La crisis de Abengoa está sacando a la luz la intrahistoria de sus directivos, sus relaciones con el poder político -independientemente del color del Gobierno- y las indemnizaciones que se reservaron sus dos ex máximos directivos antes de dejar este año la compañía.
Precisamente, estas millonarias indemnizaciones, cuya existencia omitieron hace unos meses a la Comisión Nacional del Mercado de Valores (negaron tenerlas en su informe anual de 2014), ya han sido cuestionadas por el Ejecutivo.
Unas indemnizaciones que ponen de relieve el papel que han jugado los directivos que, al mismo tiempo, decidían el devenir de la compañía desde el consejo de administración y marcaban el paso de sus sueldos desde la Comisión de Nombramientos y Retribuciones.
Cuatro de sus consejeros, no sólo forman parte de esta comisión y del consejo de administración, también del comité de auditoría que, sobre el papel, debe recomendar al máximo órgano de administración, entre otros aspectos, a qué firma de revisión de cuentas debe contratar la empresa.
La puerta giratoria de Borrell
Entre los cuatro consejeros que ejercen este triple papel en la dirección de la compañía andaluza, un nombre sobresale por encima del resto, el de Josep Borrell Fontelles. El ex ministro socialista, ex candidato a la presidencia del Gobierno y ex presidente del Parlamento Europeo se incorporó al consejo de administración de Abengoa en julio de 2009 como independiente.
El ex político, además de ser consejero de la firma andaluza y vocal de las comisiones de Auditoría y de la Nombramientos y Retribuciones es presidente de la comisión de Estrategia y Tecnología. Por todas estas funciones, el pasado año percibió 300.000 euros, la misma cifra que el año anterior.
Desde que se incorporó al consejo de Abengoa, Josep Borrell ha percibido 1,65 millones de euros
De su retribución anual, 160.000 euros correspondieron a dietas, según la última memoria de la compañía, y otros 140.000 euros a la remuneración por las diferentes comisiones de las que forma parte.
En conjunto, desde que se incorporó al consejo de Abengoa, Josep Borrell ha percibido 1,65 millones de euros. Al cierre del último ejercicio, era el cuarto consejero mejor retribuido, pero lejos de los dos mejores: los ya expresidente y ex consejero delegado, Felipe Benjumea y Manuel Sánchez Ortega que, el pasado año, recibieron, cada uno, más de 4,8 millones de euros.
En la cúpula de Abengoa también hay otro consejero muy próximo al poder político: Ricardo Martínez Rico. Rico fue secretario de Estado de Hacienda en la segunda legislatura de José María Aznar y es, además, amigo y antiguo socio del ministro de Hacienda, Cristóbal Montoro. Rico es socio de la firma de consultoría Equipo Económico en la que también fue accionista Montoro. El fichaje de Rico por Abengoa se produjo en octubre de 2011, apenas un mes antes de que el Partido Popular consiguiese ganar las elecciones generales con mayoría absoluta.
Un vicepresidente procedente de KPMG
Junto a Josep Borrell, la comisión de retribuciones de la empresa energética está integrada por otros dos vocales, Antonio Fornieles y Alicia Velarde Valiente, y presidida por Mercedes Gracia.
El primero de ellos se incorporó al consejo este mismo año. Fornieles ha dedicado casi 30 años de carrera profesional al mundo de la auditoría, la mayoría de ellos, desde 1986 y hasta finales del pasado año, en la firma KPMG. Se da la circunstancia de que esta firma es la que está analizando, a petición de la banca acreedora de Abengoa, cuál es la capacidad de la empresa de generar caja para hacer frente a los vencimientos de deuda más inmediatos. Sólo el próximo año tiene que devolver más de 1.000 millones de euros.
En cuanto a las dos consejeras, los dos únicos nombres femeninos de la alta dirección de la empresa, su trayectoria profesional está vinculada más al mundo docente que al empresarial. Mercedes Gracia es catedrática de Econometría en el centro Cunef, pero su carrera ha estado ligada a la Universidad Complutense, de la que está en excedencia desde 2011. Por su parte, Alicia Velarde es notaria de profesión y durante varios años fue profesora de la Universidad Francisco de Vitoria. En el perfil laboral que publica Abengoa no consta que haya trabajado para ninguna otra empresa.
Las indemnizaciones de la polémica
Las dos indemnizaciones de los principales ex directivos de Abengoa (11 millones en el caso del expresidente Felipe Benjumea y casi nueve para el ex consejero delegado Manuel Sánchez Ortega) forman parte de los motivos que los accionistas minoritarios de Abengoa alegan para acudir a los tribunales contra el equipo directivo de la empresa.
"Los miembros de la comisión de nombramientos eran los mismos que los de la comisión de auditoría", apunta Javier Cremades, abogado de la firma que lleva la demanda de los pequeños accionistas contra Abengoa. Todo el control de la compañía recaía sobre unas pocas personas que además, eran los que transmitían al exterior una imagen de fortaleza de sus cuentas, denuncian los accionistas minoritarios.
También el Ejecutivo de Mariano Rajoy ha criticado las indemnizaciones. El ministro de Economía, Luis de Guindos, las calificó como “poco presentables” y el de industria, José Manuel Soria de “poco razonables”. Por ese motivo El ICO, Cofides y Cesce, los tres organismos públicos que suman una exposición a Abengoa de más de 400 millones, están analizando la idoneidad de las mismas.
De cara a la reestructuración del pasivo de Abengoa que, en conjunto, está integrada por 887 empresas, según datos de Informa D&B, los principales bancos acreedores ya han comunicado a la compañía que hasta que no sepan la situación real de la empresa no inyectarán nuevos fondos, además algunos de ellos reconocen que prefieren una quita a su deuda (que entre bancos y financiación de proyectos supera los 20.000 millones de euros) antes que quedarse con acciones de la empresa.