Sostenibilidad y beneficio empresarial no están reñidos. Más bien, todo lo contrario. Una nueva cultura de empresa basada en el respeto al medioambiente está aflorando de la mano de las nuevas generaciones, muy concienciadas con el impacto de la actividad económica en nuestro planeta.

No se trata de generar riqueza a cualquier precio, sino de hacerlo de forma respetuosa con el entorno y con un impacto de valor para el conjunto de la sociedad. La emergencia climática es una realidad incuestionable y la tecnología y la disrupción se convierten en aliados de primer nivel para afrontar uno de los retos en mayúscula de nuestro tiempo.

En este contexto se enmarca la startup Gravity Wave, propuesta disruptiva que irrumpe en el mercado para demostrar que "ya no solo cuenta el crecimiento o la riqueza económica, si no cómo creces y te ganas la vida. El emprendimiento social es lo que conseguirá cambiar a través de iniciativas privadas las cosas de verdad". 

Quien habla es Amaia Rodríguez, CEO de la empresa, quien asegura que este proyecto es "la mayor aventura" de su vida. Todo comenzó hace cinco años en un viaje por el Sudeste Asiático. "Llegué a islas remotas y paraísos y me encontré playas llenas de basura y aguas contaminadas por plástico. En ese momento cambió algo en mí que me hizo no volver a ser la misma", relata.

A su regreso a España, Amaia contagió su preocupación a su hermano Julen. Un encuentro casual en un bar de Madrid con Lefteris, fundador de una ONG griega dedicada a la educación de pescadores tradicionales en técnicas sostenibles, fue el primer paso para la gestación de Gravity Wave.

Amaia Rodríguez, cofundadora de Gravity Wave.

El responsable de la ONG le trasladó a Julen que "los pescadores limpiaban mucho plástico pero no sabían qué hacer con él y muchos lo devolvían al mar", relata a D+I Amaia Rodríguez.

"Julen lo vio claro. Me llamó y me dijo que había encontrado el proyecto de nuestros sueños, así que los dos lo dejamos todo. Yo, mi trabajo indefinido como responsable de marketing y Julen sus proyectos". Corría noviembre de 2019 y acababa de nacer, y nació Gravity Wave.

Por aquel entonces el equipo humano lo componían tres personas, Julen, Amaia y Norberto, que se unió al proyecto al mes de comenzar con la idea. Después de dos años, la startup cuenta con ocho personas. "Cada día trabajamos por un mismo sueño y el mismo propósito; conseguir unos mares libres de plástico y dar solución al residuo marino". 

Gravity Wave permite a las empresas comprometerse con una causa que tiene un impacto real en el medioambiente, sin olvidar sus objetivos de negocio.

Sostenibilidad que no 'olvida' el beneficio comercial

"Desde Gravity Wave aportamos valor a las empresas generándoles awareness colaborando con una causa que preocupa globalmente pero, a su vez, como empresa entendemos sus objetivos comerciales y colaboramos para aumentarlos", explica la cofundadora.

Desde 2020, ya son más de 80 empresas nacionales que han sabido dar respuesta a esta demanda del consumidor, conectando su inversión en marketing y publicidad con la misión de limpiar los mares de la contaminación plástica de la mano de Gravity Wave.

La empresa danesa de artículos al por menor, Flying Tiger Copenhagen, es un claro caso de éxito. Con la venta de sus bolsas hechas de botellas recicladas y reciclables, y bajo el concepto Estas bolsas son la mar de buenas, limpiaron junto a Gravity Wave casi 70.000 botellas del mar e incrementaron sus ventas en un 30%.

El potencial que implica comprometerse con la sostenibilidad de los océanos para las marcas es significativo desde varias vertientes.

Como señala Amaia Rodríguez: "No solo permite a las marcas ser más creativas, sino también construir su reputación, cumplir sus objetivos comerciales, ahorrar en publicidad y, sobre todo y más importante, impactar a nivel social y medioambiental".

Otro claro ejemplo es Viña Esmeralda, una de las empresas que se ha subido a la ola del cambio de Gravity Wave para, a través de su edición limitada de botellas, preservar la esencia del Mediterráneo, limpiando un total de 23 toneladas de plástico de las costas.

Estrategia para 2022

En su fase inicial de campaña, ya ha podido recorrer diferentes medios y plataformas en 10 países y, gracias a este impacto, entrar y tener presencia en el mercado británico.

El objetivo de la compañía para 2022 es limpiar 150.000 kilos de plástico de los puertos del Mediterráneo y de las costas españolas con pescadores tradicionales.

Persigue, en última instancia, "unir a este movimiento a empresas, entidades públicas y personas, y poder transformar el 100% del residuo que limpiemos en mobiliario, tenemos el objetivo de amueblar el futuro mientras limpiamos plástico del mar". Disrupción social en estado puro.

 

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