Pantallazo aportado ayer por Aldama al magistrado instructor del 'caso Ábalos' en el Tribunal Supremo./

Pantallazo aportado ayer por Aldama al magistrado instructor del 'caso Ábalos' en el Tribunal Supremo./ E.E.

Tribunales

La mano que 'mecía' las comisiones: Aldama aporta la foto que le envió Koldo en "garantía de que iban a cumplir"

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El empresario Víctor de Aldama entregó ayer al juez del Tribunal Supremo Leopoldo Puente dos pantallazos de mensajes que le envió el 28 de mayo de 2019 Koldo García, mano derecha del exministro de Transportes y exsecretario de organización del PSOE, José Luis Ábalos.

La fecha no es irrelevante: el 28 de mayo de 2019 hacía casi cuatro meses que Aldama había preparado un viaje a México para Ábalos en el que se firmó un convenio para la participación de Ineco en el proyecto del Tren Maya. El entonces titular de Transportes mantuvo numerosos contactos de alto nivel facilitados por Aldama. 

El empresario, que ha declarado por primera vez en el alto tribunal como investigado, situó en ese viaje el comienzo de una estrecha relación con Ábalos, el momento a partir del cual se habría empezado a fraguar un acuerdo para adjudicar contratos públicos del Ministerio a empresas pre-seleccionadas que, a cambio, pagarían una comisión.

Aldama, como intermediario, percibiría una parte de esa comisión; el resto se lo repartirían Ábalos y García. Y un pequeño porcentaje (el 1 ó 1,5%, según el empresario), habría ido a parar al PSOE, según le dijo algún constructor y le manifestaron "continuamente" el entonces ministro y su asesor, asegura.

Pero Aldama admitió no tener ningún dato objetivo de esa supuesta financiación del partido y su testimonio de ayer fue de mera referencia.

En cambio, el pasado 4 de diciembre Aldama ya aportó con un escrito dirigido al magistrado instructor del Tribunal Supremo un contrato firmado por Ábalos y el propio empresario para el alquiler con opción a compra por parte del entonces ministro -sin contraprestación alguna- de una vivienda en el Paseo de la Castellana de Madrid "como garantía" de que Aldama cumpliría el compromiso de intermediar en la entrega de comisiones por parte de determinadas constructoras adjudicatarias de obras públicas.

Sería una especie de fiducia de garantía, un negocio que amparaba obligaciones del deudor (Aldama) a favor del acreedor (Ábalos) mediante la afectación de un bien (un inmueble valorado entonces en 1,9 millones de euros) a dicha finalidad. 

"Después del viaje a México empezamos a trabajar sobre adjudicaciones futuras de las licitaciones", aseguró ayer Aldama. Y ese contrato fue firmado "como una garantía para comisiones futuras", explicó. "Ábalos nunca lo utilizó y no tenía llaves". El contrato lleva fecha de 24 de abril de 2019.

Un mes después, el 28 de mayo de ese año, Aldama habría pedido, y obtenido, su propia garantía de que Ábalos y García también iban a cumplir. Son las dos capturas de pantalla entregadas ayer al juez del Supremo.

Nota entregada por Aldama al juez del Supremo.

Nota entregada por Aldama al juez del Supremo. EL ESPAÑOL

Ambas proceden del móvil de Koldo García. La primera es una hoja manuscrita con anotaciones de obras públicas y determinadas cantidades. La letra, según Aldama, es la de Koldo.

La segunda contiene anotaciones tipográficas referidas a obras de conservación y mantenimiento de carreteras. La mano que aparece tapando algunos de los contratos es la de Koldo García, asegura Aldama.

Sí se ve una referencia al contrato para la realización de operaciones de conservación y explotación en carreteras en la provincia de Lugo, con un presupuesto de licitación de 11,4 millones de euros.

También aparecen obras de conservación y explotación en las carreteras en la provincia de Jaén por importe de 10,6 millones.

"El contrato [del piso del Paseo de la Castellana] es una garantía de que yo voy a cumplir y yo quiero una garantía de que ellos van a cumplir", indicó ayer Aldama. Entonces García le envía esas fotos "con obras que se pueden dar y que están pactadas para su adjudicación".

Manifestó que hubo constructoras que pagaron comisiones en metálico y otras que lo hicieron "en especie". Alguna empresa pagó una asesoría que no era real, sino que encubría el abono de la comisión.

El importe global de estas comisiones -dijo en respuesta a preguntas de su defensor, José Antonio Choclán- pudo ascender a 3,5 ó 4 millones de euros.