Pese a tener 42 años de historia, el Hospital Universitario El Ángel no deja de reinventarse y cuenta con las últimas tecnologías en sus instalaciones. Si en su día se convirtió en el primer hospital privado de Málaga, ahora ha sido el primer centro hospitalario privado en recibir el título de universitario, con todo lo que eso conlleva. Jerónimo Sánchez, su coordinador de Formación, ha explicado cómo funciona el área educativa de este mítico hospital malagueño en una conversación con la periodista Andrea Jiménez en el III Foro de Educación, Innovación y Tecnología de EL ESPAÑOL, celebrado en Málaga este miércoles
“Lo que provoca que seamos un hospital universitario es que tenemos un acuerdo, o más bien un convenio, con la Universidad de Málaga, que nos manda estudiantes para hacer sus prácticas. En nuestro hospital atendemos al paciente, pero también hay espacio para la investigación y la docencia”, ha explicado.
Así, según ha contado, El Ángel siempre ha sido un centro con una gran vocación de enseñanza. “Desde hace diez años trabajamos con la UMA, teníamos un bagaje. Esto conlleva más trabajo, tenemos a unos chicos pegados a nosotros, pero tratamos de facilitar al máximo que crezca su índice de experiencia”, ha dicho.
Se siente afortunado de poder pertenecer a un hospital universitario. “Sé que hay muchos otros hospitales interesados y estoy convencido de que tienen capital humano y cualificación…”, ha comentado, respecto a la competencia, a quien no considera como “una guerra”, al revés. “Esto no es más que trabajar en beneficio de los pacientes”, ha apostillado.
Además de director de formación, Sánchez también es médico internista desde hace 27 años. “Mis días son completos, veo a mis pacientes, hago diagnóstico, busco un tratamiento precoz, me implico mucho con las familias… En un hospital se vive mucha ansiedad, cuando vas no es para tomar cerveza, hay familias que viven con la ansiedad de que una persona puede morir”, ha reconocido.
Así, a esa frenética rutina hay que sumar el asesoramiento que hace a los chicos y chicas que llegan como residentes al hospital. “Yo siempre les intento recibir en el hospital, les acompaño si tienen algún problema y cuando rotan siempre le presento a otros médicos para que así tengan que preguntar lo menos posible y lo tengan todo claro”, ha afirmado.
Para él es muy gratificante trabajar con gente joven que, sostiene, podrían ser "sus hijos". “La universidad ha progresado muchísimo y vienen con un nivel extraordinario”, ha expresado. Respecto al futuro de estos jóvenes, ha indicado que aunque en la profesión médica casi no tienen paro, lo “ideal” es que los alumnos sigan trabajando en el lugar en el que está por regla general.
“En El Ángel hay una calidad humana magnífica. Nuestra idea es que los estudiantes nos conozcan desde dentro, que vean qué es el hospital Ángel y vean que tienen que volver. Esa es nuestra idea, que encuentren en nosotros eso”, ha zanjado.