Berlín

Las bolsas de valores de Londres y de Fráncfort quieren unirse para formar el gigante europeo de la compra-venta de activos. Ahora, sin embargo, han de adaptarse al contexto de crisis abierto por el referéndum del brexit, en el que la mayoría de los ciudadanos británicos se pronunciaron a finales de junio a favor del divorcio entre la Unión Europea y el Reino Unido. La unión bursátil germano-británica, tal y como estaba prevista, parece sujeta a modificaciones, algo a lo que se habían preparado los responsables de la fusión creando un comité que ya analiza los efectos del brexit sobre una operación que podría ver nacer al mayor operador del mercado europeo y uno de los más importantes a nivel mundial.

Pese al contexto de incertidumbre abierto por el brexit, se siguen dando pasos para que el matrimonio de esas bolsas tenga lugar. Así, este lunes, los accionistas de la bolsa de valores Londres se han pronunciado casi unánimemente a favor de la unión con la bolsa de Fráncfort a pesar del resultado del referéndum. Hasta un 99,98% de los accionistas que participaron en la votación en Londres se han manifestado a favor de la fusión. Para que darle luz verde, los accionistas debían superar el 74%, un porcentaje superado con creces.

La idea que demuestra tener la parte británica de esta operación es que merece la pena seguir adelante con un proyecto que todavía necesita ser validado por autoridades competentes de todo el mundo y, claro está, por los propios accionistas de Deutsche Börse, que ya han iniciado su proceso de votación. De hecho, se están pronunciando sobre la fusión en una consulta por correo que termina el próximo 12 de julio.

Tras la votación del brexit, se ha escuchado a accionistas de la Deutsche Börse pidiendo que se mejoren las condiciones de la unión. Según lo establecido en las negociaciones, que ofrecieron sus resultados el pasado mes de marzo, los accionistas de la compañía alemana serían los propietarios del 54,4% del nuevo gigante europeo de la compraventa de activos, mientras que el 46,6% restante quedaría para sus socios británicos. Esos términos, después de que el valor bursátil del London Stock Exchange haya caído un 15%, no parecen generar unanimidad en suelo germano. En este sentido, el diario económico Handelsblatt citaba el domingo a inversores de la compañía alemana asegurando que “Deutsche Börse tiene que mejorar la oferta”.

Un cambio sustancial

La semana pasada, el organismo alemán de supervisión de los mercados financieros (BaFin), manifestó a través de su presidente, Felix Hufeld, que “era difícil imaginar que el lugar más importante de intercambios de valores en Europa esté dirigido desde un lugar situado fuera de la UE”. Según el acuerdo presentado en marzo, la compañía resultante de la unión, donde cotizarían hasta 3.200 empresas y que daría trabajo a unas 10.000 personas, tendría su sede en Londres.

El brexit, según dicen en Deutsche Börse, no ha cambiado “la lógica económica ni las razones” por las que se plantea la fusión. Eso sí, fuentes cercanas a la negociación consultadas por EL ESPAÑOL aseguran que el comité para el referéndum creado en el marco de la operación de fusión, compuesto seis expertos - tres de Deutsche Börse y otros tantos del London Stock Exchange -, trabaja desde que se dio a conocer el resultado del referéndum para analizar las consecuencias del brexit sobre la operación. De ese trabajo saldrán una serie de recomendaciones para adaptar la unión al contexto de la salida de la UE del Reino Unido. Aún así, en la empresa alemana sostienen que la incertidumbre es tal a día de hoy que “no está claro dónde va el viaje del Reino Unido”.

Lo que sí quedó probado este lunes es que la casi totalidad de los accionistas de la bolsa de Londres quieren la fusión. Todo sea por crear un operador europeo capaz de competir con los más grandes, como la estadounidense CME Group, la china Hong Kong Exchanges & Clearing o la también estadounidense Intercontinental Exchange (ICE). Precisamente ICE evocó en su momento su posible interés en adquirir London Stock Exchange. Puede que las consecuencias del brexit abran de nuevo el apetito a la gigante con sede en Atlanta (Georgia) y propietaria de la bolsa de Nueva York.

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