Las grandes empresas multinacionales pagan de media un 30% menos de impuesto de sociedades que las compañías locales europeas. Sus prácticas de ingeniería fiscal, que se aprovechan de las discrepancias entre las leyes nacionales, provocan una pérdida de ingresos de entre 50.000 y 70.000 millones de euros anuales a los países de la Unión Europea, según un estudio de la Eurocámara. Esta cantidad equivale a cinco veces el dinero destinado a la crisis de los refugiados en 2015 y 2016, ha denunciado este jueves el comisario de Asuntos Económicos, Pierre Moscovici, durante la presentación de un nuevo paquete de medidas contra la evasión fiscal.
En algunos casos, la Comisión ha utilizado ya su artillería pesada, la política de competencia. Ha obligado a Starbucks y a Fiat a pagar entre 20 y 30 millones de euros en impuestos atrasados en Holanda y Luxemburgo, respectivamente. Ha exigido a Bélgica que recupere 700 millones de euros de tributos que ha perdonado a multinacionales. Y tiene pendientes de resolver expedientes contra las ventajas fiscales que Irlanda da Apple y las de Luxemburgo a Amazon y McDonald’s. La próxima víctima podría ser el pacto entre Reino Unido y Google, por el que el gigante de Internet pagará 130 millones de libras de impuestos atrasados. La comisaria de Competencia, Margrethe Vestager, ha recibido una denuncia que lo considera demasiado generoso.
Ahora, Bruselas quiere completar esta ofensiva directa con un plan de medidas legislativas, mucho más difícil de sacar adelante porque exige la unanimidad de los 28 estados miembros: podría ser bloqueado por cualquiera de los países investigados. Su objetivo es que las multinacionales -sean europeas, norteamericanas o asiáticas- estén sujetas a las mismas reglas y tipos impositivos que el resto de empresas y paguen impuestos allí donde generan los beneficios. Moscovici ha dicho que no se trata de armonizar el tipo del impuesto de sociedades (que oscila entre el 10% de Bulgaria y el 12,5% de Irlanda y el 38% de Francia), pero ha lanzado un aviso contra los gobiernos que dan facilidades a las multinacionales para eludir impuestos. Pese a todo, Oxfam considera que el paquete de la Comisión es poco ambicioso y “no acabará con la era de los paraísos fiscales”.
Transparencia limitada
La primera iniciativa consiste en el intercambio, entre las autoridades tributarias nacionales, de la información sobre los beneficios y los impuestos pagados país por país de los grupos multinacionales. El objetivo es que todos los gobiernos tengan estos datos para detectar riesgos de elusión fiscal. Sin embargo, Bruselas no se atreve de momento a dar un paso más y no obligará a que los informes sobre los tributos pagados país por país sean públicos, como sí ocurre con los bancos. Se escuda en que antes debe hacer un análisis de impacto y verificar si la medida puede dañar la competitividad de las compañías. Los resultados se sabrán en marzo.
El Ejecutivo comunitario ha presentado además una norma para bloquear los seis métodos más habituales utilizados por las multinacionales para no pagar impuestos. Son los siguientes:
1.La transferencia de beneficios. En ocasiones, las multinacionales transfieren los beneficios de la sociedad matriz, basada en un país europeo con alta presión fiscal, hacia filiales del grupo situadas en países extracomunitarios con baja o nula fiscalidad. Así reducen su beneficio imponible en la UE. Con la reforma, las empresas todavía podrán transferir sus beneficios. Pero antes serán sujetos a tributación en la UE.
2.Los montajes de endeudamiento artificiales. Los pagos de intereses son en general fiscalmente deductibles en la UE. Esta trampa consiste en que una multinacional basada en la UE crea una filial en un país con pocos impuestos, que a su vez concede un préstamo a la empresa matriz. Así, la compañía basada en la UE acaba pagando altos intereses que reducen su factura fiscal. La directiva limitará la cantidad de intereses que un gran grupo puede deducirse. Ello aumentará la cantidad de impuestos que paga.
3.Explotar las asimetrías nacionales. Un grupo con operaciones en dos países de la UE crea una nueva entidad en uno de ellos. Esta entidad pide un crédito en nombre del grupo y paga los intereses del dinero prestado. Los dos estados miembros tratan a esta entidad híbrida de forma diferente en términos fiscales. El resultado es que ambos permiten una deducción fiscal por el pago de intereses. La reforma bloquea este problema y sólo permitirá la deducción en un estado miembro.
4.La doble no tributación de los dividendos. Los dividendos que entran en la UE desde países terceros están a menudo exentos de tributación para evitar casos de doble imposición. Algunas multinacionales explotan esta exoneración para beneficiarse de una doble no tributación, es decir, simplemente para escapar del impuesto. Así ocurre cuando una empresa basada en la UE invierte en una sociedad situada en un país extracomunitario con baja presión fiscal. Esta sociedad paga dividendos a la empresa europea, que no tributan ni en la UE ni fuera. La directiva obligará a los estados miembros a gravar los dividendos entrantes en la UE si no se les ha aplicado una tributación adecuada.
5.La transferencia de propiedad intelectual. A menudo, los activos como la propiedad intelectual o las patentes, no se gravan cuando se transfieren de un estado miembro a un país extracomunitario. Algunas multinacionales de la UE se aprovechan de esta circunstancia cuando desarrollan un nuevo producto y lo transfieren a un país sin impuestos justo antes de finalizarlo. De esta forma, evitan pagar impuestos sobre los beneficios en la UE. La reforma obliga a gravar la propiedad intelectual y las patente a la salida.
6.La planificación fiscal agresiva. Las multinacionales que la practican buscan la manera de sortear las reglas y encontrar lagunas en la legislación tributaria de los países comunitarios. Para estos casos, la nueva directiva incluye una cláusula anti-abuso general que permite desmontar las prácticas fiscales no cubiertas por los casos anteriores.