No son muchos los consistorios que optan por esta fórmula, ya que la mayoría prefiere integrar todo lo que les rodea en un departamento propio, llámese concejalía o llámese subsección municipal.

Ocurre, sin embargo, que en la administración autonómica sí que estamos viendo cómo prácticamente todos los gobiernos regionales están optando por externalizar este tipo de departamentos en agencias públicas de innovación, independientemente de si tienen o no consejería dedicada específicamente al sector.

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En resumen, ¿por qué una tendencia al alza en el ámbito autonómico no está tan extendida en el ámbito municipal? La respuesta se puede explicar desde el punto de vista del tamaño del territorio al que representan las respectivas administraciones y, por extensión, al abanico de servicios externos que se pueden prestar.

Y, por si algún Ayuntamiento estuviera pensando en seguir la tendencia autonómica antes que la local, ahí está el Ayuntamiento de Palma de Mallorca para lanzar un aviso a navegantes.

Tal y como se anunció hace unos días, la junta de gobierno del consistorio mallorquín ha aprobado disolver y liquidar el Instituto Municipal de Innovación (IMI).

El nacimiento de esta entidad se remonta al año 1995, momento en el que la Empresa Municipal de Informática cambió su forma jurídica transformándose en Instituto Municipal de Informática. Su cometido tenía que ver con la realización de aquellas tareas relacionadas con la informática necesarias para un buen funcionamiento de los servicios municipales.

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Con el paso de los años y con la explosión tecnológica y de innovación que han experimentado las administraciones locales, este instituto evolucionó hacia su nomenclatura actual y empezó a ofrecerse también a ser ese punto al que cualquier empresa o emprendedor debía dirigirse si quería recibir orientación y ayuda para intentar hacer florecer sus ideas innovadoras.

Lo que ha ocurrido, por explicarlo de una manera gráfica, es que el instituto ha seguido teniendo éxito en cuanto a la mejora tecnológica de procesos internos, pero, al parecer, no tanto a la hora de prestar esos servicios externos para los que también fue creada.

De hecho, la junta de gobierno justifica en parte su decisión por el hecho de que "en la actualidad, el IMI no presta ningún servicio público directo al exterior, ya que todas sus actuaciones son servicios internos de apoyo a otros servicios municipales".

Esto es lo que ha llevado, pues, a aprobar la disolución del organismo autónomo, una decisión que ya se venía barruntando desde el pasado año. Esta aprobación, por ser justos, no significa que sus procesos vayan a desaparecer.

El mapeo digital, un ejemplo

Lo que ha decidido el Ayuntamiento es integrar esos procesos -realmente, integrar el IMI entero- en la estructura del consistorio, "dado que su actividad es análoga a la de cualquier otro departamento o servicio municipal". 

Según explican fuentes municipales, la disolución del IMI se ejecuta "mediante la cesión global de activos, pasivos y empleados públicos atendiendo a razones de eficiencia, economía, eficacia y sostenibilidad financiera".

Lo mejor para entender qué tipo de procesos estaba implementando el IMI y que seguirá aplicando ahora pero ya no como órgano independiente, se puede citar el mapeo del centro histórico, cuyos datos estaban pensados para ser compartidos con las diferentes concejalías y la ciudadanía.

El Ayuntamiento de Palma dedicó la parte final del pasado año a llevar a cabo un mapeo en 3D del casco histórico. Se trata, según fuentes municipales, del análisis más detallado de esta zona que se ha realizado nunca. El área responsable de este proyecto es el Instituto Municipal de Innovación (IMI).

Las mismas fuentes señalan que "es un proyecto piloto pero de futuro". El Ayuntamiento menciona que en los archivos del IMI se guardan "con celo" los fotolitos con las imágenes que se tomaron en los vuelos de 1981, que recogían en fotografía la Palma de entonces. Mucho ha cambiado todo: desde la geografía de la ciudad a los avances tecnológicos con los que se recogen todos los datos.

Desde el IMI se advertía que "el futuro está en la gobernanza del dato. Se podrán conocer los flujos turísticos dentro de la ciudad, qué consumen, hacia dónde van... Las posibilidades de la smart city quedarán reflejadas aquí".