La vicepresidenta tercera y ministra de Transición Ecológica y Reto Demográfico, Teresa Ribera, ha reconocido que el Trasvase Tajo-Segura es una infraestructura que "satisface necesidades de manera importante al sureste peninsular incluidas algunas provincias de Castilla-La Mancha", pero que también "es verdad que tienen que introducirse algunas limitaciones que aparecen reflejadas en los plantes hidrológicos y que son complicadas".

Ribera, que ha participado en Toledo en el I Foro Económico Español 'Castilla-La Mancha: Logros y Desafíos', organizado por EL ESPAÑOL, INVERTIA y EL DIGITAL CLM, ha explicado que en la agenda del Gobierno de España está terminar el tercer ciclo de planificación hidrológica, que tiene en cuenta variables que hasta hace poco no contaban, como el cambio climático y el estar preparados para extremos en sequía e inundación.

La ministra ha señalado que en el trasvase se introducirán limitaciones y como ejemplos ha citado el caudal ecológico en el Tajo medio o cómo se gestiona en la cabecera del Tajo una necesidad de acceso al agua para asegurar que los pequeños municipios puedan tener una estabilidad mayor.

La depuración de Madrid

Asimismo, ha continuado, hay que "meter en el radar" a algunas comunidades, como Madrid, que son las que están en el origen de la calidad del agua en el río Tajo a su paso por Toledo, ya que la falta de un sistema de depuración suficiente en Madrid y la aglomeración generan problemas de turbidez y problemas de calidad del agua.

"Son enfoques que hay que incorporar y eso cambia completamente el modo en que se gestionan las infraestructuras", ha afirmado Ribera.

Emiliano García-Page, presidente de Castilla-La Mancha.

Emiliano García-Page, presidente de Castilla-La Mancha. Óscar Huertas

En este mismo foro, el presidente de la Junta de Comunidades de Castilla-La Mancha, Emiliano García-Page, se ha mostrado convencido de que el Tajo-Segura "va a tener caducidad", pero ha preferido no poner una fecha, porque ha augurado que si se fijara se complicaría el proceso, que tiene que ser "poco a poco".

García-Page, que ha sostenido que esta infraestructura que se construyó durante la dictadura no se habría hecho en democracia, ha considerado que "es más difícil sacar la pata que meterla", aunque ha admitido que en el Levante "se puede necesitar agua".

Sin embargo, ha denunciado que el agua no se puede llevar "de la España seca a la España seca" y ha instado a que si España quiere ser un país trasvasista, se construya una "macrorred de tuberías" que unan varias cuencas, como la del Ebro con las zonas donde se necesita el agua, de forma que el único trasvase no sea el del Tajo al Segura.