Establecer modelos educativos que lleven al alumnado al éxito es el principal objetivo que persiguen todos los centros. La gran pregunta está en cómo conseguirlo. Una de las respuestas pasa por la personalización y la cercanía del profesorado con los estudiantes. Sobre este asunto han debatido la directora de Windup, Cristina García, y la directora de Cesur Málaga PTA, Ana Hernández en el II Foro de Educación, Innovación y Tecnología que organiza EL ESPAÑOL en la capital de la Costa del Sol.
Según García, el diseño de un programa que se adapte a las necesidades y habilidades de los receptores permite poner la atención en el individuo, facilitando llegar a las metas propuestas. Por su parte, Hernández subraya que se trata de una oportunidad para el desarrollo personal del alumno: “En el siglo XX, estábamos sujetos a la memorización de contenidos, mientras que gracias a las teorías del presente, el estudiante está más presente”, apunta.
Los resultados se ven de inmediato. Desde Cesur explican que hay una mayor participación, inclusión, asistencia activa a las clases y unos mejores resultados académicos: “Se ven escuchados, y eso es muy importante”, subraya.
Del mismo modo, en Windup apuntan a los enfoques bidireccionales que se dan en los centros educativos: “A veces están por encima del profesorado en materias tecnológicas, por lo que ese feedback es muy enriquecedor. Hay que tener en cuenta que todo está en internet, más con la IA, por lo que tenemos que trabajar en el aula otras competencias, como discernir qué es cierto y que no”, añade.
Aunque las herramientas digitales desempeñan un papel muy importante, ambas coinciden en hablar de dinámicas de grupos, con trabajos colectivos y participación desde distintos ámbitos para que no todo se reduzca a “profesor/estudiante”.
La experiencia profesional de Cristina García, centrada en el marketing digital, también añade otras implicaciones: “En las clases online necesitamos que el alumno tenga la cámara activa y que intervenga cuando se le pregunte. Es muy incómodo hablar a una foto y que nadie te responda. Del mismo modo, grabamos las sesiones para que puedan volver a ella cuando lo necesiten”.
Asimismo, aboga por una cercanía que lleva a la “empatía” y a “sentirse escuchado”: “Es fundamental para el aprendizaje. Nosotros convivimos escuela y agencia y entienden que es un igual con lo que también trabajan. El profesor es un igual, pero hay que definir bien los roles”.
Hernández incide en el factor humano como pieza “determinante”: “Tenemos que saber dónde está el respeto, pero sin perder la cercanía, ya que no solo transmitimos conocimiento a un alumno, sino a una persona que tiene unas circunstancias personas y colectivas que están presentes. Si eres capaz de resolver esos problemas internos del aula, significa que el docente ha conseguido el éxito”.