En rojo, los vestigios del edificio de época cristiana.

En rojo, los vestigios del edificio de época cristiana. Universidad de Exter

Historia

Hallan las excepcionales ruinas del palacio cristiano más antiguo de Oriente Próximo

Unas excavaciones en Baréin sacan a la luz un gran edificio con ocho habitaciones de los siglos IV-VIII que fue sepultado por una mezquita.

16 julio, 2024 11:00

Un equipo internacional de arqueólogos ha sacado a la luz en Baréin uno de los primeros edificios cristianos del golfo Pérsico. Localizado en Samahija, la datación por radiocarbono de los vestigios indica que el edificio estuvo ocupado entre mediados del siglo IV y mediados del VIII, cuando fue abandonado después de que la población se convirtiera al Islam.

Las excavaciones, realizadas por arqueólogos británicos y bareiní, bajo un montículo en un cementerio de la aldea revelaron un gran edificio con ocho habitaciones todavía conservadas. Entre las estancias documentadas se incluían una cocina, un refectorio o comedor, una posible sala de trabajo y tres salas de estar. Estos restos no se habían destruido porque sobre ellos se había construido una mezquita.

Según los directores del proyecto, el profesor Timothy Insoll, del Instituto de Estudios Árabes e Islámicos de la Universidad de Exeter, y el Dr. Salman Almahari, de la Autoridad de Cultura y Antigüedades de Baréin, es posible que el edificio fuera el palacio del obispo de la diócesis de la que formaba parte Samahij, llamado Meshmahig o Mašmahig en las fuentes históricas, y una corrupción de "Samahij". Los registros indican que la relación entre Meshmahig y las autoridades de la Iglesia central no siempre fue fluida, ya que un obispo fue excomulgado en el año 410 y, a mediados del siglo VII, otro obispo fue condenado por desafiar la unidad de la Iglesia.

Hoy en día, el cristianismo no es algo que se asocie habitualmente con el golfo Pérsico, pero la Iglesia Oriental, a veces denominada Iglesia Nestoriana, prosperó allí hasta que comenzó a producirse una conversión a gran escala al Islam después de que la religión del Corán se estableciera en el año 610 d.C. Los nuevos descubrimientos arqueológicos son la primera evidencia física de una comunidad cristiana perdida hace mucho tiempo.

Buen nivel de vida

Anteriormente, el puñado de edificios cristianos (iglesias, monasterios, residencias) que se encontraban esparcidos por el Golfo se encontraban en pequeñas localidades remotas de Irán, Kuwait, los Emiratos Árabes Unidos y el este de Arabia Saudí, la mayoría de fecha posterior. Samahij es diferente porque se encuentra en el corazón de un asentamiento moderno.

El edificio estaba muy bien construido con paredes de piedra, enlucido por dentro y con pisos de yeso. Los zócalos y los agujeros indicaban dónde se habían fijado las puertas y los bancos internamente, y la cocina contenía varios fogones hechos con las bases o tapas de ánforas como recipientes de almacenamiento.

Los ocupantes tenían un buen nivel de vida, comían carne de cerdo, que desapareció tras la conversión islámica, pescado, mariscos y diversos cultivos que están en proceso de análisis. "Esta es la primera evidencia física encontrada de la Iglesia Nestoriana en Baréin y brinda una visión fascinante de cómo vivía, trabajaba y rezaba la gente", ha destacado el profesor Tim Insoll.

El descubrimiento de cuentas de piedra semipreciosa de cornalina y numerosos fragmentos de cerámica de origen indio indican que estaban involucrados en el comercio, especialmente con la India. La comunidad también utilizaba objetos de cristal, incluidos pequeños vasos de vino, una costumbre que desapareció en la era islámica. La docena de monedas de cobre recuperadas por los arqueólogos sugiere que utilizaban monedas acuñadas en el Imperio sasánida.

En el edificio se encontraron torbellinos y agujas de cobre, por lo que es posible que allí se produjeran textiles para su uso en el culto. La identidad cristiana de los habitantes se muestra en tres cruces de yeso encontradas, dos que habrían decorado el edificio y una que podría haber sido llevada o guardada como recuerdo personal; y en grafitis rayados en el yeso que incluyen parte de lo que parecen ser un Crisóstomo y un pez, ambos símbolos cristianos primitivos.