La mitad del país sumida en la pobreza y una inflación del 340%: el legado económico de Nicolás Maduro
Venezuela ha acumulado una deuda pública equivalente al 67% del PIB y ha recortado un 74% la producción de petróleo, su principal fuente de ingresos.
29 julio, 2024 02:18La mayor tasa de inflación del mundo, una deuda pública equivalente al 67% del PIB, pobreza extrema y una alarmante crisis migratoria. Nicolás Maduro se ha enfrentado a las elecciones en Venezuela, tras once años de mandato, con el dibujo de una nación sumida en una severa recesión económica.
Desde que Maduro asumió la presidencia del país caribeño en 2013, heredando 15 años de gobierno Hugo Chávez, la debilidad de la economía venezolana se ha disparado. Pese a la mejora registrada en los últimos años, su PIB (Producto Interior Bruto) se ha desplomado un 63% en once años, según datos y proyecciones de Statista.
En concreto, ha caído desde los 258.930 millones de dólares en 2013 (238.150 millones de euros al cambio actual) hasta 97.120 millones de dólares en 2023 (89.326 millones de euros). Casi una tercera parte de lo que representaba.
Mientras, el PIB per cápita se ha reducido casi un 58% en este periodo, desde los 8.693 dólares (7.995 euros) hasta 3.659 dólares (3.365 euros). Esta reducción es el reflejo del colapso de la producción y exportaciones de petróleo, del despunte de la inflación, de la depreciación del bolívar y de una fuerte crisis migratoria.
La paralización de las inversiones extranjeras, las sanciones impuestas por Estados Unidos y el colapso de los servicios básicos también explican el arrastre de la economía venezolana.
No obstante, desde 2021, Venezuela viene mostrando síntomas de recuperación. Tras seis años consecutivos de importantes retrocesos en el PIB, el país caribeño ha registrado alzas del 4% en 2021, del 6,5% en 2022 y del 5% en 2023.
De hecho, la firma Ecoanalítica calcula para la nación una tasa de crecimiento de 4,2% para 2024, gracias a mejoras en el comercio y los servicios, empujadas por el sector petrolero y la minería, además del crecimiento de sectores como el del procesamiento de alimentos y de la producción farmacéutica.
Inflación, pobreza y deuda
El análisis del Banco Central de Venezuela (BCV) revela una tasa inflación de 189,8% a cierre de 2023, una de las tasas más altas del mundo y de Sudamérica, sólo por detrás de Argentina.
Sin embargo, otras fuentes no oficiales, como Statista, proyectan una tasa de inflación real mucho mayor, del 337,5% para 2023. Y es que el BCV ha sido acusado en varias ocasiones de subestimar deliberadamente los datos económicos.
Esta tasa representa un aumento 281 puntos porcentuales con respecto a 2013, cuando se situaba en el 56,2%. Eso sí, se trata de unos niveles muy alejados del periodo de la extrema hiperinflación, que se inició en 2017 y alcanzó su pico máximo en 2018 (6.53.408%).
La pobreza en Venezuela también ha mostrado un alarmante crecimiento desde que Maduro tomó los mandos del país. Actualmente, un 51,9% de los hogares vive en condiciones de pobreza, frente al 30% que había en 2013, según datos de la Encuesta de Condiciones de Vida (Encovi).
Los mayores picos de pobreza se registraron entre 2020 y 2021, cuando alcanzó al 73% de la población, con un 40% en situación extrema.
En lo que a la deuda pública respecta, Venezuela alcanzó en 2018 una tasa del 161% del PIB, frente al 52,1% de 2013, según la Asamblea Nacional. El país entró en default en 2017 y actualmente se calcula que tiene un atraso de aproximadamente 67.000 millones de dólares (unos 62.000 millones de euros) en intereses y bonos, una cifra equivalente al 67% del PIB.
Petróleo
El petróleo representa la principal fuente de ingresos de Venezuela, pues cuenta con las mayores reservas de crudo probadas del planeta. Entre 2013 y 2021, la producción del oro negro se desplomó un 74%, según los datos de la Agencia Internacional de la Energía (AIE).
Desde que Maduro asumió el poder, ha logrado tomar un control cada vez mayor sobre la empresa estatal Petróleos de Venezuela (PDVSA), colocando a personas de su confianza en puestos clave, militarizando la empresa y reduciendo su autonomía.
En 2019, el entonces presidente de EEUU, Donald Trump, impuso sanciones contra los hidrocarburos del país. Esta decisión respondía al rechazo a la victoria electoral de Maduro en 2018 por presuntas irregularidades en las votaciones.
Un año después, la producción cayó a cerca de 400.000 bpd, lo que representaba una disminución drástica en comparación con cifras anteriores, que superaban los dos millones bpd.
Joe Biden anunció en 2023 el levantamiento temporal de estas sanciones, lo que frenó la caída de la producción venezolana. Se situó este año en aproximadamente 700.000 barriles por día (bpd).
No obstante, el pasado mes de abril, Estados Unidos tomó la decisión de restablecer las principales penalizaciones contra el petróleo de Venezuela, en repuesta al incumplimiento de los compromisos electorales adquiridos por el gobierno de Nicolás Maduro.
Avalancha migratoria
En este contexto de profunda crisis, más de 7,7 millones de personas han abandonado Venezuela en busca de protección y una vida mejor, según datos de Acnur, la agencia de la ONU para los refugiados. De estas, 6,5 millones han sido recibidas por países de América Latina y el Caribe.
Actualmente, hay más de un millón de venezolanos solicitando asilo en el mundo y más de 230.000 ya han sido reconocidos como refugiados.
"El creciente coste de vida, los estragos de la emergencia provocada por la Covid-19 y las tasas de desempleo, que van en aumento, han agravado la vulnerabilidad de las personas refugiadas y migrantes de Venezuela y les ha imposibilitado la reconstrucción de sus vidas y su integración en las sociedades de acogida en toda la región", alertó a mediados de 2023 Acnur.