La posible fusión de los grupos nacionalizados Bankia y BMN (Banco Mare Nostrum) no gusta nada en Bruselas. En su lugar, la Comisión y el Banco Central Europeo (BCE) han reclamado este lunes a España que acelere la reestructuración y la privatización de las dos entidades. Es un paso necesario, aseguran, para estabilizar de forma definitiva al sector bancario español, cuya rentabilidad a medio plazo sigue sin estar garantizada.
El nuevo toque de atención de Bruselas sobre el futuro de Bankia aparece en el informe preliminar elaborado por los inspectores de la UE que visitaron Madrid entre el 11 y el 13 de abril. El equipo estaba formado por expertos del Ejecutivo comunitario, el BCE y el fondo de rescate (MEDE). Estas misiones semestrales de vigilancia tienen como objetivo garantizar que España devuelve los 41.300 millones de euros del rescate bancario que recibió de sus socios europeos en 2012.
“Completar la reestructuración y la privatización de estos bancos propiedad del estado es necesario para situar al sector bancario sobre una base sólida a largo plazo”, subrayan los inspectores. Y resaltan que desde 2014 no se ha avanzado nada en la venta de Bankia y BMN. En febrero de 2014, el Fondo de Reestructuración Ordenada Bancaria (FROB) vendió el 7,5% de la entidad por 1.304 millones de euros. Para BMN, el ministro de Economía, Luis de Guindos, tenía prevista la salida a bolsa el año pasado, pero la acabó descartando tras las turbulencias financieras de después del verano.
Ahora, el gobierno español ha sondeado al Ejecutivo comunitario sobre una posible fusión de Bankia con BMN y ha recibido una respuesta negativa. “La Comisión está en contacto con las autoridades españolas sobre esta cuestión y vigilando la aplicación de los planes de reestructuración de las dos entidades”, ha dicho a EL ESPAÑOL el portavoz de Competencia, Ricardo Cardoso, que ha eludido confirmar el veto de Bruselas.
No obstante, los planes de reestructuración que permitieron a Bankia y a BMN recibir ayudas públicas incluyen el compromiso de España de que los bancos no llevarán a cabo adquisiciones. Una restricción que sigue vigente, explican fuentes comunitarias. De hecho, el Gobierno asegura que la decisión sobre una posible fusión de Bankia y BMN no se ha tomado y se deja para el próximo Ejecutivo, según ha informado Europa Press.
En plena ola de despidos y cierre de sucursales, la Comisión y el BCE alertan de que “mantener la rentabilidad a medio plazo sigue siendo el principal reto para el sistema bancario” de España. La estabilización del sector continúa gracias a los bajos costes de financiación y la fuerza de la recuperación económica. Las entidades “tienen fácil acceso a liquidez y su solvencia y la calidad de sus activos se ha reforzado todavía más”, afirman los inspectores. Además, el crédito nuevo a hogares y empresas poco endeudadas sigue creciendo.
España, vulnerable por el alto paro y la deuda
El informe de los inspectores no se limita a chequear la salud de los bancos, sino que también examina la política económica. Los expertos de la Comisión y del BCE insisten en que España debe aprobar nuevos ajustes para reducir su déficit público. “Para reequilibrar la economía, siguen siendo fundamentales esfuerzos de consolidación adicionales que garanticen una reducción sostenible del déficit, así como reformas sólidas”, insiste la declaración.
Los recortes que el ministro de Hacienda, Cristóbal Montoro, ha exigido a las comunidades autónomas son “un paso en la buena dirección”, pero “todavía es demasiado pronto para evaluar su eficacia y hasta qué punto pueden contrarrestar el desvío” de 2015.
El objetivo al que España se había comprometido para el año pasado (4,2%) “se ha incumplido por un amplio margen y el déficit de 2015 se encuentra entre los más altos de la eurozona”, critican los inspectores. Y culpan en particular a las comunidades autónomas y a la seguridad social.
A Bruselas le preocupa además la elevada tasa de paro de España, que todavía supera el 20%, el aumento del desempleo de larga duración, que amenaza con convertirse en estructural, y la elevada dualidad en el mercado laboral entre contratos permanentes y fijos.
La conclusión de los inspectores es que, pese a la fuerte recuperación económica en España, “los desequilibrios persisten”. “El elevado nivel de deuda pública, privada y externa “exponen al país a los riesgos derivados de cambios en el sentimiento de los mercados y constituyen una carga para la economía”, avisan.