Pedro Sánchez ha convocado un Consejo de Ministros extraordinario para este viernes en el que aprobará una batería de medidas económicas para proteger el tejido productivo de la economía española. Pero esta vez, pasada la emergencia de las primeras etapas de la epidemia de coronavirus, el programa es más de ataque que a la defensiva. Según ha podido confirmar este periódico en fuentes del Gobierno, el gabinete tiene previsto aprobar el llamado plan Calviño para la reactivación para la economía y el empleo.
Mientras los grupos políticos siguen negociando el dictamen de conclusiones de la Comisión de Reconstrucción en el Congreso, la vicepresidenta tercera no se queda quieta y lleva al Consejo un trabajo en el que lleva imbuida varias semanas.
Se trata de activar nuevas líneas de crédito del ICO. Como recordará el lector, este periódico ya informó de que el paquete de hasta 100.000 millones en avales aprobado en marzo no se iba a ampliar.
La idea, ahora, es sacar nuevas líneas de avales públicos con otros fines: en este caso, impulsar la inversión de las empresas en el medio plazo, así como impulsar los planes de recuperación de determinados sectores como el turismo, y la automoción.
La foto del diálogo social
Además, Moncloa ha preparado un superviernes convocando en la misma mañana a CEOE, CCOO y UGT para hacerse la fotografía de la ampliación de los ERTE. El presidente anunció hace ya 10 días, en su última alocución televisiva, que pretende sellar una "gran pacto por el empleo" a la vuelta de verano.
Y en el mismo día en el que se ha confirmado que el paro sigue creciendo-a pesar del colchón de los ERTE, negociados por la ministra de Trabajo, Yolanda Díaz-, Sánchez quiere escenificar públicamente una imagen de unidad socioeconómica en torno a su gestión. Se firmará un acuerdo por el empleo que, esencialmente, es un pliego de intenciones a futuro.
Así, en la misma mañana en la que se celebrará este Consejo de Ministros extraordinario, según fuentes sindicales consultadas por este periódico, Sánchez, Calviño y Díaz posarán para la foto con los líderes sindicales y empresariales, como ya ocurrió hace algo más de un mes, en la primera ampliación de los ERTE hasta el 30 de junio.
Según ha podido saber este medio, lo que firmarán el Diálogo Social y el Gobierno será un acuerdo por la reactivación económica y el empleo, tal y como figura en el real decreto-ley que se aprobó el viernes en el Consejo de Ministros extraordinario del pasado viernes tras el acuerdo entre patronales, sindicatos y Ministerio de Trabajo para ampliar los ERTE excepcionales.
Lo que no está claro es el contenido del acuerdo. Aunque este tipo de documentos suelen contener generalidades, según ha podido saber Invertia se espera que en esta ocasión haya contenidos más concretos. Con todo, el texto concreto a día de hoy sólo lo conocen Moncloa y los primeras espadas de sindicatos y patronal.
En todo caso, los ERTE , entendidos como instrumentos para la protección del empleo, "han llegado para quedarse", explican fuentes de Trabajo más allá de que hasta ahora se hayan ampliado hasta el 30 de septiembre y que tanto patronal como sindicatos piden su prolongación hasta finales de año. Las mismas fuentes confirman que se está negociando por sectores, y se prevé el apoyo a algunos clave para la economía española: en concreto los relacionados con el turismo y la automoción.
Ahí entrarían las aerolíneas -que esperan las ayudas directas prometidas por José Luis Ábalos-, la hostelería y otros transportes. Además, fuentes del sector del automóvil dicen confiar en que el Consejo extraordinario sirva también para aprobar el Plan Renove, que se preveía para el pasado martes y que finalmente no entró en el orden del día de la reunión del gabinete ministerial.
Espaldarazo a Calviño
La ceremonia completa de este viernes en Moncloa supone, así, un espaldarazo público para la vicepresidenta tercera, Nadia Calviño, en su carrera para la Presidencia del Eurogrupo.
A menos de una semana para que los ministros de Economía y Finanzas de la zona euro tengan que decidir quién liderará sus reuniones y políticas comunes en los próximos dos años y medio, la pelea entre la española (socialista) el irlandés Paschal Donohoe (conservador) y el luxemburgués Peter Gramegna (liberal) sigue muy cerrada y sin visos de aclararse.
Nadia Calviño ya apeló el pasado fin de semana al "consenso y la colaboración de todas las formaciones políticas" a la hora de defender planteamientos comunes para que España pueda tener “una voz fuerte en Europa”. Y de ahí que las negociaciones en la Comisión del Congreso estén favoreciendo un clima de unidad hasta ahora no alcanzado entre PSOE y PP.
“Si España quiere tener una voz fuerte en Europa es importante que todos los partidos políticos estén alineados”, respondía Calviño durante un acto electoral en La Coruña. De hecho, España no sólo se juega la posición de su vicepresidenta tercera, sino además y sobre todo, la cantidad y la condicionalidad de los fondos europeos de recuperación que el presidente Sánchez negociará en el Consejo presencial de los próximos 17 y 18 de julio en Bruselas.