La brújula digital de Europa necesita de un embajador de diplomacia tecnológica para elevar la influencia de la UE
Una buena gobernanza, colaboración e internacionalización, claves para el éxito del plan para empoderar digitalmente a Europa de aquí a 2030.
29 mayo, 2021 00:56Noticias relacionadas
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Capacidades, infraestructuras digitales seguras y sostenibles, transformación digital de las empresas y digitalización de los servicios públicos. Esos son los cuatro puntos cardinales de la brújula digital diseñada por la Comisión Europea (CE) para fijar el rumbo hacia una Europa empoderada digitalmente de aquí a 2030.
La Comisión Europea (CE) presentó el pasado 9 de marzo esta brújula que engloba un conjunto de objetivos y vías para el éxito de la transformación digital de Europa en esta próxima década, un proceso que además es fundamental para culminar la transición hacia una economía climáticamente neutra, circular y resiliente.
Esta nueva hoja de ruta digital quizás no ha recibido de momento la atención mediática que se merece en España. Por ello, desde DigitalES, Asociación Española para la Digitalización, han organizado una jornada online en la que se han explicado los puntos principales el plan y se ha incidido en que, para su éxito, son necesarios aspectos como una buena gobernanza, la colaboración entre todos los actores y una mayor presencia internacional de Europa en el ámbito digital.
En cuanto a la internacionalización, la propia comunicación de la CE contempla que la UE promoverá su agenda digital centrada en el ser humano en la escena mundial, así como la armonización o la convergencia con las normas y los estándares de la UE. Además, también garantizará la seguridad y la resiliencia de sus cadenas de suministro digitales y ofrecerá soluciones globales.
A este respecto, Carlota Reynèrs, jefa de unidad en la Dirección General de Redes de Comunicación, Contenido y Tecnologías de la Comisión Europea, recalcó que el liderazgo de Europa no implica solo el éxito dentro del propio continente, sino colaborar con sus socios.
Así, abogó por aprovechar esas relaciones internacionales para promover su visión de la transformación y la idea de los valores digitales para que se respeten en otro lado. "El objetivo debe ser una Europa interconectada, interoperable y abierta", recalcó.
En este contexto, Raquel Jorge-Ricart, socióloga y politóloga especializada en prospectiva y política tecnológica y digital, remarcó que el poder regulatorio que tiene la Unión Europea también va a ser importante en el desarrollo de la apuesta digital de Europa. Sin embargo, apuntó que "la regulación no lo es todo" y son necesarios otros pilares, como, por ejemplo, instrumentos que permitan posicionar a la UE como "un ente realmente influyente" en los foros internacionales.
En este sentido, incidió en que no solo es necesaria una coherencia interna con regulación e instrumentos, sino también el reflejo de que la UE está cohesionada como un bloque único hacia afuera. "En este sentido, la diplomacia tecnológica desempeña un papel esencial", subrayó Jorge-Ricart, quien añadió que esta diplomacia afecta o derechos.
Para aglutinar todo este marco, la socióloga y politóloga consideró que es necesaria la creación de nuevas figuras dentro las instituciones europeas como es la de un embajador de diplomacia tecnológica, pero que no sea "simplemente un enviado especial", sino que tenga un equipo o un departamento propio.
Una buena gobernanza
Otro aspecto clave para alcanzar el rumbo marcado por esta brújula es, según Jorge-Ricart, la gobernanza. Así, recalcó que la propuesta de la Comisión Europea es un paquete relevante, no tanto por las cuatro líneas de acción resumidas en las cuatro puntos cardinales, sino por los desafíos en los que la UE podía sumergirse si la estructura de gobernanza que se ha planteado no se forja de forma "coherente y cohesionada".
Así, añadió que esos desafíos se refieren tanto a las políticas públicas en sí, como a la necesidad de mantener y generar confianza y entendimiento tanto entre las instituciones comunitarias como con los estados miembros. Además, agregó que otro desafío es la propia aceptabilidad y concienciación social de esta necesidad de digitalización.
A este respecto, Reynèrs destacó que la comunicación de la CE ya contempla la preparación de un programa político que está previsto se publique a después del verano. De hecho, subrayó lo novedoso que ha sido la inclusión en esa hoja de ruta no solo de una lista de objetivos, sino también de la intención de poner en marcha un sistema de gobernanza con mecanismos e instrumentos claros.
Ante esto, recalcó la importancia que tiene la colaboración con los distintos Estados miembros y con otros actores del mercado para el desarrollo de ese programa político de gobernanza, que contempla un programa de monitorización y de seguimiento a partir del cual se publicarán informes anuales en forma de semáforos en torno a los avances registrados.
Carlos Romero, consejero de transformación digital en la Representación Permanente de España ante la UE, remarcó que la brújula digital propuesta por la CE ha sido recibida de forma "muy positiva" y ahora van a trabajar en el programa político que va a instrumentalizar esa brújula, que considera debe tener una "prioridad importante" y adoptarse a la "mayor brevedad".
En este sentido, Romero, que señaló que se les ha trasmitido que la Brújula Digital tendrá forma de reglamento con un carácter prescriptivo y vinculante "importante", recalcó que en el consejo hay voluntad de colaborar y ganas de ponerse a trabajar en el proyecto. "Hay una franca voluntad de positiva recepción y fructífera colaboración", apostilló.
Los fondos y la digitalización
Otros aspectos que ha salido a relucir durante el debate es la coincidencia en el tiempo del inicio de esta década digital con la puesta en marcha de los planes de recuperación, transformación y resiliencia que guiarán el desarrollo de los países europeos durante los próximos años con el apoyo de unos fondos económicos sin precedentes.
Romero remarcó que España ha hecho un esfuerzo importante y reconocido en los corillos de Bruselas en la elaboración de este plan, que hace una gran apuesta por la transformación digital del país, destinando más presupuesto a esta partida del exigido por Europa. "Las máquinas se están engrasando y están listas para empezar a funcionar a partir de septiembre", aseveró.
Por su parte, Reynèrs apuntó que muchos países, entre ellos España, están respondiendo a la altura de las circunstancias y está apostando por una transformación digital que es fundamental para su futuro. Así, agregó que los años que vienen van a ser claves y ha mostrado la voluntad de la CE de colaborar con el Consejo y el Parlamento Europeo para que las propuestas salgan "lo antes y lo mejor posible".
Víctor Calvo-Sotelo, director general de DigitalES, remarcó que la pandemia y los fondos europeos han sido uno de los tres acontecimientos que han hecho más importante si cabe la necesidad de digitalizarse, junto con la convergencia de las distintas tecnológicas y la consideración estratégica que se está haciendo del mundo tecnológico con gigantes como Estados Unidos y China y la posición de Europa.
Los cuatro puntos cardinales
La brújula digital se fija distintos objetivos en cada uno de sus cuatro puntos cardinales. En el referente a las capacidades, Europa establece que, para 2030, al menos el 80% de todos los adultos debería tener competencias digitales básicas y debería haber veinte millones de especialistas en TIC en la UE, con más mujeres adoptando este tipo de trabajo.
En lo que respecta a las infraestructuras tecnológicas, todos los hogares de la UE deberían tener conectividad de gigabit y todas las zonas pobladas deberían estar servidas por redes 5G; la producción de semiconductores de punta y sostenibles en Europa debería representar el 20% de la producción mundial (el doble que la actual); deberían desplegarse en la UE diez mil nodos externos muy seguros y climáticamente neutros; y Europa debería tener su primer ordenador cuántico.
Para 2030, tres de cada cuatro empresas deberían utilizar servicios de computación en nube, macrodatos e inteligencia artificial; más del 90% de las pymes debería alcanzar al menos un nivel básico de intensidad digital; y el número de unicornios de la UE debería duplicarse.
Por último, la Comisión establece que, para 2030, todos los servicios públicos clave deberían estar disponibles en línea; todos los ciudadanos deberían tener acceso a su historial médico electrónico; y el 80% de los ciudadanos deberían utilizar una solución de identificación electrónica.