Planta piloto de chips fotónicos en Valencia: cinco años clave para posicionar a España en Europa y a Europa en el mundo
- Un consorcio europeo elige la Comunidad Valenciana para fomentar la producción de semiconductores y paliar la lacra del retraso en producción con respecto a otras potencias.
- Más información: Tecnología óptica para que los centros de datos ejecuten y entrenen modelos de IA a la velocidad de la luz
Hace unos días se conoció que Valencia albergará una planta piloto para fabricar chips fotónicos híbridos. Es el típico titular que, sin conocer lo que hay detrás y lo que puede suponer, pasaría desapercibido a la mayoría de lectores. "No es un tema sexi, hay que reconocerlo", reconoce Pascual Muñoz, director de UPVfab.
UPVfab, por cierto, es un laboratorio propio de la Universidad Politécnica de Valencia que trabaja en el desarrollo de la tecnología de chips fotónicos híbridos. Es el único de España que trabaja en este campo que es un componente decisivo en industrias de gran peso a nivel mundial como son la sanidad, la automoción o las telecomunicaciones
En este punto hay que explicar también que los chips fotónicos híbridos son aquellos en los que la transmisión de información inherente a los semiconductores (el otro nombre que reciben los chips o microchips) se hace mediante la manipulación de la luz y no mediante la electricidad -como los chips tradicionales-. Esa transmisión, en consecuencia, es muchísimo más veloz y acelera cualquier procesamiento.
Pero volvamos a ese anuncio "nada sexi". La capital del Turia ha sido elegida, en el marco del consorcio europeo PIXEurope, para instalar una planta piloto donde fabricar chips fotónicos híbridos, que se usarán para vehículos de conducción autónoma o biomedicina. El proyecto está liderado por UPVfab.
El Programa Chips de la Comisión Europea y el PERTE Chip del Ministerio para la Transformación Digital también prestan su apoyo a este proyecto.
Pascual Muñoz explica el contexto actual en este sector: "En general, tenemos mucha capacidad de I+D+I pero la fabricación para entornos industriales, requiere un paso intermedio, que es lo que se denomina producción piloto".
Es ahí donde entra la planta anunciada y otras que se desarrollarán por toda Europa. "Son unas plantas donde la industria puede venir y desarrollar las recetas de las futuras tecnologías de fabricación para después transferirlas a una fábrica para la producción en masa", añade.
La planta valenciana, con todo, va a ser la única especializada en "fotónica híbrida, que es la combinación de distintas tecnologías en un solo chip".
En sus aplicaciones es donde reside su potencial. "Desde el punto de vista de lo que hacemos con ellos en el día a día es donde marcan la diferencia. Por ejemplo, todos los centros de procesos de datos donde se hace la computación en la nube, inteligencia artificial o el almacenamiento y movimiento de datos utilizan chips fotónicos", resume el director del UPVfab.
El caso es que el desarrollo de esta planta, más allá de lograr esa transferencia a la industria, está concebida para reforzar la posición de la Comunidad Valenciana con respecto a España, la de España con respecto a Europa y la de Europa con respecto al mundo.
"Aquí [en la Comunidad Valenciana] somos de facto el centro geográfico de la fotónica integrada en España. Nosotros empezamos allá por el año 2004 con la colaboración público-privada y desde entonces hemos desarrollado no sólo líneas de investigación, sino también una serie de compañías, spin-offs que, de alguna manera, han creado tendencia en España", concede Pascual Muñoz.
Esta planta lo que ahora va a provocar va a ser un reforzamiento de esa posición con respecto al resto del país. "Va a reforzar un ecosistema que ya de por sí está bien cubierto en toda la cadena de valor", indica.
En cuanto al refuerzo de la posición española con respecto a Europa, Muñoz advierte que "empezamos en 2017 una labor de integración del ecosistema, identificación de las distintas partes de la cadena de valor, de las fortalezas, las debilidades y con un plan que pusimos sobre papel en el año 2021 de qué es lo que teníamos en España y qué es lo que nos faltaba. Entre ellos nos faltaban efectivamente entidades de fabricación".
Después de estos cuatro años y de haber conseguido este proyecto, el sector español, en boca de Muñoz, considera que "somos muy fuertes en diseño, somos muy fuertes en caracterización y somos muy fuertes en nuevas empresas que emplean fotónica integrada; es decir, España está al nivel de otros países europeos en todas las facetas de la fotónica integrada".
Un pero: "Quizás en la fabricación no estamos al nivel, pero bueno, esto es el salto que vamos a ver en los próximos cinco o diez años".
"Cinco o diez años"
Peor, en cualquier caso, está la situación de Europa con respecto al mundo, aunque consorcios como PIXEurope van a pelear por revertir la situación. "Una vez generadas las tecnologías, se suele buscar otra localización en el mundo donde la producción en volumen y repetitiva pueda ser más económica", remarca el director del UPVfab.
En este contexto, "se ha visto después del COVID que hemos perdido el control en tecnologías que en realidad son fundamentales. y en este caso estamos hablando de las tecnologías de semiconductores y nosotros somos una parte de la tecnología de semiconductores". En definitiva -concluye- "la posición de Europa en el mundo es una posición muy fuerte de liderazgo en cuanto a innovación a las nuevas tecnologías, pero sí que es verdad que deberíamos tener más capacidad de producción de los chips avanzados".
La UPV recibirá cerca del 10% de financiación de los 400 millones de euros de PIXEurope, para establecer la planta piloto en Valencia, y desarrollar las tecnologías de futuro chip híbrido que tiene aplicaciones en los ámbitos de telecomunicaciones de alta velocidad, en vehículos de conducción autónoma y en instrumentación bio-médica de altas prestaciones, entre otros.
La creciente demanda de las necesidades de la sociedad digital está conllevando un aumento del mercado mundial de los circuitos integrados fotónicos, cuya producción se espera que crezca más de un 400% en los próximos 10 años. Para finales de esta década se prevé que el mercado mundial de la fotónica supere los 1,5 billones de euros, una cifra comparable a todo el PIB anual de España.