En España hay 1,2 millones de piscinas. Y podría haber muchas más si no hubiera sido por el pinchazo de la burbuja inmobiliaria. “Antes de la crisis, se llegaron a construir unas 50.000 piscinas”, indica Eloi Planes, presidente y consejero delegado de Fluidra, la única multinacional española que se dedica a este negocio y que, además, cotiza en bolsa. “Esa cifra cayó hasta 6.000 millones en los años más complicados y ahora estamos más o menos en 14.000”, añade.
Fluidra es una de las cuatro grandes empresas globales dedicadas a un sector tan poco habitual como la construcción de piscinas residenciales, deportivas, acuarios, parques acuáticos, wellness... Y la única grande fuera de Estados Unidos. El pasado año, facturó 647,3 millones de euros (un 9% más que en 2014) sobre todo gracias al tirón de mercados en expansión como Australia o Sudáfrica.
El pinchazo de la burbuja
“Antes de la crisis se construían, sobre todo, piscinas nuevas en urbanizaciones pero, ahora, el mercado ha cambiado mucho porque el 50% del parqué de piscinas que hay en España tiene más de 15 años y entonces no habíamos oído hablar ni de robots de limpieza, ni iluminación led ni tratamiento de agua, por ejemplo”, argumenta.
España es, actualmente, cerca del 22% de las ventas de Fluidra que, en total, está en 44 países. Un mercado doméstico que “llegó a ser el 30% del negocio”. “Hay que tener en cuenta que el 7% de todas las piscinas del mundo están aquí, pero competimos, básicamente, en todo el sur de Europa, Brasil y Australia”, enumera. “En todo el mundo hay unos 20 millones de piscinas”, apunta.
Su mejor momento fue 2007, cuando la compañía llegó a facturar 657 millones de euros. Una cifra que no ha vuelto a alcanzar. “Antes de la crisis crecíamos a un ritmo del 22% anual. Pero llegó y perdimos volumen en el sur de Europa, unos 200 millones de euros, que tuvimos que recuperar fuera de Europa y, por eso, aceleramos la expansión”, asume Planes.
Y el peor, sólo dos años años después. “En 2009 tuvimos pérdidas, pese a que generábamos una caja de 60 millones de euros”. A Fluidra le pasó como a otros grupos dependientes del sector de la construcción, que se quedaron sin cobrar. “Teníamos una tasa de impagos que no era ni del 0,5%, pero se disparó hasta el 2% o 3% que en porcentaje no parece mucho, pero era mucho dinero, aunque conseguimos que no nos llevara por delante”.
En manos de la segunda generación
El negocio de la compañía catalana no se basa en vender al usuario final, sino a intermediarios. “Trabajamos con clientes profesionales, tenemos unos 7.000 en España, 4.000 en Australia y unos 2.000 en Sudáfrica. En total, unos 50.000”. Y más del 54% de sus ventas en el último año fueron piscinas residenciales.
La empresa nació en 1969. “En un primer momento, tenían una red de construcción de piscinas y de pistas de tenis y decidieron empezar a construir producto y es ahí cuando entra mi padre [Joan Planes]. Empezaron cuatro socios y se dieron cuenta de que el negocio no podía ser sólo España y decidieron salir a Francia e Italia”.
Hoy está en manos de la segunda generación. “El relevo ha sido muy planificado y gradual. Desde el punto de vista ejecutivo estoy desde 2006, aunque llegué a la presidencia el pasado año”, indica Planes. Ya estaba como principal ejecutivo cuando Fluidra saltó a bolsa, justo antes del pinchazo, en 2007. Saltó al parqué valorada en 732 millones de euros. Hoy su capitalización es de 393,6 millones.
“Salimos a bolsa porque la compañía había crecido mucho y para darle una salida al Sabadell. Era una opción para dar a valor a los accionistas”, indica Planes. El 49,9% del capital de Fluidra sigue en manos de las familias fundadoras, mientras el Banco Sabadell mantiene un 6,4%, según los registros de la CNMV.
Crecer, fuera
De cara a la evolución del negocio, Fluidra prevé facturar 750 millones de euros en 2018 y un beneficio de 30 millones. El pasado año, su resultado fue de 13 millones. Para conseguirlo, asume que tiene que crecer, sobre todo, fuera porque en España su cuota de mercado es del 40%. “Pero no es fácil porque ya estamos en el 90% de los mercados, dejando al margen Estados Unidos, tenemos que crecer más donde ya estamos”, argumenta.
Fluidra aprobó el pasado año su plan estratégico para los tres siguientes ejercicios. En él contemplaba una inversión de 80 millones de euros. “Ya hemos gastado una parte, en Sudáfrica. Aún nos quedan más de la mitad”, matiza. Lo que más nos interesa es el norte de Europa y Sudamérica, sobre todo Brasil. Allí compramos una compañía pequeña y vemos mucho potencial, al margen de la situación económica porque no hay ningún gran operador”.
“Sevillanos en Sevilla”
La situación política y la incertidumbre ante las elecciones, de momento, no ha tenido impacto en el negocio de Fluidra. “De momento no se nota que haya frenazo económico en España, el turismo va muy bien. Es un momento muy bueno. De hecho, en nuestro plan estratégico fuimos conservadores porque pensábamos que Europa íbamos a crecer este año un 3% y estamos creciendo un 7%”.
Sobre el impacto de un posible ‘brexit’ o sobre la situación política en Cataluña, Planes da la misma respuesta: “adaptación”. “Somos muy capilares, por nuestro modelo de negocio, somos muy sevillanos en Sevilla y muy madrileños en Madrid. Somos espectadores, en nuestro negocio no influye la incertidumbre y, pase lo que pase, nos adaptaremos. En Inglaterra somos líderes, estamos muy bien posicionados. También hemos estado en situaciones muy complicadas, por ejemplo, en el Norte de áfrica o en países en guerra y siempre hemos tenido que adaptarnos”.