Silicon Valley y su flirteo con la derecha radical
Faltan cuatro meses para las elecciones presidenciales de Estados Unidos y parece que Silicon Valley ya tiene un claro ganador: el expresidente Donald Trump. Al menos, eso antes de que Biden anunciara que dejaba la carrera presidencial.
Los altos ejecutivos de la meca tecnológica no son clarividentes, pero definitivamente tienen acceso a datos e información que el resto de votantes comunes del país desconocen.
Hasta hace escasos días, las encuestas no engañaban: todo apuntaba a que Trump podría volver a la Casa Blanca y se convertiría en el primer presidente de la historia del país en gobernar habiendo sido condenado por delitos graves. Además, ahora que la Corte Suprema de EE.UU. ha asegurado la inmunidad presidencial, Trump no tardaría en eliminar todos estos cargos.
El anuncio de que Biden deja la carrera presidencial confirma que estamos atravesando uno de los momentos políticos más convulsos en la historia de EE.UU. El ciclo de noticias no deja de sorprendernos con inesperados giros de guion.
Lo que llama la atención de esta carrera presidencial es que los grandes de Silicon Valley se estén decantando abiertamente por Trump tras el intento de asesinato del expresidente en un acto político acontecido en Butler (Pensilvania) el pasado 13 de julio.
Elon Musk fue uno de los primeros magnates en acudir a X para anunciar públicamente su apoyo a Trump. El CEO de la red social donará 45 millones de dólares al mes a la causa republicana.
El CEO de Meta, Mark Zuckerberg, también expresó su admiración por la reacción de Trump tras recibir varios disparos. Sin embargo, todavía no ha manifestado su apoyo a ningún candidato.
Si algo aprendimos de las elecciones que tuvieron lugar en 2016, y en las que Trump resultó vencedor frente a la candidata Hillary Clinton, es que los altos ejecutivos de redes sociales como Facebook y Twitter pueden prever el ganador gracias al análisis del contenido publicado por sus usuarios. Sin olvidar la interferencia rusa, que usó el programa de publicidad de Facebook para difundir noticias falsas por toda la plataforma. Ahora, el programa de anuncios de Facebook es mucho más restrictivo y prohíbe promocionar noticias políticas.
El hecho de que Zuckerberg no haya respaldado a un candidato de manera oficial en este ciclo no es tan llamativo. Algunos ejecutivos prefieren no mostrar sus afinidades políticas públicamente y en este caso Zuckerberg jugó bien sus cartas, ya que la carrera presidencial ha cambiado de manera radical en las dos últimas semanas.
En época de elecciones, a Silicon Valley le gusta ser partícipe de este juego político. Las grandes compañías suelen hacer contribuciones significativas a ambos partidos para asegurar relaciones futuras. Estas donaciones se cobran una vez que los candidatos, ya sean presidentes, senadores o congresistas, lleguen al poder. En ese momento, suele quedar claro quién compró sus voluntades.
No es de extrañar que Silicon Valley haya visto con buenos ojos la elección de J.D. Vance como candidato republicano a la vicepresidencia del país, quien gobernaría junto a Trump. J.D. Vance tiene estrechas relaciones con Silicon Valley, habiendo trabajado en la firma de inversión Mithril Capital en San Francisco.
Uno de los mayores defensores de J.D. Vance es, precisamente, Peter Thiel, cofundador de PayPal e inversor millonario propietario de Mithril Capital. Marc Andreessen y Ben Horowitz, de la firma de inversión Andreessen Horowitz, también han expresado su apoyo a Vance y su rechazo a las políticas económicas de Biden, que buscaba imponer un impuesto del 25% sobre las ganancias no realizadas en hogares con más de 100 millones de dólares.
La gran incógnita de este asunto es si Musk, a través de sus generosas donaciones a la causa de Trump, logrará revertir uno de los grandes puntos de la agenda republicana: bloquear, a toda costa, el avance del coche eléctrico. Tesla podría sufrir bajo una nueva administración Trump. Las empresas de Musk, como Tesla, The Boring Company y SpaceX, se han beneficiado de cuantiosos contratos millonarios con el gobierno del país. Ahora que las reglas del juego han cambiado, Musk parece nervioso en su cuenta de X, ya que podría haber apostado por el caballo perdedor.