El gran descubrimiento de arqueólogos españoles en Egipto: 52 momias con lenguas y uñas de oro
- Los investigadores de la Universidad de Barcelona documentan en Oxirrinco nuevas tumbas con escenas policromadas y numerosos artefactos religiosos.
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La Misión Arqueológica de Oxirrinco, que lidera el Instituto de Oriente Próximo Antiguo de la Universidad de Barcelona (IPOA, UB) bajo la dirección del doctor Ignasi-Xavier Adiego, ha concluido su última campaña con "hallazgos de excepcional relevancia histórica y arqueológica", según una nota de prensa distribuida este lunes por la propia institución. Las excavaciones, llevadas a cabo entre noviembre y diciembre de este año, han puesto al descubierto "restos únicos", que permiten profundizar en el conocimiento sobre las prácticas funerarias, la vida religiosa y la actividad monástica del Antiguo Egipto.
Oxirrinco, la actual El-Bahnasa, es el nombre que le dieron los griegos a Per-Medyed, una antigua ciudad localizada en el XIX nomo o provincia del Alto Egipto, a unos 190 kilómetros al sur de El Cairo. La localidad alcanzó un importante estatus durante el periodo saíta (664-525 a.C.), pero su época de mayor esplendor se registró tras la conquista de Alejandro Magno en 332 a.C., convirtiéndose seguramente en la segunda más poblada de Egipto por detrás de Alejandría. Y mantuvo su relevancia durante la ocupación romana, cuando se fecha buena parte de los miles de papiros que otorgan fama al yacimiento.
Entre los descubrimientos más destacados de esta última campaña se contabilizan 52 momias del periodo ptolemaico (305-30 a.C.), trece de las cuales tenían lenguas de oro en la boca, símbolo de preparación para el más allá. Una de las momias presentaba dos lenguas de oro; y otra, una plaquita también de oro que decoraba sus uñas. Se trata de una práctica ritual bastante inusual que protegía el órgano para que el difunto pudiese hablar en el más allá y pudiese tener todos los sentidos activos y poder renacer.
Los trabajos arqueológicos en el sitio, dirigidos por las doctoras Esther Pons y Maite Mascort, han revelado la estructura de un sepulcro de época ptolemaica que contenía unas trescientas momias. Esta tumba, con tres cámaras funerarias y techo de bóveda, sobresale por las paredes decoradas con textos y escenas policromadas que representan rituales funerarios y figuras divinas como Anubis, Osiris, Atum y Nut. Además, se han descubierto cuatro sarcófagos de piedra caliza en este mismo contexto.
En el mismo yacimiento se han recuperado objetos de gran valor, como un escarabeo de corazón en la posición original, varias decenas de amuletos con figuras de divinidades egipcias como Horus, Thot e Isis y una terracota del dios Harpócrates.
Además de estos hallazgos, otro de los grandes avances de la campaña ha sido la reactivación de las excavaciones en el monasterio copto de San Ciriaco, una basílica cristiana datada entre los siglos V y VII. Esta construcción, de grandes dimensiones y ricas decoraciones en sicomoro, ofrece nuevas claves para comprender el movimiento monástico en Egipto durante los primeros siglos del cristianismo, así como el papel económico y administrativo de los monasterios en ese periodo.
La misión, que en la anterior campaña había identificado un estilo de enterramiento inédito hasta ahora, cuenta con el apoyo del Ministerio de Cultura, la Universidad de Barcelona, la Fundación Palarq, la Sociedad Catalana de Egiptología y AIXA Serveis Arqueològics, además de la colaboración del Consejo Supremo de Antigüedades de Egipto y la Universidad de El Cairo. "Los hallazgos no solo contribuyen a enriquecer el patrimonio arqueológico egipcio, sino que ofrecen nuevas perspectivas sobre las prácticas rituales y las creencias de la época ptolemaica y romana", han destacado los investigadores.