“Creemos que Google ha perjudicado a los consumidores al asfixiar la competencia y restringir la innovación en el espacio móvil”. Es la contundente acusación que ha lanzado este miércoles la comisaria de Competencia, Margrethe Vestager, contra el gigante tecnológico estadounidense. El nuevo frente de Bruselas contra Google afecta al sistema operativo Android, con el que funcionan alrededor del 80% de móviles y tabletas en la UE.
El Ejecutivo comunitario acusa al gigante informático de abusar de su posición dominante imponiendo restricciones a los fabricantes de móviles y operadores que utilizan Android, lo que vulneraría las normas de la UE que protegen la libre competencia. El objetivo de esta estrategia, según Bruselas, es reforzar su control en el mercado de búsquedas en internet y cerrar el paso a sus rivales.
Es el segundo pliego de cargos que Vestager envía a Google. En abril de 2015 ya expedientó al gigante estadounidense por privilegiar, en los resultados de las búsquedas, a su comparador de precios Google Shopping frente a otros servicios rivales. La comisaria de Competencia ha dicho que sus servicios están todavía examinando las respuestas de Google y no ha dado fechas para resolver el caso.
Si se confirman las acusaciones, la Comisión podría imponer a Google una multa de hasta el 10% de su volumen de negocios (es decir, unos 7.000 millones de dólares) por cada uno de los casos. Hasta ahora, el récord de sanciones de Bruselas por abuso de posición dominante lo ostenta Microsoft, con más de 2.000 millones de euros.
Estas son las tres preocupaciones contenidas en el escrito de acusación que Vestager ha enviado a Google:
1.Forzar la preinstalación de Google Search y Google Chrome en todos los móviles
Google obliga a los fabricantes de móviles que quieren preinstalar en sus aparatos Google Play Store, la tienda de apps de Google, a cargar también Google Search y a convertirlo en el buscador predeterminado, según la investigación de Bruselas. El resultado es que se impide que los buscadores rivales de Google puedan llegar a convertirse en el servicio de búsqueda por defecto en la mayoría de aparatos que se venden en la UE.
Además, en sus contratos con los fabricantes, Google también exige la preinstalación de su navegador Chrome a cambio de conceder la licencia para Google Play o para Google Store. El resultado de estas prácticas restrictivas es que tanto el buscador como el navegador de Google están preinstalados en la gran mayoría de móviles que se venden en la UE. “Los fabricantes de móviles y tabletas no son libres para escoger qué buscador o qué navegador instalar en sus aparatos. Esto dificulta a los rivales competir de forma eficaz con Google”, afirma Vestager.
2.Impedir que los fabricantes desarrollen versiones de Android modificadas
Pese a que Android es un sistema operativo de código abierto, Google hace todo lo posible para impedir que los fabricantes desarrollen y comercialicen versiones modificadas (conocidas como Fork Android). En particular, si un fabricante desea preinstalar en cualquiera de sus productos aplicaciones exclusivas de Google, como Google Play Store o Google Search, el gigante informático le obliga a firmar un “acuerdo antifragmentación” en virtud del cual se compromete a no vender ningún móvil que funcione con versiones modificadas de Android.
“Tenemos pruebas de que, debido al comportamiento de Google, algunos fabricantes han decidido no utilizar una versión alternativa de Android desarrollada por un competidor creíble. Nos preocupa que esto dificulta el desarrollo de versiones viables de Android que podrían convertirse en plataformas creíbles para servicios y aplicaciones rivales (de los de Google)”, asegura la comisaria de Competencia.
3.Dar incentivos financieros para garantizar su exclusividad
Google ha concedido incentivos financieros importantes a algunos de los mayores fabricantes de teléfonos inteligentes y tabletas, así como a operadores de redes móviles, con la condición de que preinstalen en sus aparatos Google Search de forma exclusiva. Vestager no ha querido desvelar los nombres ni tampoco ha dado detalles sobre las cantidades pagadas.
Bruselas no cuestiona que Google conceda estos incentivos, sino las condiciones. Los fabricantes no reciben esta compensación si preinstalan algún otro buscador en sus aparatos.