Las infraestructuras digitales son las grandes olvidadas. Todos conocemos que existen redes de telecomunicaciones por las que fluyen nuestras conversaciones telefónicas y nuestras conexiones a Internet, pero obviamos que existen otras muchas piezas detrás de esas redes y que son igualmente imprescindibles. Cables, redes eléctricas, sistemas, servidores… La nueva era digital esconde un componente físico muy importante. Incluso la nube (cloud computing) tiene una ubicación física, pues se aloja en centros de procesamiento de datos.
Pero antes de explicarles por qué estas piezas del puzzle de las telecomunicaciones alcanzan ahora un carácter estratégico para el Gobiernos, les aportaremos algo de contexto.
Los sucesivos gobiernos en España han apoyado el despliegue de redes allí donde la iniciativa privada no hubiera llegado por sí sola, y eso nos ha convertido en uno de los países con una red de telecomunicaciones con mayor capilaridad del mundo. Sin embargo, no ha ocurrido lo mismo con los centros de datos, que salvo por algunos acuerdos a nivel autonómico han pasado reiteradamente inadvertidos en las agendas económicas y políticas de nuestro país. Lo reconoció ayer el Secretario de Estado de Telecomunicaciones e Infraestructuras Digitales, Roberto Sánchez, durante un evento online organizado por la patronal del sector DigitalES. “La Administración ha vivido de espaldas a los puntos de interconexión y a los centros de procesamiento de datos”, afirmó.
Esta realidad no es fruto del desconocimiento por parte de los representantes políticos que han estado al cargo de las políticas de telecomunicaciones. Los centros de datos más eficientes se encuentran en geografías más frías del planeta, donde el gasto de refrigeración se reduce significativamente. Existía, por este motivo, cierta resignación de que España pudiera ser jamás un polo relevante de data centers.
Nueva realidad
Pero eso está cambiando. Si bien los grandes centros de datos continuarán construyéndose en países nórdicos, algunos servicios digitales requieren tiempos de respuesta casi inmediatos, y para eso es necesario tener instalaciones de este tipo distribuidas por todo el mundo.
Adicionalmente, España presenta algunas ventajas con respecto a otros países de nuestro entorno más cercano: una red eléctrica estable, la ya mencionada avanzada red de telecomunicaciones rápidas o el hecho de tener costa, lo que nos da acceso directo a los sistemas de cableado submarino. No olvidemos que el 95% de las comunicaciones y del tráfico de internet que se dan en el mundo circula a través de cables submarinos. Está habiendo mucho movimiento en este ámbito, con la llegada de un cable procedente de Latinoamérica, el reciente anuncio de Google de desplegar su propio cable -al que ha puesto en nombre de Grace Hopper, en honor a la inventora del lenguaje de programación Cobol- y varios otros cables procedentes de otros continentes que están ya en planificación o en construcción.
En segundo lugar, se está demostrando que los centros de datos tienen un impacto positivo en la economía. Así, según IDC Research, cada millón de euros de inversión revierte en 9 millones de euros en la economía local y, por simple inercia, desencadena 12 millones de euros de inversión en otras infraestructuras TI. Según Robert Assink, country manager de Interxion, en España el impacto potencial es aún mayor. Calcula que, con el marco administrativo propicio (administración, trabas burocráticas, etc.), la inversión en nuestro país se podría multiplicar por 5, con un efecto sobre el PIB local que se multiplicaría por 12 y que, a su vez, generaría 12 veces esa inversión en equipos TI.
En tercer lugar, el Brexit está provocando una redistribución de inversiones hacia otros centros de datos europeos. Así, la propia Interxion reconoció ayer, durante el evento de DigitalES, que “varias empresas han movido su infraestructura digital a Madrid”. Otro ejemplo inmediato es que España se haya asignado el centro de respaldo de monitorización del sistema de seguridad de Galileo. "Hay mucho dinero pendiente para desplegar nuevas infraestructuras [digitales]", recalcó Assink.
Y en cuarto lugar, aunque igualmente relevante, las infraestructuras digitales están resultando inversiones inmobiliarias muy rentables. A cierre del primer semestre, según JLL, estos activos inmobiliarios registraron rentabilidades del 22%, un 19% más que la logística. No en vano, en el evento de ayer de DigitalES participó Manuel Beldarrain, managing director de Macquarie Capital.
En todo este contexto, aparece una pandemia. Esta crisis ha puesto en primer plano la importancia de las telecomunicaciones en general y de las infraestructuras digitales en particular. Por fin, han ganado visibilidad y reconocimiento más allá de los profesionales del sector tecnológico.
Planes del Gobierno
El apoyo a las infraestructuras digitales sale mencionado en la agenda España Digital 2025, presentada en julio por Pedro Sánchez. Más nivel de detalle encontramos en el Plan para la Conectividad y las Infraestructuras Digitales, presentado esta misma semana.
España, Hub de datos es el tercer eje de este Plan y recoge las medidas encaminadas a mejorar la infraestructura de conectividad de nuestro país. En definitiva, no solo a garantizar la calidad de nuestras comunicaciones a las puertas de la nueva era del 5G, sino, de paso, a atraer esa nueva inversión creciente en el sector. “En colaboración con las Administraciones territoriales competentes, se trabajará para elaborar un marco legal y administrativo adecuado para la consideración de las infraestructuras digitales de alto impacto e interés económico como proyectos de interés público. De esta forma, se pretende conseguir su inclusión en los instrumentos de ordenación del territorio y del planeamiento energético y urbanístico con las previsiones necesarias, ya sea por sus consideraciones constructivas o de consumo eléctrico o necesidades de comunicación e interconexión”, expone el documento en su medida número 9 (página 65).
Darles la condición de proyectos de interés público permite reducir a la mitad los plazos de tramitación de los procedimientos administrativos necesarios para la ejecución del proyecto -a excepción de los plazos de presentación de solicitudes y de recursos-. Y el tiempo es oro. “La adopción de esta medida generará un aumento de previsibilidad, y favorecerá la reducción de costes de búsqueda de información y burocráticos para los inversores, al tiempo que garantizará la sostenibilidad energética, hidrológica y ambiental”, corrobora el Plan de Conectividad.
Interxion, Equinix o Data 4, tres de los principales proveedores de centros de procesamiento de datos, aplaudieron ayer estos últimos pasos por parte del Gobierno. “Los centros de datos son el corazón de la nueva era de la digitalización basada en la economía del dato”, remachó ayer el Secretario de Estado.