos acaban en prisión. Uno de los principales objetivos de la operación es obtener información sobre clientes a quienes supuestamente se les habría ayudado desde el grupo empresarial Bandenia para blanquear dinero.
Entre los clientes, podría haber personas relacionadas con el narcotráfico, la prostitución o investigados por blanqueo de capitales en causas ya abiertas en diversos Juzgados. Según fuentes de la investigación, Bandenia concedía préstamos que en algunos casos ascendían a los 12 millones de euros y que en algunos casos se está analizando si podrían ser una tapadera. Es decir, que el préstamo no es real sino que es una operativa simulada entre el cliente y la entidad para blanquear dinero del primero.
Para los investigadores, Bandenia es un “banco pantalla”. Las sospechas se fundan en que los gestores de la entidad investigada hacen de pantalla para llevar a cabo movimientos internacionales de divisas, sin que los organismos fiscalizadores españoles ni otras jurisdicciones sean capaces de conocer a los verdaderos titulares de los capitales desplazados. De esta forma, aunque el Grupo Bandenia tenga una sede en Madrid dispone de ramificaciones internacionales: muchas de ellas calificadas como off-shore a efectos de las consideraciones de blanqueo de capitales.
Bandenia, una corresponsalía bancaria
En líneas general, el funcionamiento de Bandenia consiste en que posee cuentas corrientes de las que a todos los efectos la entidad es la titular. Al mismo tiempo, opera con otras entidades bancarias españolas, que sólo conocen que Bandenia es titular de unos saldos y que ordena transferencias de divisas a bancos localizados principalmente en diversos paraísos fiscales, sin saber a qué obedecen cada uno de los abonos y cargos producidos.
De esta manera se oculta el envío de grandes cantidades monetarias de origen dudoso y facilitando la compensación internacional. Al no tener autorización para operar como entidad financiera en España, su actividad se enmarca dentro de lo que se conoce como corresponsalía bancaria, considerada como una actividad de gran riesgo internacionalmente.
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