No cotizan en ningún mercado transparente, pero las licencias públicas para conducir un taxi tienen un precio. Este lo marca la escasez: el sector tiene hoy en España los mismos permisos en vigor que en 1998. ¿Cuánto se está pagando por cada uno de ellos? Competencia ofrece algunas cifras en un informe sobre el sector de vehículos con chófer privado (VTC), en el que se internan tecnológicas como Uber o Cabify.
Destapa los precios pagados en algunas de las grandes ciudades durante el pasado año. Hasta 220.000 euros por una de estas autorizaciones, según datos proporcionados por un puñado de ayuntamientos. “En la mayoría de los casos han afirmado que desconocían cuál era el valor de la licencia en el mercado secundario”, asegura la CNMC.
Sólo es necesario bucear en alguna de las webs de anuncios clasificados para entender que la compraventa de licencias de taxi es una realidad. Pero no había cifras oficiales que reflejaran los precios que se pagan por unas autorizaciones reguladas por la administración pública. Y el organismo presidido por José María Marín Quemada ha arrojado algo más de luz.
Un pequeño grupo de ayuntamientos de grandes ciudades ha mostrado a Competencia el valor medio de una licencia en el mercado secundario. Entre los ejemplos que señala destaca San Sebastián, con 220.000 euros; Santander, con 215.000 euros; Palma de Mallorca, con 205.000… Madrid es la ciudad con mayor número de taxis operando y el precio que se pagó fue de 142.000 euros.
Pese a estos primeros datos, sigue siendo un mercado tremendamente opaco. La CNMC ha requerido estadísticas a los consistorios de 50 capitales de provincia en España y a una consejería autonómica. Sólo una minoría de estas administraciones ha declarado que conocía el valor de una de esas codiciadas licencias.
La escasez como motor
Uno de los factores decisivos en esta actividad es la escasez. Desde hace años en muchas de estas ciudades no se ofrecen nuevas licencias. La CNMC lo recuerda: según el INE, el número se ha mantenido prácticamente estable entre 1998 (70.373) y 2015 (70.509). ¿La razón? “Por la existencia de férreos límites cuantitativos que impiden la entrada en el sector”, reconoce el organismo.
Esos límites, según explica, crea “una escasez artificial y genera un valor regulatorio de escasez”. ¿Cómo se calcula ese valor? Al no tener un precio intrínseco se basa en el valor descontado de lo que, de acuerdo a la CNMC, supondrán las “rentas monopolísticas que pueden ser obtenidas mediante la explotación de las licencias en un entorno de restricciones de entrada y precio”.
¿Cómo se paga y qué consecuencias tiene?
Para un taxista, este es un esfuerzo casi titánico. Pagar 150.000 euros es un peaje muy alto. ¿Cómo lo pagan? Préstamos hipotecarios y operaciones financieras varias para hacer frente. “Muchas de estas operaciones se efectúan con dinero negro”, explica un alto cargo de la administración a este medio.
Este particular ‘agujero’ en las finanzas de quien pretende ponerse frente al volante tiene consecuencias también para el servicio. Entre los efectos que la CNMC señala en su informe destaca el incremento de los costes para los profesionales y, por ende, el aumento del precio, pues las tarifas se regulan partiendo de los costes medios “y en un marco de regulación de precios que intenta asegurar una rentabilidad al taxista”.
Y llega el círculo vicioso: “Esto desencadena nuevos aumentos en el valor de las licencias –el mercado incorpora ese aumento en las tarifas- que vuelve a generar presiones por parte de los operadores para incorporar dicho aumento de tarifas”.
Caras restricciones en VTC
Todo este estudio del taxi se incluye dentro de un informe más amplio de la CNMC referido al mercado de las licencias para vehículos privados con conductor (VTC), en las que se basan los modelos de nuevas tecnológicas como Cabify o Uber.
El Consejo de Ministros aprobaba en noviembre de 2015, un mes antes de las elecciones del 20-D, el Real Decreto para la regulación de la actividad de este transporte alternativo. En este documento se restablecía la regla de proporcionalidad: sólo puede otorgarse una licencia de VTC por cada treinta de taxis. Unos meses después, en abril, Competencia anunció la impugnación ante el Tribunal de lo Contencioso Administrativo.
Unos meses después, la CNMC presenta un informe económico sobre las consecuencias de estas restricciones. Estima que la pérdida anual en el bienestar de los consumidores ocasionada por las restricciones a la competencia analizadas asciende, como mínimo, a 324,3 millones de euros al año. Según el organismo, esta cuantificación es un umbral "mínimo y conservador".
El efecto de estas limitaciones es restringir la competencia en el transporte urbano y blindar el régimen de monopolio existente en el taxi
¿Cómo se calcula esa cifra? Es la diferencia entre el precio que existe en un mercado del transporte urbano sin competencia frente al que habría en una con mayor número de actores. De este cálculo han excluido la cifra económica que representa el ahorro por el incremento de la innovación y por el menor tiempo de espera que se lograría con cada servicio.
En base a este informe, la CNMC solicita que sean retiradas estas restricciones. “El efecto de estas limitaciones es restringir la competencia en el transporte urbano y blindar el régimen de monopolio existente en el taxi; ninguna está justificada desde la óptica de la competencia ni de la regulación económica eficiente”, concluye.
Noticias relacionadas
- La CNMC advierte: la limitación de licencias del 'taxi alternativo' (VTC) cuesta 324 millones
- Sindicatos y autónomos rechazan el estudio sobre economía colaborativa de la CNMC
- Bruselas busca impulsar la economía colaborativa frente a las trabas de los países miembros
- Podemos busca el voto de los taxistas pidiendo que se prohíba Uber