El pasado 31 de marzo Cristóbal Montoro tuvo que dar la cara para reconocer que no había sido capaz de cumplir con el objetivo del déficit de 2015 y que las cuentas públicas habían cerrado el año con un desfase de casi 9.000 millones de euros por encima del compromiso adquirido con Bruselas. El ministro de Hacienda en funciones culpó entonces a las comunidades autónomas de esta desviación y anunció una batería de medidas para enmendar los desmanes que no fue capaz de evitar durante la legislatura.
Sin embargo, este año no tiene a quién culpar del mal comportamiento de las cuentas públicas, al menos en lo que se refiere a los dos primeros meses del año de los que ya se tienen datos. Según las cifras de ejecución presupuestaria de la Intervención General de la Administración del Estado (IGAE), el déficit de la Administración Central (esto es, el Estado y los organismos centrales) alcanzó el 1,14% del PIB hasta febrero, lo que significa que en sólo dos meses se ha comido la mitad del margen del déficit que tiene para todo el año: del 2,2% del PIB.
Estos datos del déficit llegan en un momento muy delicado, cuando el Gobierno está negociando en la Comisión Europea una relajación en la senda del déficit. El ministro de Economía, Luis de Guindos, quiere sólo un año de margen para cumplir con el Procedimiento de Déficit Excesivo (PDE), lo que significaría bajar el déficit del 3% en 2017, sin embargo, las cifras hasta el mes de marzo complican este objetivo. De hecho, la Comisión Europea ya duda de estas cifras y cree que las cuentas públicas podrían tener un desfase de hasta 4.000 millones de euros, como publicó EL ESPAÑOL.
La nueva senda del déficit, a falta de que Bruselas dé la confirmación definitiva, obligará a la Administración Central a cerrar el año con un déficit del 2,2% del PIB que, teniendo en cuenta la última estimación del crecimiento nominal del PIB para este año (del 3,7%), significa que el desfase de los ingresos y los gastos debería quedarse por debajo de 24.700 millones de euros. Muy mal va la Administración Central si en febrero suma ya un déficit de casi 12.900 millones de euros. Y eso que el Estado ha contado con la inestimable ayuda del Banco Central Europeo (BCE) para rebajar los tipos de interés, lo que ha permitido reducir la carga de la deuda en 150 millones de euros en los tres primeros meses del año.
La Autoridad Independiente de Responsabilidad Fiscal (AIReF) es consciente de que los Presupuestos que dejó firmados Mariano Rajoy en septiembre no son suficientes para cumplir el objetivo del déficit y anunció el martes que será necesario un ajuste extra de 2.000 millones de euros en la Administración Central y otros 2.000 en las autonomías.
Sin embargo, los datos hasta febrero demuestran que mientras la Administración Central ha desbocado sus cuentas públicas, el resto de sectores de las administraciones públicas han ido controlando su gasto en línea con el nuevo objetivo de déficit que tienen para este año.
A falta de conocer los datos de las administraciones locales, las autonomías llegaron a febrero con un déficit del 0,11% y tienen de margen hasta el 0,7%. La Seguridad Social también tiene que cerrar con un superávit máximo del 0,7% y hasta febrero ha conseguido un superávit del 0,13% del PIB.
El Estado frena su recaudación
España tiene más difícil reducir el déficit si sigue rebajando su recaudación impositiva (en términos de contabilidad nacional). La rebaja de impuestos que aprobó el Gobierno de Mariano Rajoy para preparar su reelección sigue causando estragos y dificulta más el cumplimiento del objetivo de déficit. La recaudación del Estado con impuestos y cotizaciones sociales se redujo un 1,7% en el primer trimestre del año respecto al mismo periodo de 2015, hasta los 39.300 millones de euros, según los datos de la IGAE. La caída se debe, principalmente, a un desplome del 13,6% en la recaudación con los impuestos sobre la renta y el patrimonio, lo que se traduce en 1.812 millones menos de ingresos.
Por su parte, la recaudación por IRPF se ha reducido en un 2,7% interanual en el primer trimestre, hasta los 10.108 millones de euros. Cifras que complican mucho la consecución del objetivo de déficit, a pesar de la recuperación y la creación de empleo. La recaudación por IVA es lo que limita la caída de la recaudación con un aumento de los ingresos por este impuesto de algo más de 1.100 millones de euros, un 5,9% más que en el mismo periodo del año anterior.
El Impuesto de Sociedades (IS) se desplomó un 67%, hasta 905 millones, por la ausencia de ingresos extraordinarios de la Agencia Tributaria. En 2015 se recaudó 2.700 millones por actas de inspecciones a empresas que culminaron ese año.
El Estado consiguió reducir su déficit hasta marzo (esto es, la Administración Central sin los organismos centrales) hasta el 0,78% del PIB, gracias a un fuerte recorte del gasto público a lo largo del primer trimestre del año. En 2015 el Estado se gastó 53.000 millones de euros y este año ha gastado 50.967 millones, casi un 4% menos. De este modo, Rajoy se despide del Gobierno dejando el gasto del Estado en su nivel más bajo desde el año 2011.