El científico español, en la actualidad en el MIT, Pablo Jarillo-Herrero posa en el campus de la UPV, donde estudió.

El científico español, en la actualidad en el MIT, Pablo Jarillo-Herrero posa en el campus de la UPV, donde estudió.

Investigación Personajes únicos

Pablo Jarillo-Herrero (MIT): "Como Nadal o Alcaraz, España puede tener las mejores universidades"

El físico español, uno de los perfiles que suenan para el premio Nobel gracias a sus investigaciones con el grafeno, defiende el potencial de España en investigación y urge al sector a "ponerse a ello".

9 junio, 2024 03:09

Antes de que el nombre de Pablo Jarillo-Herrero sonase entre las listas de candidatos al Premio Nobel, antes incluso de que sus investigaciones en física se convirtiesen en todo un hito, antes de que acumulase multitud de galardones por su trabajo y mucho antes de que entrase a trabajar como catedrático en el Instituto Tecnológico de Massachusetts (el prestigioso MIT), fue un profesor de su Valencia natal el que le consiguió despertar su interés por la ciencia.

Jarillo-Herrero ha acudido estos días a la capital española con motivo del VIII Premio Conexus Madrid - Comunitat Valenciana, en la que ha sido galardonado. En el marco de esta condecoración, el investigador ha mantenido una conversación con DISRUPTORES en la que ha hecho un recorrido por toda su trayectoria, desde esos primeros inicios en los que, dicho docente le descubrió ese amor por la Física y la Química, hasta su propia posición como maestro en Estados Unidos. 

En concreto, el físico español ha sido reconocido por sus investigaciones con el grafeno, un elemento que él mismo describe "como una hoja" con "unas propiedades bastante únicas", que hacen que este material haya llamado la atención de los investigadores en las últimas décadas. Según cuenta, hace seis años su equipo descubrió que la forma de colocarlo le otorgaba propiedades totalmente distintas: en función del ángulo podía ser conductor o aislante. 

"Esto es un fenómeno impresionante, fascinante", afirma. "(Este descubrimiento) ha creado un nuevo campo donde no solo podemos hacer esos dos comportamientos de la materia, sino que poco a poco toda la comunidad hemos sido capaces, haciendo este truco, de realizar todos los comportamientos de la materia que existen".

A pesar de las grandes implicaciones que puede tener y tendrá esta investigación en los próximos años, Jarillo-Herrero se muestra cauto y señala que, de momento, es un área "muy nueva". "Aún es pronto para saber a dónde nos podría llevar", insiste. 

De momento, explica, se han sentado las bases de la ciencia básica y, posteriormente, los ingenieros dispondrán de todos los elementos necesarios para desarrollar diferentes aplicaciones finales. "Hay muchos ingenieros y empresas que están interesados (en este campo) porque se dan cuenta del potencial", avanza. 

Cerca del Premio Nobel

Estos descubrimientos, sumados a su impecable trayectoria, le han valido de diferentes reconocimientos, entre ellos los galardones Oliver Buckley y Wolf, y han hecho que su nombre se sitúe entre las quinielas que anticipan los posibles candidatos al prestigioso Premio Nobel. 

Preguntado por esta posibilidad, Jarillo-Herrero sonríe. "Me hace mucha ilusión que la gente piense eso", admite. "Pero, al final, a mí me gusta tener los pies en el suelo, todo lo que llegue bienvenido, pero mi felicidad no depende en absoluto de estas cosas".

El investigador reconoce que el Nobel tiene "una importancia especial" en varios sentidos, no solo por su prestigio, sino porque, hasta la fecha, ningún español ha optado a este galardón en las categorías de Física o Química. Aún así, precisa que, para él, lo relevante es seguir trabajando con su grupo de investigación. "Lo importante es que hemos creado un campo nuevo que es fascinante desde el punto de vista físico", añade. 

Más recursos y un cambio de mentalidad 

Actualmente, Jarillo-Herrero trabaja como catedrático Cecil e Ida Green de Física en el MIT, pero, antes de eso, estudió su licenciatura en la Universidad de Valencia. Preguntado por las diferencias entre los ecosistemas de ambos países, el investigador señala que la principal es que "hay muchísima más tradición científica de excelencia en Estados Unidos que en España".

El físico español precisa que esto es un problema que se remonta a siglos atrás, ya que el este país no solo llegó tarde a la revolución industrial, sino que tuvo que enfrentar 40 años de dictadura que hicieron que entrase "con mucho retraso" en la apuesta por la ciencia básica. 

No obstante, reconoce que, recientemente, España ha mejorado su situación e incluso dispone de grupos de investigación del más alto nivel. "Pero son grupos concretos", tercia. "No tenemos universidades que sean realmente excelentes a nivel global al mismo nivel que las de otros sitios como Estados Unidos o Inglaterra, no hay ningún ranking que posicione a las universidades españolas entre las 100 mejores del mundo". 

Jarillo-Herrero puntualiza que no es una cuestión de tamaño, ya que otras regiones con la misma o menor extensión que este país están situándose entre las más destacadas del mundo gracias a los esfuerzos e inversiones en ciencia y tecnología. "Creo que desde España no se está dando suficiente apoyo por parte de la sociedad, los políticos y la clase empresarial a la investigación básica", afirma. 

El investigador insiste en la importancia de esta investigación preliminar, ya que es la que dará lugar a las aplicaciones posteriores. "En España, a veces, intentamos saltarnos algunos pasos y queremos ir directamente a las aplicaciones (...), mientras, en otros países se dan cuenta de que lo primero es la investigación básica porque de ella surge todo lo demás", explica. "Es como preguntar qué techo vas a poner cuando aún no tienes cimientos", compara. 

En este sentido, recuerda que casi todas las grandes invenciones a las que se ha llegado la humanidad tienen como nexo que surgen como paso posterior a la investigación básica. "A mí no me sorprende mucho que casi todas las compañías líderes en tecnología a nivel mundial hayan surgido en Estados Unidos porque es uno de los países que más invierte en investigación básica, no solo desde el Gobierno, sino también desde la empresa", ejemplifica. 

"No hay ninguna razón obvia, objetiva o natural para que esto no pase en España, pero se necesita un cambio de mentalidad", insiste. "Se necesitan también más recursos, pero casi te diría que más importante es un cambio de mentalidad, que los españoles nos creamos que somos igual de listos que los americanos, los japoneses o los alemanes y que podemos hacer esto si nos dedicamos a ello". 

"Igual que tenemos a Rafa Nadal, Carlos Alcaraz o los mejores restaurantes del mundo, podríamos tener algunas de las mejores universidades e institutos de investigación del mundo, solo hace falta que nos lo creamos y nos pongamos a ello", afirma. 

De la gente joven a la meritocracia

Otra de las grandes diferencias que distingue Jarillo-Herrero entre Estados Unidos y España es el tratamiento y la gestión del talento. Según explica, una de las causas pendientes de este país es la gente joven, a la que no se le da el apoyo suficiente. "Hay personas mayores buenísimas y súper preparadas, pero la gente joven suele tener ideas más disruptivas, suele trabajar más y tener más energía para hacer cosas nuevas", precisa. "Hay que apostar por ellos y arriesgarse".

El investigador cuenta que en Estados Unidos es habitual contratar a perfiles de menor edad y darles los recursos suficientes para que desarrollen sus proyectos, algo que en España genera mucha desconfianza. "Aquí la gente piensa, '¿y si lo malgasta?', esto nunca lo oirás en EEUU", cuenta. "Allí la gente tiene más tolerancia al riesgo y, cuanto más arriesgas, más posibilidades hay de que surjan cosas". 

También, menciona la meritocracia. "Allí a nadie le importa que seas primo de alguien, al contrario", señala. "A nadie le importa de dónde seas, el color de tu piel o tu religión, es meritocracia intelectual pura".

Jarillo-Herrero precisa que, en España, "aunque el sistema ha mejorado", las plazas de profesorado se le daban a "gente muy mediocre" por "amiguismos". "Es como si el Real Madrid quisiese ser el Real Madrid, pero contratando a jugadores malos porque son amigos de alguien, pues no sería el Real Madrid y se iría al garete", simplifica. "Tienes que contratar a los mejores".

No obstante, el físico puntualiza que no todo es mejor "al otro lado del Atlántico", sino que el modelo ideal sería el que combinase lo mejor de ambos ecosistemas. "Hay que intentar que de ello surja nuestra forma particular de mejorar el mundo, de hacer buena ciencia, buena tecnología y de ayudar a mejorar el país y el mundo", explica. "Y todo eso lo podemos hacer a la española".