Una jueza denuncia que fue 'suplantada' en el acto de entrega de despachos que presidió Felipe VI
Una persona de la Escuela Judicial recogió la credencial como si fuera la interesada, que comunicó el día anterior que no iría por motivos de salud.
14 marzo, 2022 01:34Noticias relacionadas
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Había alegría el pasado 29 de noviembre en el Auditorio de Barcelona, lugar de celebración de la ceremonia de entrega de despachos a los nuevos jueces integrantes de la LXX promoción. Felipe VI, a quien el Gobierno no había permitido viajar a la Ciudad Condal el año anterior por supuestos riesgos de seguridad -lo que causó un enorme malestar en el Poder Judicial-, volvía este curso a presidir el solemne acto.
El Rey fue recibido con una larga ovación, que fue aún más prolongada cuando terminó de leer su discurso. Junto a él estaban las ocho autoridades que iban a encargarse de dar a cada uno de los nuevos jueces su credencial: el presidente del Tribunal Supremo y del Consejo General del Poder Judicial (CGPJ), Carlos Lesmes; el presidente del Tribunal Constitucional, Pedro González-Trevijano; la ministra de Justicia, Pilar Llop; la fiscal general, Dolores Delgado; el vicepresidente en funciones del CGPJ y presidente de la Sala Civil, Francisco Marín; el presidente y el fiscal jefe del Tribunal Superior de Cataluña, Jesús Barrientos y Francisco Bañeres, y el director de la Escuela Judicial, Jorge Jiménez.
Allí estaban los vocales del CGPJ y los miembros de la Sala de Gobierno del Tribunal Supremo, incluido el presidente de la Sala Penal, Manuel Marchena, en lo que era su primer viaje oficial a Barcelona tras la sentencia del procés.
Y estaban los protagonistas de la ceremonia, los integrantes de la promoción que comenzaba su andadura jurisdiccional. Aunque no todos. Tres meses después se ha sabido que una de las nuevas juezas no pudo asistir por motivos de salud y una persona de la organización subió al estrado a recoger el despacho como si fuera la interesada.
"Características físicas parecidas"
Lo ha denunciado la propia jueza en un escrito dirigido al CGPJ, en el que explica que una semana antes de la ceremonia comunicó a la Escuela que "había sufrido un contratiempo de salud, por lo que no podía confirmar mi asistencia al acto, solicitando que recogiese el despacho en mi nombre una compañera de promoción".
"De no ser posible", añadía, "rogaba que me enviaran el despacho a mi domicilio. La respuesta a dicha solicitud es que será estudiada y se me informará".
"El día del acto, mi compañera me informa de que no le permiten recoger mi despacho por razones de protocolo y que han buscado a alguien de características físicas parecidas a las mías para que lo recoja. Inmediatamente envío un correo electrónico, en el cual comunico que no autorizo bajo ningún concepto la entrega del despacho a persona no autorizada", relata la jueza.
"Asimismo, mantengo conversación telefónica con una de las organizadoras, doña E., y le indico que no presto autorización a lo que pretende hacerse. Por su parte, me indica que así lo exige el protocolo, por no haber avisado con suficiente antelación, y que la persona que recogerá el despacho es una funcionaria de la Escuela Judicial, donde han tenido el detalle de que sea de edad similar a la mía y padres gallegos [como la propia jueza], pero que bajo ningún concepto la organización y el protocolo permitían que quedara un despacho sin entregar, por ser una desconsideración a la autoridad correspondiente". -
"Ante esta situación", indica, "informé inmediatamente vía correo electrónico y whatsapp de que no autorizaba que nadie recogiese el despacho en mi nombre al haber obviado mi voluntad de que lo recogiese una compañera, siendo totalmente absurdas las razones aducidas para tal negativa que, en definitiva, anteponían un supuesto protocolo a mi voluntad".
"Pasándose por mí"
"A pesar de constar por escrito y verbalmente que no autorizaba a que nadie lo recogiese, el día del acto tuve que presenciar cómo se anunciaba mi presencia en la recogida del despacho y una señora cuya identidad desconozco recogía mi despacho, pero no en mi nombre sino como si fuese yo, es decir, haciendo pasar por mi a alguien que aún a día de hoy desconozco de quién se trata".
La jueza señala que esa "esperpéntica" situación "ataca directamente mi dignidad por ver suprimida mi voluntad y ciertamente suplantada mi identidad".
"No se trata de que se recogiera el despacho en mi nombre sin autorización, sino que se hace pasar a una persona por mí, se anuncia con mi nombre y frente a cualquiera que visione el acto se anuncia a quien no soy yo", manifiesta la afectada, que asegura que le ha provocado un "daño innecesario" que "alguien se hiciera pasar por mí, por muy gallegos que fuesen sus padres".
"A fecha de hoy sigo desconociendo quién tiene mi despacho y cómo puedo recogerlo", concluye la jueza, que pide el amparo del CGPJ para que "se diluciden responsabilidades".
Tras consultar con la Escuela Judicial, el órgano de gobierno de los jueces le ha contestado que "por estrictas razones de urgencia y protocolo, hubo de acudirse a la solución que finalmente adoptó la Escuela Judicial a fin de no alterar la organización del acto de entrega de despachos, máxime cuando se tuvo la certeza de su no asistencia el día anterior a dicha entrega, que además era domingo, circunstancia que dificultaba aún más, si cabe, la resolución de esta incidencia".
No es la primera vez
Fuentes del CGPJ han explicado que la Escuela Judicial tuvo la confirmación de que esta jueza no estaría en la ceremonia al mediodía del domingo 28 de noviembre, es decir, apenas 24 horas antes de un acto que está sometido a un estricto protocolo, como todos los que preside el Rey.
Según estas fuentes, cuando los alumnos de la Escuela anuncian con suficiente antelación que no podrán acudir, el acto se prepara y ensaya excluyéndoles sin ningún problema. Los nuevos jueces son organizados para subir al estrado por tandas de nueve y reciben los despachos previamente distribuidos entre las autoridades que los entregan. Dejar un hueco a última hora genera problemas porque una de las autoridades se queda plantada mientras las demás dan los despachos y departen con los alumnos que les han correspondido.
Las mismas fuentes aseguraron que cuando ocurre una incidencia de última hora como la que ha acontecido esta vez, en lugar de dejar un hueco sale a recoger el despacho una persona de la organización. "No es la primera vez, siempre se ha hecho así", indican.
Otras fuentes del CGPJ admiten, no obstante, que tampoco hubiera supuesto ningún inconveniente dejar la tanda afectada con ocho alumnos en vez de nueve y guardar el despacho de la jueza que no pudo asistir a última hora. "Es mejor dejar un hueco que suplantar a alguien", afirman.
De hecho, la última tanda de la LXX promoción fue de siete alumnos, por lo que dos autoridades (el fiscal jefe Bañeres y el director de la Escuela, ambos situados en los extremos de la mesa) no tuvieron despachos para entregar en el momento final del acto, sin que ello mermara su lucimiento.