En poco más de una década, el banco que dirige Ana Patricia Botín pasó a ser el mayor en bolsa en España (tras superar al BBVA ) y el primero del euro (tras batir a BNP y Deutsche). Su perímetro se triplicó, de 350.000 hasta 1,4 billones de euros, y su plantilla pasó de 100.000 hasta los 194.000 en que se mueve ahora. Sin embargo, por primera vez en lustros, el banco ha emprendido la tarea de reducir su tamaño -tanto en empleados como en oficinas- ante el horizonte de la transformación digital que afronta todo el sector.
La entidad cántabra se ha planteado destinar más de 300 millones de euros, “entre el 10% y 15% de su presupuesto” de 3.000 millones de euros anuales en tecnología a los nuevos canales digitales y a desarrollar herramientas propias de la nueva banca y el entorno 'fintech' (finanzas y tecnología). El resto irá destinado a transformar su actual estructura tecnológica y eso está generando tensiones por el ritmo al que hay que hacerlo.
“Se trata de una evolución es muy rápida. En clientes digitales crecemos a ritmos del 20% y en móvil, un 50%. La digitalización tiene un impacto muy notable, sobre todo, en las transacciones, aunque también en las ventas (ecommerce)”, dijo el consejero delegado del Santander, José Antonio Álvarez.
“La estrategia digital está dando buenos resultados”, aseguró. En este sentido, el banco dijo que está ‘activando’ unos 1.400 usuarios diarios en Reino Unido y ha firmado un acuerdo con Kabbage -una plataforma tecnológica enfocada a los préstamos o 'crowdlending'- que “es bastante innovadora”, subrayó Álvarez.
Un presupuesto tecnológico de 3.000 millones
El primer ejecutivo del banco, y segundo de a bordo tras Ana Botín, se refirió también al profundo cambio a nivel tecnológico por el que camina el banco tras la salida en enero de José María Fuster, su responsable de tecnología durante las últimas décadas. “Tenemos un modelo de tecnología en el que tenemos que transformar de los CPDs (Centros de Datos) al 'cloud' o nube (infraestructura virtual accesible desde Internet. Ese cambio implica costes y a eso me refería con tensión”, explicó.
La inversión tecnológica del Santander se destina, principalmente, a sus centros de datos, desarrollar software de uso interno y al mantenimiento de sus sistemas informáticos. Pero, cada vez más, a sus distintos canales digitales para uso del cliente final, como webs y Apps enfocadas a minoristas, pymes o grandes empresas. Uno de los referentes en este sentido es lo sucedido en el mercado británico, donde la entidad “crece en un mercado plano” y cuenta con cuatro millones de clientes digitales. En Brasil, son cinco millones y en total, Banco Santander asegura contar con 17,8 millones de clientes digitales.
Reducción de plantilla y oficinas
La cifra ya supone el 14,5% de los 122 millones de clientes con que asegura contar el grupo hasta marzo y ponen el foco en lo que sucederá con el negocio físico, es decir, con su red tradicional de distribución y atención bancaria. Santander se encuentra en plena reestructuración de su plantilla, después de anunciar un plan de bajas para 1.700 empleados. Según los datos de la presentación de resultados, hasta marzo, el banco contaba con 194.519 empleados y 12.962 oficinas físicas en todo el mundo.
Más allá del balance bancario, los principales afectados de los planes de transformación digital serán los empleados y algunos dueños de parte de su red de oficinas y edificios. Sobre los costes de la transformación digital de la entidad, Álvarez recalcó que el plan de reducción de oficinas se centra en "las sucursales más pequeñas", que afectan al 10% de su red, pero sólo al 5% de su plantilla. Con este plan, el ahorro de costes se sitúa entre los 75 y 110 millones de euros. Por tanto, se reforzará el modelo de oficinas bancarias más grandes que, por ejemplo, funciona en países como Reino Unido.