Uno de los documentos proporcionados por la mercantil malaya Leno sobre las mascarillas adquiridas por la Empresa Municipal de Servicios Funerarios de Madrid con la intermediación de Alberto Luceño y Luis Medina es falso. Se trata de un supuesto certificado de compliance que ahora está en manos del juez del caso mascarillas, Adolfo Carretero.
Ese certificado de conformidad fue aportado por la compañía asiática y entregado por Luceño a los funcionarios del Ayuntamiento de Madrid que en marzo de 2020 adquirieron por 6,6 millones de dólares un millón de mascarillas KN95. La compraventa está siendo ahora investigada por el Juzgado de Instrucción número 47 de la capital.
El documento, al que EL ESPAÑOL ha tenido acceso, está firmado por la certificadora italiana Ente Certificazione Macchine (ECM). Es un modelo usado por la compañía para evaluar la documentación técnica de los productos que facilita el propio peticionario del certificado.
Esta verificación técnica se solicita de forma voluntaria y no equivale a un certificado CE, necesario para comercializar determinados productos en el mercado europeo.
La certificadora ECM ha confirmado a EL ESPAÑOL la falsedad del documento aportado por Leno en la operación intermediada por Luceño y Medina.
Para poder ser vendidos en la Unión Europea, muchos productos deben llevar obligatoriamente el marcado CE, que demuestra que el fabricante ha evaluado el producto y éste cumple los requisitos de seguridad, sanidad y protección del medio ambiente exigidos por la UE.
El certificado o marcado CE sólo puede ser emitido por determinados organismos notificados, entidades independientes que verifican que el producto cumple los requisitos técnicos pertinentes. La italiana ECM es un organismo notificado para determinados productos como maquinaria, pero no para equipos de protección individual (EPI).
El documento proporcionado por Leno para el contrato de las mascarillas no es un certificado CE. En una parte de la documentación entregada a la Empresa Municipal de Servicios Funerarios (EMSF) es calificado de certificate of EC compliance y en otra parte de certifications of CE compliance. Pero tampoco es un certificado de conformidad, ya que no es auténtico.
"El certificado con el número OP20031.O.ZT0044 es falso. Su uso está prohibido y penado por la ley", afirma la certificadora italiana en un correo electrónico enviado a EL ESPAÑOL tras una consulta realizada por este periódico.
Publicidad engañosa
Entre la documentación aportada por Leno, figura también un folleto publicitario en el que aparece otro certificado de conformidad, igualmente referido a mascarillas. Este segundo certificado sí es auténtico, aunque no es posible deducir que se refiera al mismo producto adquirido por el Ayuntamiento de Madrid.
Se trata, además, de publicidad engañosa, ya que junto al certificado el folleto se asegura: "We have passed the EU CE certification! We are ready for the world market!" ("¡Hemos superado la certificación CE de la UE! Estamos preparados para el mercado mundial"!").
En el folleto se publicita la compañía de Singapur Nixfol Pte. Ltd., que se atribuye el papel de distribuidor autorizado (dealer) de las mascarillas fabricadas por la pekinesa Zhinongbao (Beijing) Technology Co. Ltd. y vendidas después por Leno.
Ente Certificazione Macchine ha confirmado a EL ESPAÑOL la validez del certificado de conformidad que se incluye en el folleto, cuyo número es muy parecido al del certificado falso incorporado al contrato entre Leno y la EMSF: 0P200310.ZT0O44.
ECM advierte de que este documento "ha sido emitido por nuestra empresa de forma voluntaria y no es una certificación CE, ya que ECM no es un Organismo Notificado para la normativa de EPI, y cualquier intento de hacer pasar este documento por un certificado CE es un abuso".
La certificadora italiana explica que un certificado de compliance se emite "de forma puramente voluntaria y no es un certificado CE, como también se puede ver en el título y contenido del mismo. No puede sustituir en absoluto a una correcta declaración de conformidad de la UE, que debe ser redactada y refrendada por el fabricante, y [el certificado de compliance] no puede utilizarse para comercializar productos en la Comunidad Europea".
"En concreto", añade Ente Certificazione Macchine, "hemos actuado exclusivamente como segunda parte independiente, a petición de los consultores del fabricante, para la evaluación de la documentación técnica que éste nos ha proporcionado" sobre las mascarillas. "El resultado de esta actividad de evaluación es el documento de certificado de compliance", subrayan.
Según ECM, tanto los consultores del fabricante como el propio fabricante "son conscientes de la naturaleza del certificado de compliance, habiendo aceptado los términos y condiciones de emisión. Condiciones que especifican que el fabricante es responsable de la Certificación CE del producto y está obligado a hacer todo lo requerido antes de poner el producto en el mercado y si es necesario contactar con un organismo notificado, como también se informa en el certificado de compliance".
"Nuestra empresa", añade, "no se hace responsable de cualquier posible diferencia, incorrección o manipulación del documento con respecto a su naturaleza. En particular, toda la literatura promocional, incluida la publicada en Internet, debe indicar claramente el carácter voluntario de la Marca [ECM], que no puede utilizarse para demostrar la conformidad del producto ante las autoridades competentes. Nuestra empresa tampoco es responsable de las no conformidades presentes en el producto, ya que el proceso de producción, las modificaciones, los cambios, las deficiencias de cualquier dispositivo de seguridad no están bajo nuestra vigilancia. Tampoco somos responsables si el fabricante le suministra productos similares con el mismo nombre de modelo".
Aunque el folleto de Nixfol dé a entender que el certificado de compliance de ECM es un Certificado CE, la empresa italiana no forma parte de los organismos habilitados por la Unión Europea para poder emitir el marcado CE a productos sanitarios. No aparece, por ello, en el registro oficial de la UE de organismos habilitados para ese tipo de mercancías. [Puede consultar el listado aquí]
El 4 de marzo de 2020, más de un mes antes de que las mascarillas llegasen a Madrid, la European Safety Federation publicó una circular alertando de supuestos certificados que se presentaban para avalar la calidad de los productos contra la Covid-19. [Consulte aquí la circular]
Dicha organización ya alertaba de que "ECM no es un organismo notificado para equipos de protección individual (EPI), sino para otros productos".
El 3 de mayo de 2020, el Instituto Nacional de Seguridad y Salud en el Trabajo también emitió un comunicado avisando sobre los certificados CE falsos, que se extendían paralelamente a la Covid-19.
En este escrito [disponible aquí], este organismo dependiente del Ministerio de Trabajo avisaba, entre otros, de la "no validez" de los documentos de la empresa italiana que se presentasen como certificados del marcado CE a productos EPI.
No obstante, dada la escasez del mercado al inicio de la pandemia, un día antes de que la funeraria municipal de Madrid firmara el contrato con la empresa Leno, el Ministerio de Industria español avaló la "compra pública sin marcado CE de mascarillas EPI" que cumpliesen ciertas especificaciones.
Industria estableció una "excepción temporal de aceptar la comercialización de mascarillas de protección sin marcado CE" que hubiesen sido "autocertificadas" por parte de las empresas chinas.
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