La incertidumbre política aleja el cambio del CGPJ, enzarzado en un conflicto interno por la presidencia

Dos años después de que el Gobierno de Pedro Sánchez impulsara una reforma exprés para impedir al CGPJ haber nombramientos discrecionales mientras esté en funciones -reforma cuya constitucionalidad sigue pendiente del fallo del Tribunal Constitucional-, más de 80 plazas de altos cargos judiciales siguen sin titular en el Tribunal Supremo, Tribunales Superiores de Justicia y Audiencia Provinciales.

La situación es especialmente grave en el Supremo porque, a diferencia del resto de órganos jurisdiccionales, los jueces del alto tribunal no tienen suplentes. Ya son 23 las vacantes en las cinco Salas del TS y antes de fin de año se producirán dos más, lo que equivale al 32% de su plantilla.

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El plan del PP, que había sido acogido con entusiasmo por el sector mayoritario del órgano de gobierno del Poder Judicial, era aprobar, de entrada, una contrarreforma que dejara sin efecto la prohibición de hacer nombramientos. Mientras tanto se prepararía una modificación del sistema de elección de los vocales judiciales y se procedería a la renovación del CGPJ con la nueva ley, exigida insistentemente por Bruselas. Todo ello ha quedado en agua de borrajas tras el 23-J.

Para colmo, la necesidad de designar a un nuevo presidente suplente tras la jubilación de Rafael Mozo ha desencadenado el enésimo conflicto interno. La mayoría de los vocales de la Comisión Permanente -los únicos que tienen dedicación exclusiva, lo que les da el control de la actividad diaria del Consejo y un sueldo de 130.000 euros anuales- temen que el nuevo presidente interino, Vicente Guilarte, proponga una modificación de la composición de ese órgano con el fin de sustituirles por otros consejeros.

Cuatro miembros de la Comisión Permanente provocaron este lunes la suspensión de la reunión que había convocado Guilarte, alegando que no ha renunciado a las actividades profesionales que hasta ahora ha podido compatibilizar como vocal pero que no puede seguir desarrollando si es presidente suplente del CGPJ.

En el pleno celebrado el pasado día 19, Guilarte aceptó ser presidente interino del Consejo y asumió que el cargo exige dedicación exclusiva. Pero los vocales de la Comisión Permanente críticos con que se ponga al frente del Consejo subrayan que no consta que haya renunciado a las actividades que han pasado a ser incompatibles, lo que pone en cuestión que sea el presidente interino.  

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En una reunión calificada de "ofensiva" y "desagradable", estos cuatro vocales manifestaron a Guilarte que no podía presidir la Comisión Permanente sin haber presentado antes la renuncia a la Universidad y al ejercicio de la Abogacía y le sugirieron que, si no quería hacerlo por el motivo que fuera, dejara paso a Wenceslao Díaz Argal.

Este vocal, magistrado del Tribunal Supremo, es el de mayor edad del CGPJ después de Vicente Guilarte y ha adelantado que estaría cómodo con la actual composición de la Comisión Permanente.

En este contexto está previsto que se celebre hoy un pleno extraordinario con un único punto en el orden del día de contenido abierto: "Examen de la situación del Consejo General del Poder Judicial tras la jubilación del vocal que venía desempeñando la suplencia de su presidente y adopción de los acuerdos precisos para garantizar su correcto funcionamiento".

Los vocales críticos han objetado que el orden del día no incluya -como, a su juicio, es preceptivo- la aprobación del acta de la sesión anterior. Es la celebrada el 19 de julio, en la que Guilarte aceptó la renuncia a sus actividades profesionales para presidir interinamente el órgano de gobierno de los jueces.