Alberto, el guardia civil que arriesgó su vida para saber cómo 'untan' los narcos a compañeros corruptos
- El infiltrado mantuvo reuniones con los traficantes haciéndose pasar por un agente corrupto.
- Sobornaban a guardias civiles destinados en puertos para que les ayudaran a pasar la droga.
- Isco 'El Castaña', el narco del videoclip, se entrega a la Policía.
La actuación de un guardia civil, que aceptó hacerse pasar por un agente corrupto y reunirse en distintas ocasiones con unos narcos que llevaban desde 2015 introduciendo droga en España, permitió a las Fuerzas de Seguridad detener a éstos y saber cómo sobornan a agentes destinados en el puerto de Algeciras (Cádiz) para que les ayuden a adentrar su mercancía sin ser descubiertos, una de las claves de su éxito.
En el marco de una operación de la Fiscalía Antidroga y la Unidad Central Operativa (UCO) de la Guardia Civil, el agente, que se hizo llamar Alberto, llegó a tener hasta cuatro reuniones con los narcotraficantes con un DNI y una Tarjeta de Identidad Personal (TIP) falsos, lo que le puso en una situación de grave peligro.
Los narcotraficantes estuvieron a punto de descubrirlo debido, precisamente, a la actuación de un Guardia Civil que accedió a las bases de datos policiales para comprobar la identidad solicitada por los narcos. Quienes dirigían la investigación se vieron obligados a introducir la falsa identidad del agente infiltrado en las bases de datos policiales para que no fuera descubierto por los narcotraficantes.
3.000 euros por adelantado
La trama descubierta a raíz de la infiltración del agente estaba dividida en dos entramados criminales. Uno de los narcos, Diego R.M., actuaba como intermediario entre ambos y era quien, siguiendo instrucciones de ambos, contactaba con agentes de la Guardia Civil para conocer su disposición a ayudarles a introducir la droga por el puerto de Algeciras (Cádiz) uno de los más vigilados contra el narcotráfico. Después les presentaban al resto de miembros de la red.
Así ocurrió con Alberto. La primera vez que quedó con Diego R.M. fue el 19 de febrero de 2015 en la cafetería Harley Davidson de Mérida. Allí, haciéndose pasar por un guardia civil que trabajaba en el puerto de Algeciras, confirmó su interés por colaborar con el narco y con la persona a la que representaba, un individuo apelado 'El Gordo'.
Un mes después, el 16 de marzo de 2015, se vieron en el mismo lugar. A la reunión ya asistieron otros dos miembros de la organización. Le propusieron introducir cocaína a través del puerto de Algeciras y le entregaron un teléfono para que se comunicara con ellos. Le pidieron que exhibiera su Tarjeta de Identidad Personal (TIP) que era falsa. Ellos le mostraron su DNI.
Semanas después, le pidieron una reunión con urgencia. Se vieron el 21 de abril en Los Corzos, un restaurante de carretera de Alcalá de los Gazules (Cádiz). Allí le dieron 3.000 euros como pago por adelantado por facilitar la introducción de la cocaína y le entregaron una anotación con todos los datos del exportador e importador del contenedor donde llegaría la droga oculta entre plátanos.
El agente 'chivato'
Como no se fiaban del agente infiltrado solicitaron al guardia civil destinado en Alicante, José Navarro García, que consultara su identidad en la base de datos, que obviamente no apareció. Por estos hechos, el agente que hizo la consulta fue condenado en mayo de este año a dos años de prisión y cinco de inhabilitación por revelación de secretos en una sentencia de la Sección Segunda de la Sala de lo Penal de la Audiencia Nacional que no se ha hecho pública hasta ahora.
Debido al chivatazo del agente, creció la desconfianza de los narcos hacia el infiltrado Alberto. Así, en la siguiente reunión con él en el bar Tapeito de Algeciras en mayo de 2015, le exigieron a Alberto que exhibiera sus documentos de nuevo, con la tensión que esto provocó en él puesto que aún tenía una identificación falsa. De hecho, el incidente provocó que los investigadores introdujeran los datos falsos que le proporcionaron en las bases policiales. Algo que, si hubieran hecho desde el principio, habría mantenido con mayor seguridad al agente.
Interceptaron la droga
Después de comprobar que sus datos sí existían, Alberto siguió viéndose con los narcos. Éstos le informaron de la llegada al puerto de Algeciras el 27 de mayo de un contenedor procedente de Ecuador, facilitándole los datos para su identificación.
El mismo 27 de mayo, las Fuerzas de Seguridad interceptaron el contenedor que llevaba 157 kilos de cocaína con una pureza del 70%. El valor de la droga intervenida era de 12 millones de euros.
Los narcos volvieron a pedir al agente de Alicante que consultara los datos del agente infiltrado tras perder la droga, pero como éstos ya aparecían tras introducirlos sus superiores, siguieron haciendo gestiones con él hasta que fueron detenidos.
La intervención de este agente de la Guardia Civil ha permitido que se condene a los narcotraficantes Gustavo G.C., Jesús Diego R.M., Manuel M. A., Mercedes A. R., Lorenzo B.P., Luis Javier L.T. y al agente que consultó los datos para ayudarles. La Sala de lo Penal de la Audiencia Nacional condenó a los cinco primeros a penas de entre dos y 15 años de prisión por delitos contra la salud pública y tenencia ilícita de armas y al guardia civil por revelación de secretos.