El presidente del Tribunal Constitucional (TC), Pedro González-Trevijano, cree que los partidos políticos "intentarán llegar a un acuerdo pronto" para renovar el Consejo General del Poder Judicial (CGPJ). A, su vez, ha instado a mantener "el respeto institucional" hacia la labor del máximo intérprete de la Carta Magna; especialmente, cuando resulte "difícil" al no satisfacer ciertas pretensiones de las formaciones políticas o del Gobierno.
Así se ha pronunciado González-Trevijano en un coloquio organizado este jueves por el Instituto de Emprendimiento Avanzado, donde, consultado por un hipotético desbloqueo del CGPJ tras más de tres años en prórroga, ha manifestado que es "un asunto que me ocupa, pero tampoco me quita el sueño". "Como no soy pesimista, creo que las cosas son susceptibles de arreglarse y creo en el consenso, el compromiso y el esfuerzo", ha explicado. El próximo junio debe producirse el nombramiento de cuatro nuevos magistrados del TC y la designación de dos de ellos le corresponde al Consejo General del Poder Judicial.
Preguntado por la pertinencia de reformar la Constitución, González-Trevijano ha considerado "razonable" que ésta goce de un "plus de estabilidad" frente a otras normas y que una hipotética modificación de la Ley Suprema se acometa cuando exista "cierto consenso entre formaciones políticas" y una "distensión política generalizada". "No sé si se hará. No sé si es pertinente. Esperemos que, si se hace, sea con el mayor consenso posible", ha indicado.
"Las generaciones jóvenes tienen el derecho a decidir de acuerdo con qué modelo quieren conformar su vida en convivencia", ha reconocido, tras admitir que "un texto constitucional no puede anquilosarse". Pero, ha matizado, la "labor política" en este ámbito consiste en encontrar un "punto de equilibrio" entre los valores constitucionales "vigentes" y las nuevas propuestas, que permita "acomodar" la Carta Magna al "transcurso del tiempo, sin pegar grandes bandazos".
Sobre los objetivos de su presidencia del Tribunal Constitucional, ha abogado por demostrar el "acuerdo, la concordia, el compromiso y el consenso" entre "las dos sensibilidades" —la considerada más progresista y otra, tildada de más conservadora— de los magistrados que conforman su Pleno.
"Una composición par pone al presidente del TC en una posición complicada", ha indicado sobre su cargo, cuyo voto de calidad es el que decanta los empates que se produzcan. También ha deseado que las resoluciones del Constitucional se redacten bajo el máximo consenso posible, aunque considera que la falta de unanimidad no debería llamar la atención. "Que todos los magistrados pensáramos igual sería pernicioso", ha resaltado.
Y ha abogado por que las "materias difíciles" se diriman "alejadas de la refriega política"; algo que, a veces, implica "distanciamiento en el tiempo". "Aunque deben evitarse las dilaciones indebidas, no pueden tomarse decisiones complejas de inmediato", ha valorado. "Algunas sí podrían haber adoptado antes", ha reconocido, sin dar más detalles.
Ese mismo consenso que pretende enarbolar durante su presidencia es el que González-Trevijano atribuye también al espíritu de la Constitución de 1978, cuyos valores, a su juicio, deben enseñarse en las escuelas y los institutos, ya que "nos habilitan para ser ciudadanos libres".