El magistrado de la Sala Penal del Supremo Andrés Martínez Arrieta pretende acabar en un breve plazo la investigación abierta a Fernando Valdés, magistrado del Tribunal Constitucional desde 2012 a propuesta del PSOE, por un presunto delito leve de maltrato a su esposa por el que fue detenido el pasado 10 de agosto.
Valdés, que actualmente se encuentra de baja en el TC por motivos de salud, ha declarado este miércoles como investigado ante Martínez Arrieta, nombrado instructor de la causa que la Sala Penal acordó abrir el 15 de septiembre al apreciar indicios de la comisión de un delito de maltrato en el ámbito familiar. La Fiscalía se pronunció a favor de abrir el proceso al magistrado del Constitucional.
Además de la de Valdés, el instructor del alto tribunal recibió otras 10 declaraciones: a la esposa del investigado, a dos testigos del incidente y a guardias civiles y policías locales que acudieron al domicilio del magistrado del TC el 10 de agosto. No obstante, no pudieron comparecer dos testigos que estaban convocados, un guardia civil y un médico que atendió a Valdés.
El magistrado del TC y su esposa llegaron y se marcharon juntos del Palacio de Justicia. Ratificaron las manifestaciones que hicieron el 11 de agosto ante la jueza de Majadahonda Elena Garde en el sentido de que fue una "simple discusión de pareja" que pudo ser "sacada de contexto" por las personas que la escucharon desde la calle.
Ambos negaron rotundamente que se produjera cualquier clase de violencia o maltrato. La esposa de Valdés reiteró que quiere a su marido y añadió que a veces tiene mal carácter.
El atestado
Sin embargo, también los agentes de la Guardia Civil que se personaron en casa de Valdés se ratificaron en el contenido del atestado que elaboraron.
De acuerdo con el atestado de la Benemérita, adelantado por EL ESPAÑOL, a las 20:05 horas del 10 de agosto se recibió un aviso "informando de la existencia de un posible delito de violencia de género en el domicilio (....) de Majadahonda (Madrid)".
Cuando los agentes de la Guardia Civil llegaron a la vivienda -un chalé adosado pegado a un parque y que tiene una terraza en el segundo piso- ya se encontraba allí una patrulla de la Policía Local.
Los municipales estaban hablando con los testigos del incidente, dos jóvenes que pasaban por el parque y vieron a una mujer en una terraza pidiendo auxilio.
Los guardias civiles se entrevistaron con los ocupantes de la vivienda -Valdés y su esposa- que "manifiestan que ha sido una simple discusión matrimonial".
Con posterioridad "acuden a tomar manifestación a los testigos para ampliar información". "Estos exponen que la mujer ha salido a la terraza gritando 'socorro, socorro' y además vieron cómo la agarraba de manera agresiva y la metía hacia el interior de la vivienda, por lo que decidieron llamar a la Policía".
"Tras esta información", añade el atestado, "los agentes vuelven al domicilio para preguntar a las partes lo acontecido realmente".
Dos agentes se quedaron entrevistándose con Valdés, "el cual sigue manifestando que ha sido una discusión de pareja que se ha solucionado".
Una brecha en la mano
Otra agente "se va a otra estancia para entrevistarse con la supuesta víctima, la cual en un primer momento se muestra reacia a contar lo sucedido, alegando que ha sido una simple discusión. Pero, tras ser preguntada por el motivo de salir a la terraza gritando socorro, la mujer comunica que han empezado a discutir y su marido ha empezado a ponerse agresivo, lo cual sucede habitualmente, una vez al mes, y que su medio de escape es salir al balcón, ya que allí no se va a atrever a hacerlo porque hay testigos".
La Guardia Civil hace constar que la mujer añadió que "una vez que ha salido a gritar, su marido la ha agarrado con fuerza y la ha introducido en el interior de la habitación. Al forcejear se ha golpeado con la pared, haciéndose una brecha en la mano derecha, la cual es observada por los agentes que está reciente".