Después de semanas en las que la normalidad ha quedado en suspenso, es el momento de poner el foco en la recuperación económica y en plantear planes de estímulo que impulsen la creación de empleo y la aceleración de las actividades en base a un nuevo modelo productivo.
La energía es básica en este esquema y representa una oportunidad para apostar definitivamente por sistemas energéticos más limpios y sostenibles, más modernos y mucho más resilentes a los nuevos desafíos. Así lo que reclamado la Comisión de Transiciones Energéticas (ETC) que -apoyada por líderes de sector energético, industrial y financiero- ha pedido orientar los paquetes de estímulo de manera inteligente e invertir en la economía del futuro. Entre sus propuestas, la inversión masiva de energía renovable "ya que la electrificación es el sector de mayor oportunidad de inversión de la próxima década y tiene el potencial de crear más de 17 millones de empleos en todo el mundo para 2030", así como el apoyo a modelos empresariales más sostenibles y resistentes "para fortalecer el tejido económico de los países ante futuras crisis relacionadas con el clima".
El European Green Deal a nivel europeo o el Plan Nacional Integrado de Economía y Clima, en España, ya consideran estas ideas como líneas maestras en su planteamiento, apostando por la electrificación como motor del cambio.
España, muy bien posicionada
La crisis derivada del COVID-19 ha puesto también de manifiesto la importancia de disponer de una cadena de valor nacional fuerte en suministros esenciales, entre los que se encuentra la energía eléctrica. España, en este sentido, está muy bien posicionada porque ha desarrollado en los últimos años una sólida industria nacional de bienes de equipo, relacionada con proyectos renovables, redes inteligentes y productos y servicios energéticos para responder a un nuevo modelo energético.
A esta transición, también ayuda que nuestro país cuenta con buenos recursos renovables, terreno para su desarrollo, empresas potentes y con capacidad de inversión, un mix de generación diversificado y que dispone de una red eléctrica inteligente capaz de integrar más renovables y nuevas realidades, como la movilidad eléctrica y el autoconsumo.
Preparada para sumarse a la tarea
Entre las empresas que han dado un paso al frente para aportar soluciones a la reactivación económica, en torno a principios ‘verdes’, se encuentra Iberdrola. Recientemente, su presidente Ignacio S. Galán manifestaba que "la recuperación debe ir en línea con la transición hacia una economía baja en carbono y que existe un consenso global sobre el camino que debe abordar la reactivación económica, que necesariamente debe ser verde, con la lucha contra el cambio climático como elemento central. Para ello -subrayaba-, Iberdrola está preparada para sumarse a esta tarea".
De hecho, la compañía contempla realizar inversiones sin precedentes, que ascenderán a una cifra récord de 10.000 millones de euros. Asimismo, en el primer trimestre del año, ha adelantado pedidos por valor de casi 4.000 millones de euros a 10.000 proveedores. De estos, más de 940 millones de euros a empresas españolas.
Coincidiendo con la crisis sanitaria, en este primer trimestre, Iberdrola ha continuado avanzando en proyectos renovables en todo el mundo, que suman más de 8.500 MW de capacidad. Solo entre enero y marzo, ha instalado 1.200 nuevos MW y prevé más de 5.500 MW durante el ejercicio.
En España, la compañía va a seguir apostando por liderar la descarbonización de la economía, con un plan en energías renovables -el más ambicioso del país- que le llevará a instalar 3.000 MW eólicos y fotovoltaicos hasta 2022.
Más de 100 líneas de acción para hacer frente
Junto al impulso de inversiones ‘en verde’, y para afrontar la crisis sanitaria, Iberdrola ha desplegado en los últimos meses más de 100 líneas de acción, dirigidas a mantener la continuidad de sus servicios para sus más de 100 millones de clientes en el mundo; proveer material sanitario de primera necesidad; reforzar el sistema energético de infraestructuras esenciales, como hospitales o instalaciones medicalizadas, y responder las demandas de sus clientes más vulnerables.
A través de un plan de atención especial para los servicios hospitalarios en España, Iberdrola ha revisado la alimentación energética y de reserva de más de 350 hospitales y centros sanitarios españoles, para reforzar su suministro energético. Asimismo, ha contribuido al aprovisionamiento de material sanitario de primera necesidad con donaciones por valor de unos 30 millones de euros, en colaboración con las administraciones sanitarias.
La compañía, que ya suspendió los cortes de suministro antes del estado de alarma, lanzó también una iniciativa para facilitar el pago de las facturas de luz, gas y otros servicios energéticos a sus más de 10 millones de clientes en España, tanto hogares, como autónomos y Pymes.
Además, junto al trabajo de sus profesionales, un total de 1.000 voluntarios de la compañía están participando de forma altruista y desde sus casas en más de 20 iniciativas sociales en España.