Barreras en la legislación, oportunidades e interés económico: así ha sido la mesa de las renovables
- En el III Observatorio ODS se aborda la situación de las renovables en Valencia, algunas sombras y muchas luces.
- Más información: La arquitectura sostenible pide paso a los materiales alternativos y exige reducir la burocracia.
La situación de las renovables en Valencia no es buena. O no es la mejor. Eso dice Pedro Fresco, director de la Asociación Valenciana de Empresas de Energías Renovables, en el III Observatorio ODS que se celebra en la ciudad del Turia. Pero hay oportunidades que se pueden aprovechar, le responde Alberto García, responsable de Smart Cities de Iberdrola.
La energía es un sector transversal. Y afecta a todos, desde las personas y los ciudadanos en sus viviendas, hasta las empresas que necesitan grandes cantidades de energía. Además, la buscan baratas. Lo más baratas posibles y con contratos a largo plazo. Y a eso se dedica Miguel Gil, director de la de renovables y carbono de Schneider Electric, a encontrar esas ofertas.
Gil explica que muchas empresas del sector de la inteligencia artificial y la tecnología que demandan grandes cantidades de energía y además, con previsiones de largo plazo. Y ellas son las más interesadas en conseguir esas ofertas. Para ello, España tiene mucho potencial, gracias al despliegue de las eléctricas.
En ese sentido, en la mesa estaba sentando el Clúster de Energía de la Comunidad Valenciana, una asociación de todas las empresas que tienen algo que ver con la energía. Desde la producción al transporte o el consumo para que pueda poner ideas en común y encontrar soluciones a los retos.
La barrera común que expusieron en la mesa, es la regulación y la burocracia que hace más de freno que de apoyo. Sin ir más lejos, José Luis Rodrigo, miembro del equipo Zona Mediterráneo de Gases Renovables de Naturgy habla de sus proyectos de actualización de la red de transporte de Naturgy, perfectamente válida para otros gases renovables, como el hidrógeno.
Aun así, la reutilización de esa infraestructura se enfrenta a la barrera de legislación y la taxonomía. Especialmente ahora, que desde Europa se viene un aluvión regulatorio en le que las empresas tendrán que reportar, al detalle, todo su impacto. Esto afecta especialmente al sector de la energía. Por su capilaridad intrínseca, la diligencia debida aplicada a su cadena de valor hace que su influencia toque todos los sectores de la economía.
Además, el sector de las renovables se enfrenta a otros retos, que van más allá del legislativo. Hay aspectos que frenan su desarrollo como el impacto ambiental, social y cultural. También, la concentración de capital en unas pocas grandes empresas que pueden empujar proyectos gracias a subvenciones. Para que los pueblos y las localidades acepten la instalación de plantas de energía fotovoltaica o eólica, y sus vías de evacuación se necesitan una campaña de concienciación.
En ese sentido, Fresco, ha empezado el movimiento Queremos renovables. Esto tiene cuatro patas. Tocan la información y formación para que la se puedan entender mejor los beneficios y amenazas que suponen. Y también abarcan un lado que promueva a movilización social y otro que reclame un cambio a las empresas energéticas, para que lo hagan mejor.
La electrificación, como demuestra esta mesa, es imparable. Aunque como dijeron a comienzo de la mesa, la situación es complicada, las oportunidades son muchas. La transición es imparable, y la energía necesaria.