El juez prorroga la causa sobre el plan para matar a Gregorio Ordóñez e interrogará al etarra arrepentido que intervino en él
De Jorge cita como testigo a Valentín Lasarte, exmiembro de ETA arrepentido y ya condenado, junto a 'Txapote', como autor del ataque contra el político.
Más información: Dos arrepentidos de ETA: "La cúpula nos dio vía libre para asesinar en entierros de guardias civiles"
El juez de la Audiencia Nacional Francisco de Jorge ha prorrogado la causa en la que investiga qué jefes de ETA idearon el atentado que acabó con la vida de Gregorio Ordóñez.
Este político vasco, del Partido Popular, fue asesinado por la banda terrorista en el año 1995, cuando era diputado del Parlamento autonómico y teniente de alcalde del Ayuntamiento de San Sebastián.
De Jorge, en una resolución a la que ha tenido acceso EL ESPAÑOL, prorroga la instrucción de esta causa seis meses, hasta el 29 de julio de 2025. Y en ese mismo documento cita a declarar como testigo a Valentín Lasarte para el próximo 17 de febrero.
Este etarra —a día de hoy, arrepentido— fue uno de los tres condenados como autores materiales del atentado, que tuvo lugar en una cafetería de San Sebastián. Otro de los sentenciados, por formar parte del comando ejecutor, fue el etarra Francisco Javier García Gaztelu, conocido como Txapote.
No obstante, la causa que capitanea De Jorge se dirige contra los máximos dirigentes de la banda en el año 1995, a fin de desentrañar cómo se ideó el atentado contra Ordóñez y qué jefes etarras lo planearon y facilitaron.
En el sumario de este caso están incluidos los relatos de dos testigos protegidos (denominados, en clave, 1/2023 y 2/2023). Se trata de dos antiguos miembros de la banda terrorista que explicaron cómo funcionaba la comisión de los atentados y que señalaron a los miembros de la cúpula de ETA como los encargados de seleccionar los principales objetivos y de autorizar los ataques.
La Fiscalía pidió la declaración de Lasarte, ya que uno de estos testigos (el 2/2023) coincidió con él en la cárcel. Allí, le habría manifestado que recibió la orden de asesinar a Ordóñez "a través de una carta [enviada] desde Francia", donde "se tomó la decisión" que posteriormente "se transmitió" al comando ejecutor. En el país vecino se ocultaban, por entonces, varios líderes etarras.
No obstante, el testigo protegido 2/2023 relató que Lasarte, durante sus conversaciones en la prisión que ambos compartían, no le enumeró los nombres de quienes componían la cúpula de ETA en aquel año.
Por tanto, para aclarar este extremo, la Fiscalía solicitó al juez De Jorge que interrogase a Lasarte, a fin de poder preguntarle por este asunto. Y así lo ha aceptado ahora el juez De Jorge, quien le tomará declaración el próximo 17 de febrero.
En esta causa judicial, constan como investigados cinco jefes de ETA. De hecho, una resolución judicial anterior relata cómo uno de ellos, el dirigente etarra Javier Arizkuren Ruiz (conocido por el alias de Kantauri), se reunió en octubre o noviembre de 1994 en la localidad francesa de Bayona con Valentín Lasarte. En dicha cita le habría dado la orden de asesinar a Gregorio Ordóñez.
Esta causa judicial contra la cúpula de ETA se inició con una querella de la asociación de víctimas del terrorismo Dignidad y Justicia, presidida por el también parlamentario del PP Daniel Portero.
Esta organización presentó varias querellas que han derivado en la apertura de investigaciones judiciales contra los dirigentes de la banda terrorista. Debido a su liderazgo de la jerárquica ETA, Dignidad y Justicia les considera los "autores detrás del autor", pese a no ser ellos quienes apretaron el gatillo o colocaron las bombas que causaron las muertes.
El PP, partido al que pertenecía Ordóñez, también está personado en esta causa judicial. Recientemente, la formación solicitó al juez De Jorge que los dirigentes etarras investigados fueran procesados ya. El magistrado, por el momento, pospone esta decisión e interrogará antes al etarra arrepentido Valentín Lasarte.
En esta causa, además, el testimonio de los dos testigos protegidos cobra aún más importancia. ¿Por qué? Porque ambos relataron que el asesinato de un político requería de la autorización de los jefes de ETA, mientras que los comandos ejecutores tenían vía libre para atacar a policías o guardias civiles.