Profesores que no reconocen su firma en actas de convalidación o de evaluación de asignaturas; docentes que aparecen como miembros de tribunales en los que no han participado; temática de los Trabajos de Fin de Máster que no coincide con la realmente elaborada; alumnos cuya firma fue simulada en peticiones de matriculación o de convalidaciones; rectificación de notas sin que lo solicitara el estudiante; actas de valoración de TFM anteriores a la fecha de presentación del trabajo; títulos oficiales expedidos sin haber presentado el TFM... El juicio del caso máster, que este viernes ha concluido la práctica de las pruebas, ha aflorado el caos con el que se gestionaba el postgrado sobre Derecho autonómico dirigido por el fallecido catedrático Enrique Álvarez Conde en la Universidad Rey Juan Carlos.
Aunque, por lo que se refiere a la URJC, la Fiscalía ha limitado el banquillo a una sola profesora, Cecilia Rosado, y por una única falsificación -la del acta de evaluación del TFM de la expresidenta del Gobierno de Madrid Cristina Cifuentes, trabajo que ella asegura haber presentado- el juicio que encara su recta final ante la Sección 15 de la Audiencia Provincial de Madrid ha puesto de manifiesto que existen innumerables alteraciones documentales y falsificaciones de firmas que ya se constataron durante la instrucción y siguen sin ser aclaradas.
Uno de los expertos de la Guardia Civil que este viernes ha ratificado los informes periciales que acreditan la falsificación de las firmas de distintos profesores en actas de TFM de varios alumnos del máster ha precisado que el encargo que se les hizo durante la instrucción del proceso fue que determinaran cuáles eran las firmas inauténticas, pero no se les pidió que trataran de averiguar quién pudo hacerlas.
Han quedado, así, en el aire otras presuntas falsedades documentales, entre ellas la que ha denunciado la propia Cifuentes en uno de los documentos de su expediente académico. Se trata de una petición de matrícula para realizar el TFM supuestamente presentada por la interesada el 31 de octubre de 2012, tres meses después de que Cifuentes, que no reconoce la firma que aparece en ese documento, hubiera presentado el trabajo, según ha asegurado en el juicio.
No es la única. La falsedad de ese mismo documento -que generaba la obligación de abono de una tasa a favor de la URJC- ha sido afirmada por otros alumnos del máster como Coral Carvajal, que ha testificado que la rúbrica que aparece no es la suya y que tampoco conocía ese documento, aunque hizo el pago porque así se lo indicaron desde la universidad.
Carvajal también ha manifestado otras cuatro coincidencias con el máster de Cifuentes: como ella, no fue a clase; además, sólo contactaba con Álvarez Conde; le presentó el TFM en papel y el catedrático le dijo que no tenía que defender ese trabajo ante un tribunal.
De hecho, en el acta de evaluación del TFM de esta alumna figura una fecha, 23 de noviembre de 2012, en la que ella estaba en el extranjero. Carvajal obtuvo el título de máster, que utilizó para incrementar su currículo con ocasión de optar a un puesto de trabajo.
Otro alumno del máster, Ricardo Medina, se sirvió del título para cursar la tesis doctoral. En su caso, sólo asistió a las primeras clases y ni siquiera presentó TFM. Pese a ello, en el procedimiento consta un acta de TFM firmado por Álvarez Conde, Rosado y Clara Souto.
A Medina le rectificaron la nota dos profesores, Pablo Chico y Elena Pérez, sin que él lo pidiera. Paso de no presentado a notable.
- ¿Hizo usted méritos para obtener esa calificación?, le preguntó el defensor de Teresa Feito, asesora de la Consejería de Educación que comparte banquillo con Cifuentes y Rosado.
- No, dijo con franqueza el testigo.
- ¿Le ha reclamado la URJC el título?
- No.
El abogado de la URJC, que fue admitida como parte acusadora en fase de instrucción, no formuló preguntas a este testigo.
Relato de un TFM
El juicio dio para situaciones curiosas como la protagonizada por la profesora Laura Nuño. Afirmó que los alumnos del máster tenían que defender ante un tribunal de tres docentes el TFM -"salvo que el director les hubiera dispensado", matizó- y sostuvo con rotundidad que ella participó en el acto de defensa del TFM José Ignacio Sanz.
Invitada a "describir brevemente cómo fue el acto de defensa", Nuño empezó dubitativa pero luego se recompuso: "Estábamos Cecilia Rosado, Enrique Álvarez Conde y yo. Llegó el alumno, defendió su TFM, o sea, contó lo que había hecho. Empezó interviniendo Álvarez Conde, que se extendió bastante. Cecilia hizo un par de apreciaciones y cerré yo. Y luego volvió a intervenir Álvarez Conde. Se suele tardar un cuarto de hora, pero fue extenso porque estuvimos por lo menos tres cuartos de hora".
Pocos minutos después, la Sala tuvo oportunidad de escuchar el testimonio del alumno, que aseguró que nunca defendió el TFM, que el trabajo fue llevado en mano por su mujer a la Universidad y que no habló de él con Álvarez Conde.
- ¿Fue usted a un despacho de la Universidad en el que durante 45 minutos se debatió sobre su trabajo en su presencia?, preguntó el defensor de Cifuentes, José Antonio Choclán.
- No.
- ¿Álvarez Conde habló sobre su trabajo?
- Yo no he tenido jamás una reunión con Álvarez Conde. Ni siquiera sé si lo he llegado a conocer personalmente.
- ¿No le hizo ninguna consideración Laura Nuño?
- No recuerdo ninguna consideración de Laura Nuño.
- ¿Y Clara Souto?
- No recuerdo. La presentación del trabajo se hizo en la secretaría y a partir de ahí la única notificación que yo tengo de la universidad es la aprobación del máster.
Las firmas de Álvarez Conde, Nuño y Souto figuran en un acta de evaluación del TFM de este alumno fechada el 12 de diciembre de 2012. Sin embargo, el testigo afirmó que entregó el Trabajo de Fin de Máster en enero, lo que recuerda porque le tuvo que pedir a su mujer que lo llevara a la URJC dado que él estaba de viaje.
No es el único dato llamativo. En el acta firmada por los profesores figura como título del TFM El reparto competencial entre el Estado y las Comunidades Autónomas. Pero en realidad Sanz hizo su trabajo sobre las televisiones públicas autonómicas.
La fiscal Pilar Santos ha mantenido su petición de penas para las tres acusadas: tres años y tres meses de prisión tanto para Cifuentes como para Feito y un año y nueve meses de prisión para Rosado.
La única modificación que ha realizado el Ministerio Público se refiere a la rebaja de la pena a Rosado. En el escrito de acusación provisional la fiscal basaba esa petición en dos circunstancias atenuantes: confesión de la falsedad y miedo insuperable a Álvarez Conde, que es el que habría obligado a la profesora a alterar el acta del TFM de Cifuentes.
Ahora Santos ha introducido de forma subsidiaria que se aplique a Rosado la circunstancia atenuante muy cualificada de confesión y colaboración con la Justicia, cubriendo así la eventualidad de que la Sala no acoja la tesis del miedo insuperable.