Una auditoría independiente de la auditora PWC ha detectado hasta 923 clientes “presuntamente sospechosos de blanqueo de capitales” en Banca Privada d’Andorra (BPA). Esta cifra supone un 3% de los clientes de la entidad, pero, sin embargo, las cantidades de dinero que manejan son muy elevadas. Tanto, que su dinero equivale al 19% del volumen total del banco.
Según ha informado en un comunicado la Agència Estatal de Resolució d'Entitats Bancàries de Andorra, de este millar de clientes, unos 100 expedientes combinan todos los factores de mayor riesgo AML, como coincidencias con listas de blanqueo, operativa sospechosa y vinculación a casos de lavado de dinero que se encuentran en sede judicial.
Estas son algunas de las principales conclusiones del trabajo que las autoridades andorranas encargaron en marzo de 2015 a la firma PwC, después de la publicación del comunicado del Financial Crimes Enforcement Network (FinCEN), la unidad de delitos financieros del Tesoro de los Estados Unidos.
El traspaso a Vall Banc
Esta operación se enmarca dentro del traspaso de clientes de BPA a Vall Banc, la nueva entidad. A partir del informe presentado por PwC, tras 12 meses de trabajo, la AREB concluye que unos 27.000 clientes, es decir, el 92,6% del total, ya están en condiciones para ser traspasados.
En el 7,4% restante, unos 2.165 clientes, se incluyen los 923 presuntamente sospechosos, mientras los otros 1.242 podrían finalmente revelarse como "aptos" en caso de que en un futuro presentaran la documentación necesaria para avalar la legitimidad de sus cuentas y operaciones.