Carlos Fernández Álvarez, analista senior de Energía y responsable de la División de Mercados de Gas, Carbón y Electricidad de la Agencia Internacional de la Energía (AIE).
I Observatorio de la Energía (2024)

La AIE recalca la necesidad de infraestructura eléctrica y seguridad en la transición hacia energías limpias

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La Agencia Internacional de la Energía (AIE) ha subrayado la importancia de abordar las vulnerabilidades críticas que enfrenta el mundo durante la transición hacia energías limpias. Así lo explicó Carlos Fernández Álvarez, analista senior de Energía y responsable de la División de Mercados de Gas, Carbón y Electricidad de la AIE, en el I Observatorio de la Energía 'La transición energética.

Según Fernández, garantizar la seguridad energética requerirá una modernización masiva de las redes eléctricas, inversiones significativas y una diversificación estratégica en las cadenas de suministro de tecnologías limpias.

En este contexto, la cooperación internacional será clave para avanzar hacia un sistema energético sostenible, seguro y accesible para todos. Carlos Fernández destacó recientemente la necesidad de modernizar el enfoque de la organización para enfrentar los retos del siglo XXI.

17. Carlos Fernández Álvarez, analista senior de Energía de la Agencia Internacional de la Energía

Aunque la misión central de la AIE es asegurar energía limpia, segura y asequible para todos. Fernández Álvarez enfatizó que las prioridades han evolucionado significativamente desde su inicial enfoque en el petróleo hacia áreas como las energías renovables y la seguridad del gas.

Según Fernández Álvarez, la seguridad del gas ha ganado importancia desde 2015, y su relevancia se intensificó tras la crisis energética de 2022. En respuesta, la AIE estableció un grupo de trabajo para distintas geografías de Europa, cuyo propósito es coordinar esfuerzos entre países para fortalecer la estabilidad energética. Este grupo, señaló, se espera que evolucione hacia un mecanismo permanente que garantice la seguridad en la región.

El papel del gas en la transición energética también fue destacado como fundamental. Fernández Álvarez explicó que, mientras el mundo avanza hacia fuentes de energía más limpias, el gas continuará siendo un componente clave para mantener la seguridad eléctrica durante el proceso de transición.

No obstante, advirtió que las cadenas de suministro de tecnologías limpias enfrentan serios riesgos. En el último informe de la AIE, se detalla que el 80% de la producción de estas tecnologías depende de tres grandes productores globales, lo que genera vulnerabilidades no solo geopolíticas, sino también técnicas y relacionadas con desastres naturales.

"Estamos frente a un riesgo que puede poner en peligro la cadena de valor global", afirmó Fernández Álvarez, subrayando la necesidad de diversificar las fuentes y robustecer los sistemas de producción. Además de estas cadenas de suministro, destacó otros puntos críticos como las redes eléctricas y el almacenamiento, que necesitan fortalecerse para soportar el crecimiento de las energías renovables.

El desafío relacionado con la infraestructura eléctrica es enorme. Fernández Álvarez señaló que será necesario construir o renovar 80 millones de kilómetros de redes eléctricas, una cantidad que equivale a la totalidad de las redes construidas hasta la fecha. Este esfuerzo no solo requerirá inversiones colosales, sino también la implementación de normativas claras y consistentes que faciliten el desarrollo de una infraestructura moderna y sostenible.

"Sin redes y sistemas de almacenamiento sólidos, no será posible aprovechar el pleno potencial de las energías renovables", advirtió el experto. Asimismo, destacó que la transición energética exige un enfoque coordinado que combine innovación tecnológica, inversiones estratégicas y marcos regulatorios robustos.

En este contexto, la AIE ha convocado una cumbre ministerial en abril de 2024 en Reino Unido, donde se espera la participación de más de 40 ministros. Este encuentro, según Fernández Álvarez, será clave para establecer estrategias internacionales conjuntas que permitan avanzar hacia una transición energética equilibrada, inclusiva y segura. "La colaboración global y la planificación estratégica son esenciales para garantizar que el camino hacia un futuro energético sostenible sea accesible para todos", concluyó.