El VoloCity, el taxi aéreo eléctrico que tiene previsto operar en País ya en 2024.

El VoloCity, el taxi aéreo eléctrico que tiene previsto operar en País ya en 2024.

Tecnológicas

La disrupción aeronáutica, más allá de los aviones futuristas: de los nuevos materiales a la realidad mixta

Air Show Paris cierra hoy su primera edición tras la pandemia. El certamen ha demostrado el imponente avance de determinadas tecnologías y la normalización de términos como la cuántica o la fotónica.

25 junio, 2023 02:53
París (Francia)

Si se cumplen los plazos que aparecen en el cartelito que acompaña al prototipo del VoloCity, uno de los aviones más futuristas expuestos en el Salón Internacional de la Aeronáutica y el Espacio de París-Le Bourget -más conocido como París Air Show-, en el año 2024 podremos coger un taxi volador en la capital de Francia propulsado con energía limpia para cubrir distancias de hasta 35 kilómetros y a una distancia de hasta 2.000 metros de altura.

En ese mismo pabellón, el número 5, también hay aviones autónomos que prometen ser el futuro de las smart cities ya en 2026. Y minibuses aéreos. Y, sobre todo, mucho curioso haciéndose fotos en el interior de todos estos vehículos para inmortalizar algo que, de momento, sólo estará disponible -desarrollo y regulación mediante- para unos pocos bolsillos privilegiados.

Asociada a todo este sector, la tecnología. Mucha tecnología. Es tal la sensación de película de ciencia ficción en este pabellón que la inmensa cantidad de avances disruptivos que harán posible que todo lo anterior se convierta en realidad son casi invisibles.

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Y eso que París Air Show, si por algo se caracteriza, es por dar protagonismo absoluto a la innovación tecnológica en el sector aeronáutico, de la aviación civil, a la militar, de los aviones clásicos a los que poblarán el cielo de nuestras ciudades en unos años.

Es curioso observar cómo la innovación, en una feria como ésta, muestra su cara más transversal, con disrupciones que van desde el diseño de tornillos para ensamblar piezas de una aeronave, hasta el uso de inteligencia artificial para programar rutas o a la computación cuántica para cifrar claves en comunicaciones críticas.

Todo eso es París Air Show y por eso, conviene insistir, es una feria inabarcable si uno quiere estar al tanto de las últimas novedades en el sector. Ahora bien, eso no es óbice para destacar algunas tendencias que se observan de forma mayoritaria.

Hay cuatro pilares sobre los que en estos momentos se asienta la tecnología aplicada a la aeronáutica: la realidad mixta, la robótica, la innovación medioambiental y, cómo no, la inteligencia artificial.

Un asistente, realiza una prueba de pilotaje mediante realidad virtual.

Un asistente, realiza una prueba de pilotaje mediante realidad virtual.

En cuanto al primer pilar, es curioso ver cómo ha cambiado el diseño de los estands de las compañías punteras en el sector -tanto las principales como las auxiliares-. La realidad mixta ya es una herramienta más en ámbitos como la formación o cómo la simulación.

El gigante Dassault, por ejemplo, expuso sus gafas de realidad mixta que utilizan los trabajadores de sus fábricas para hacer más eficiente su trabajo. En una simulación puede verse cómo, frente a la pieza que están manipulando, aparecen rótulos explicativos sobre aspectos técnicos de esta pieza, así como los pasos a seguir en su manipulación.

Esto lo llevan otras empresas al ámbito de la formación. Gafas de realidad mixta para que un determinado operario de un determinado proceso aprenda a realizar una determinada actividad.

El uso de la realidad virtual también se hace patente desde el punto de vista del ocio. En algunos estands, los visitantes podían hacer sus primeros pinitos pilotando una aeronave. La cola, en hora punta, era infinita.

Muy evidente es también la presencia de la robótica, sobre todo, en el ámbito industrial. Muchos demostradores repartidos por la feria demuestran que no hay empresa auxiliar que se precie que no esté incorporando ya la automatización a sus procesos.

Y qué decir de la innovación 'verde'. El hidrógeno y la energía eléctrica mediante baterías se sitúan como guía en los aparatos del futuro, tanto en los comerciales como en los militares, así como en los no tripulados.

Un prototipo de avión propulsado por hidrógeno.

Un prototipo de avión propulsado por hidrógeno.

El sector, conviene recordar, está abordando un reto mayúsculo, una industria sin emisiones en el año 2050. El proceso es lento, pero imparable. Sólo el tiempo dirá si el reto es asumible.

En el apartado de la sostenibilidad, el uso de nuevos materiales también es tendencia. La economía circular se impone, así como la utilización de cerámica para algunos componentes -por poner un ejemplo-.

En cuanto a la inteligencia artificial, basta con un paseo por un único pasillo de cualquier pabellón para darse cuenta de que está, como en todos sectores, muy presente.

Según el estudio Technology Vision para el sector de Accenture, "más de dos tercios (67%) de los ejecutivos del sector Aeroespacial y de Defensa esperan que sus organizaciones se beneficien de la aceleración de la innovación gracias a la IA. Además, casi todos (99%) los ejecutivos de la industria se sienten inspirados por las nuevas capacidades que ofrecen los modelos fundacionales de IA que alimentan las aplicaciones de IA generativa".

Migración a la nube

Prácticamente todos los actores del sector consultados, responden afirmativamente cuando se les pregunta sobre migraciones a la nube de sus sistemas críticos. Ese movimiento también es imparable.

Este París Air Show 2023 ha sido el primero tras la pandemia y, por tanto, el salto tecnológico que se ha visto ha sido evidente. Lo resume el presidente de Grupo Oesía, Luis Furnells: "Las tecnologías que vemos ahora no las hemos sacado este año. Ya las teníamos, pero han sufrido una aceleración para nada despreciable".

Pero es que, continuando con las nuevas ideas de Grupo Oesía, una de las multinacionales más potentes en nuestro país a nivel tecnológico relacionadas con el sector aeronáutico, hay disrupciones que han emergido de una manera brutal en estos últimos años.

La criptografía cuántica, que permite comunicaciones más seguras entre compañías o estados, las comunicaciones satelitales o la fotónica ya son una realidad para esta empresa -o bien con productos reales o algunos aún en desarrollo-, algo de lo que se benefician o, en algunos casos, se beneficiarán en un futuro sus socios internacionales o incluso los gobiernos.

En resumen, el sector de la aeronáutica y sus industrias auxiliares han demostrado una vez más su carácter disruptor, de las ideas más futuristas a soluciones reales en favor de la eficacia productiva y de la eficiencia medioambiental. Y marca el paso para otros sectores productivos.

Otra cosa es que la falta de talento -un problema que ya no se esconde entre los actores principales del sector en nuestro país- ralentice todo el proceso de I+D+i inherente al ámbito aeroespacial.