La jugarreta de su abogado deja a Zougam sin posibilidad de recurrir a ninguna instancia para revisar el 11-M
- El abogado del único condenado como autor material del atentado no presentó correctamente la demanda ante el Tribunal Europeo de Derechos Humanos y éste la rechazó.
- Zougam denuncia haber sido engañado por el abogado al que encargó recurrir el 11-M a Estrasburgo.
- La madre de Zougam rompe 13 años de silencio: "Pido que la Justicia reabra el caso de mi hijo".
El mal proceder de un abogado ha llevado a Jamal Zougam, el único condenado como autor material de los atentados del 11 de marzo de 2004 en Madrid, a perder su última oportunidad para recurrir ante los tribunales.
Iván Jiménez Aybar, el letrado, asegura que presentó dicho recurso en noviembre de 2016, sin embargo, ni Zougam ni su familia han tenido nunca acceso al texto. Después de insistentes llamadas y correos durante dos años, sólo recibieron dos explicaciones contradictorias sobre el paradero de dicha demanda cuando ya se había rebasado el plazo máximo de entrega en más de un año.
EL ESPAÑOL ha podido saber, por fuentes del Tribunal Europeo de Derechos Humanos, que Jiménez Aybar presentó la demanda de manera incorrecta en noviembre de 2016 y que el Tribunal la declaró inadmisible. Sin embargo, en todo este tiempo no ha comunicado nada a la familia y ocultó a este diario esa información cuando fue consultado.
La demanda fue inadmitida
El TEDH cuenta con un formulario de demanda online que debe ser descargado, impreso y rellenado conforme a las indicaciones que se facilitan. No se puede utilizar ningún otro y deben cumplirse escrupulosamente las normas que prescribe el artículo 47 del Tribunal, donde se especifica qué documentos deben acompañar a la demanda. Según explican desde el TEDH, Jiménez Aybar presentó la solicitud en noviembre de 2016. "Sin embargo, dicha solicitud no cumplió con todos los requisitos del artículo 47 del Reglamento del Tribunal, por lo tanto, no fue examinada por el Tribunal".
Según distintos letrados y juristas con dilatada experiencia en Derechos Humanos consultados por EL ESPAÑOL, Jiménez Aybar debió recibir comunicación de la inadmisión de dicha demanda, la última oportunidad de Zougam para reclamar por su condena del 11-M. No informó de ello a su cliente.
Fuera por desconocimiento, por dejadez o con mala intención -circunstancia que es posible que tengan que determinar los tribunales-, el abogado cercenó la última posibilidad de defensa de su cliente y se quedó con la minuta que éste le había pagado. Los especialistas consultados por este diario aseguran que Jamal Zougam tiene motivos para querellarse contra Iván Jiménez. Unos consideran que podría hacerlo por la vía civil por una falta de profesionalidad y otros por la vía penal por un posible delito de obstrucción a la justicia y deslealtad profesional
Puede ser multado e inhabilitado
Según el artículo 467.2 del Código Penal, "el abogado o procurador que, por acción y omisión, perjudique de forma manifiesta los intereses que le fueron encomendados, será castigado con las penas de multa de doce a veinticuatro meses e inhabilitación especial para empleo, cargo público, profesión u oficio de uno a cuatro años".
Precisamente por esta vía consideran algunos de los juristas consultados que Zougam podría denunciarle. Otros creen que, puesto que la demanda se interpuso y no se admitió por defecto de forma, más bien habría incurrido en una falta de profesionalidad que podría ser perseguida por la vía civil.
Zougam siempre ha defendido su inocencia. La mayor prueba de cargo contra él fue el testimonio de dos mujeres que dijeron haberle visto en uno de los trenes donde los terroristas colocaron las bombas que acabaron con la vida de 193 personas. Sin embargo, él asegura que aquella noche estaba durmiendo, algo que también sostiene su hermano.
Zougam pidió la nulidad de los dos testimonios contra él con recursos en distintas instancias, hasta legar al Tribunal Constitucional. Todos fueron rechazados. Contrató entonces al abogado Iván Jiménez Aybar, al que pagó 3.630 euros para que presentara un último recurso al Tribunal Europeo de Derechos Humanos, que ahora se sabe que no prosperó al haber sido mal confeccionado.