Los dos Mossos d'Esquadra Xavier Goicoechea y Carlos de Pedro, y el historiador Josep Lluis Alay que acompañaban al expresidente catalán Carles Puigdemont en el viaje desde Finlandia a Bruselas durante el que fue detenido por las fuerzas de seguridad alemanas, han declarado este lunes en la Audiencia Nacional por un presunto delito de encubrimiento.
Éstos han defendido que pretendían llevarle a la Fiscalía belga una vez conocieron la orden internacional de detención que pesaba sobre él, dictada por el magistrado del Tribunal Supremo Pablo Llarena, según fuentes jurídicas.
Los dos Mossos d'Esquadra, que no se encontraban de servicio cuando acompañaron al expresidente Puigdemont en el viaje de cerca de 2.000 kilómetros que pretendía hacer en coche, han declarado únicamente a las preguntas de su abogado. El historiador Josep Lluis Alay sí que ha respondido a las preguntas de la Fiscalía y del juez Diego de Egea, del juzgado central de instrucción número 6 que sigue la investigación.
Todos continuarán en la misma situación de investigados y en libertad, puesto que el Ministerio Fiscal no ha solicitado medidas cautelares para ninguno de ellos. Esta mañana también debería haber declarado en situación de investigado por los mismos hechos el empresario catalán Josep María Matamala, íntimo amigo de Puigdemont que le ha dado cobertura en Bruselas. Sin embargo, según fuentes jurídicas, no ha recibido la citación para declarar y por ese motivo no se ha presentado en la Audiencia Nacional. Por este motivo, el juez De Egea ha librado un oficio para que la Policía busque su domicilio y pueda notificarle la citación.
El abogado Jaume Alonso Cuevillas, que ha atendido a los medios a la salida de las declaraciones, tan solo ha dicho que considera que "los hechos no tienen ninguna relevancia penal" y por tanto no ha querido dar más explicaciones sobre los motivos que tenían los imputados para acompañar a Puigdemont en un viaje tan largo.
Carles Puigdemont fue detenido el domingo 25 de marzo entre las localidades alemanas de Schuby y Jagel, al norte de Alemania, muy cerca de la frontera de Dinamarca. Paró a repostar en una gasolinera y la Policía alemana pudo detenerle gracias a una operación en colaboración con el Centro Nacional de Inteligencia (CNI) español.
A partir de ese momento, ingresó en la prisión de Neumünster, aunque quedó en libertad el pasado 6 de abril. La Fiscalía de Schleswig-Holstein ha vuelto a solicitar su entrega a la Justicia española por los presuntos delitos de rebelión y malversación por su responsabilidad en el denominado procés catalán. El Tribunal alemán encargado del caso debe decidir si acepta la petición de la Fiscalía para entregarle.